Ver también en Verba Volant:
– Nuevo golpe a los súbditos con aumentos indignantes en los peajes.
– La historia escandalosa de la carretera de circunvalación de Atenas
Según ha informado una noticia publicada en el blog Verba Volant (que ofrece cobertura informativa en castellano, inglés y otras lenguas de la lucha anarquista y otros conflictos latentes en Grecia), el incremento del pasado 5 de febrero en la tarifa de buena parte de los peajes del país heleno así como la instalación de más puestos ha provocado una vez más estallidos populares, algunos de los cuales no se han conformado con marchas pacíficas en las principales ciudades y han decidido cargar, una vez más, contra los instrumentos de su miseria.
Así, una manifestación celebrada el 9 de febrero en Atenas concluyó con más de 500 manifestantes dirigiéndose a los peajes de Malakasa, en las afueras de la capital, y que constituyen los primeros de estos puestos que hay entre Atenas y Tesalónica. Una vez allí, hicieron que una empleada que se encontraba trabajando dentro de una de las casetas saliese, y prendieron fuego a los peajes mientras gritaban consignas contra el gobierno, su «crisis» y sus políticas neoliberales.
Acto seguido, la manifestación se dirigió gritando los mismos lemas hasta los peajes próximos a la aldea de Afidnes, donde volvieron a actuar, esta vez levantando a la fuerza las barras y permitiendo que los coches pasasen sin pagar durante más de media hora.
La entrega de la gestión del servicio de peajes a contratistas y empresas privadas que instalan puestos de cobro cada 20 kilómetros con tarifas abusivas que, para colmo, aumentan cuando les apetece, así como el endurecimiento de las leyes por no pagar o por impedir su normal funcionamiento con protestas en las proximidades (convirtiéndose en delito penal) y la paupérrima situación de muchas de esas carreteras convierten este conflicto en un nuevo foco de rabia popular, que por ahora, ofrece prometedores comienzos.
Coordinando acciones de sabotaje como ésta se puede no sólo convertir esta lucha en algo más potente sino también hacerla confluir con otras formas de resistencia al despotismo capitalista amparado y protegido por las instituciones y el Estado.
Para terminar, una fotografía del estado en que quedaron los peajes incendiados: