Dos nuevos desalojos, esta vez en Toulouse (Francia).

Según informa un comunicado enviado al correo por lxs compas de ANA que tradujeron del francés al portugués, dos edificios okupados fueron desalojados los días 26 y 30 de julio respectivamente en la ciudad de Toulouse. En el primero de ellos, fueron identificadas varias familias de sin papeles, que fueron trasladadas a albergues sin previsión de expulsión, a excepción de tres personas que fueron llevadas a dependencias policiales y se encuentran ahora con una orden de abandonar el territorio francés en el plazo de un mes. Esta «noble» tarea de tramitar la expulsión de personas de un país por absurdas cuestiones burocráticas relacionadas con su nacionalidad fue llevada a cabo por la escoria de la PAF, policía de inmigración francesa, que estuvo presente en los dos desalojos, aunque en el segundo caso no tardaron en marcharse cuando vieron que no había indocumentadxs entre lxs identificadxs.

Los edificios desalojados son el Centro Social Autogestionado (CSA) primero y La Caillasserie, ambos en el barrio de Faubourg Bonnefoy, un barrio precario de Toulouse donde actualmente está en marcha un proceso de gentrificación relacionado con el modelo urbanístico represivo que le interesa construir al Estado y al Capital, la especulación inmobiliaria y las obras para el Tren de Alta Velocidad. En este contexto, la gente pobre es desplazada a barrios dormitorio alejados del la ciudad y las grandes fortunas amplían su caudal condenando a la miseria y el desamparo a familias enteras mientras llevan a cabo sus inútiles pero rentables proyectos de infraestructura y de ciudades-marca (rentables para ellxs y nada más, por supuesto).

Dentro de estos edificios ahora muertos y vacíos hubo proyectos llenos de vida. El CSA estaba okupado desde hacía casi 7 meses, en los que albergó charlas y actos sobre las revueltas tunecinas y otros temas, talleres de diferentes cosas, manifestaciones contra el racismo institucional y la exclusión social de las personas migrantes y una infinidad de actividades que formaban parte del tejido subversivo del barrio. Lo mismo con La Caillaserie. Los desalojos no son sólo la aplicación sistemática de una ley de propiedad basada en la desigualdad y la preponderancia de los beneficios sobre las personas y sus necesidades básicas, sino también una herramienta represiva clave para detener y destruir proyectos autónomos que ponen al descubierto la contradicción del sistema y sus instituciones y plantean sobre la marcha alternativas a su mundo.

Destaca en todo este espacio antagónico la campaña CREA (Campagne de Réquisition d’ Entraide et d’ Autogestion) que propone que ante las leyes injustas puestas al servicio de la élite financiera y de la represión del Estado contra los proyectos de autonomía y emancipación social, y habiendo perdido ya sus esperanzas respecto a que el Estado o las empresas hagan algo al respecto, deciden auto-organizarse para convertir la okupación en una práctica colectiva por la autogestión de la vida, tomando por ellxs mismxs y sin representantes ni mediadores los edificios y terrenos en desuso tanto para usarlos como alojamiento como también para crear en su interior lugares de reunión donde tejer redes solidarias, realizar talleres y difundir ideas disidentes. A continuación, dejo el siguiente escrito, sacado del e-mail recibido y que traduje a castellano, donde se explica en qué consiste la campaña:

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¿Qué es la Campaña de Requisición, Ayuda Mutua y Autogestión (CREA)?

Una CAMPAÑA, es decir, un movimiento social, un colectivo con todas y todos aquellxs que quieran participar en él: Lxs desahuciadxs, las familias dejadas en la calle por el Estado y por el Capitalismo, las personas que ya no consiguen pagar los alquileres de sus casas, las personas que están hartas de este sistema, las personas solidarias, ancianxs, niñxs, estudiantes, desempleadxs, trabajadorxs precarixs y sin esperanza de una remuneración decente…

Por la REQUISICIÓN, hay cada vez más habitaciones vacías, cada vez más gente que vive en la calle y en la miseria. Así, nosotrxs, que no esperamos nada del Estado ni de las autoridades tomamos directamente todos los edificios y casas vacías, con aquellxs que tienen necesidad. No sólo para alojarnos sino también para organizar ahí toda una variedad de actividades, talleres libres y gratuitos, puestos con información a disposicion de los barrios… Esta forma de alojamiento nos permite la emancipación, una mayor disponibilidad para una mejor reflexión en otros modos de vida, de organización, etcétera.

La AYUDA MUTUA, nosotrxs no recibimos ninguna subvención, ni deseamos ninguna en el futuro. Nos basamos en la solidaridad, en la rehabilitación de espacios, en el reciclaje y en el compartir para alimentarnos, vestirnos, movilizarnos y hasta para celebrar nuestras vidas. En cuanto a las bases de nuestros encuentros, se guían por el aprendizaje, el intercambio y desarrollo de los conocimientos.

Y la AUTOGESTIÓN, nosotrxs no tenemos jefes ni jefas, ni lxs queremos. Todo es decidido en las Asambleas Generales que son reuniones públicas. Somos muchxs en la CREA intentando sobrepasar esta sociedad piramidal basada en el dinero, en el poder, en el racismo y en el sexismo. Es así, que juntxs, buscamos maneras de destruir estas opresiones que nos incomodan.

Pensamos firmemente que el Estado no es la solución, que forma parte del problema y que mejor que nadie nosotrxs somos las personas adecuadas para cuidar de nosotras mismas. Así, desde ya, sustituímos todo esto, aquí y ahora, por la solidaridad, la igualdad y la autonomía, reales y concretas.

csa6

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