Hoy una amiga me pasó el siguiente artículo de la página web de la organización animalista Anima Naturalis, con la que personalmente mantengo fuertes discrepancias empezando por su carácter neobienestarista, reformista y claramente insertado en el actual status-quo, pero que enlazaré a pesar de ello, para que podáis leer el susodicho escrito al cual pretende replicar esta entrada (click aqui).
En él, se habla acerca de la existencia de un componente patriarcal en la explotación especista, alegando que se dan distintas clases de explotación a un/a animal en función de si es macho o hembra, y señalando que casualmente son las hembras las que sufren las formas de explotación más cruentas, poniendo como ejemplo la industria láctea o avícola.
Antes de nada, os invito a leer el texto al que hago referencia, para poder contextualizar mejor la crítica a continuación, que pretende contestar al mismo y servir de contribución constructiva al debate. Dicho ésto, veamos…
Yo personalmente discrepo.
El Patriarcado, o Heteropatriarcado, hace referencia a un amplio conjunto de relaciones construídas según un sistema que ofrece privilegios a los hombres sobre las mujeres, considerando a estas una figura secundaria, menos capaz o más débil, o simplemente, menos digna o merecedora de respeto que el sujeto masculino, que sería la figura dominante. El actual Heteropatriarcado es el resultado de siglos de perfeccionamiento de una moral y unos valores repugnantes que se remontan miles de años atrás, ejerciendo a lo largo de toda la historia una violencia estructural y sistemática que adopta muchas formas y abarca todos los ámbitos tanto de la vida social como privada de la mujer.
Sin embargo, en cuanto a las relaciones de opresión especista establecidas de animales humanxs a animales no-humanxs, no creo que el Patriarcado sea una circunstancia relevante. El especismo se basa en una lógica mercantil y de beneficio, no de género. Se explota a los animales siguiendo criterios de rentabilidad y/o de valor de uso, es decir, si a un/a animal se le explota no es por su sexo, sino únicamente por aquello que se puede extraer de él/ella. Si el macho ofrece en algún caso más lucro que la hembra, recibirá la peor parte sin que importe lo que tenga entre las patas.
No se puede hablar de Patriarcado cuando, aunque es cierto que las vacas, por ejemplo, padecen calvarios peores que los del toro, el macho de su especie no recibe una mejor suerte cuando le llega la hora de ser torturado hasta la muerte en una plaza, obligado a correr asustado y desorientado entre gente que le pega y provoca en calles cerradas o en puertos marítimos donde el juego va de tirar al mar al pobre animal, que entre su peso y su estado de ansiedad suele morir ahogado.
También podemos poner como ejemplo la explotación de la gallina, donde si bien la hembra sufre toda su vida como una simple fábrica de huevos, sin poder moverse y trastornada por la total amputación de sus instintos y necesidades vitales, no hay que olvidar lo que hacen con los polluelos cuando nacen macho (amontonarlos en una cinta transportadora y tirarlos vivos a una trituradora sólo porque al no poner huevos no son rentables ni útiles).
El especismo no entiende de géneros, vuelvo a repetir. Entiende de dinero y de explotación. No se explota a un animal fijándose en su sexo ni se construyen jerarquías donde los animales macho reciben de forma sistemática y estructural un mejor trato que las hembras. El nivel de crueldad de su destino no depende de eso, sino que únicamente se valora lo que puedan proporcionar a los humanos, ya que, por triste que parezca, ese es el único factor que determina el valor de sus vidas ante los ojos del impenitente holocausto especista. Si un animal no es rentable, o bien se le deja libre o bien se le elimina sin miramientos.
Este texto me parece que se va por las ramas e intenta extrapolar a las relaciones especistas una fórmula que aunque despreciable e igualmente repudiable, y que hay que combatir y destruir con el mismo empeño que ponemos en terminar con el especismo, a mí, al menos, no me parece en absoluto que esté presente en el especismo.
Igualmente, como crítica constructiva y matiz positivo, decir que aunque no esté de acuerdo me parece que no deja de ser interesante el plantearlo y debatirlo.
¡Contra toda autoridad y forma de opresión!
