Tras la emisión, en una cadena de televisión catalana, del documental «Ciutat Morta» acerca del infame Caso 4-F, este hecho tan triste vuelve a estar en boca de muchxs, ahora que se ha descubierto que el medio burgués que puso el docu, censuró una parte comprometedora para cierto leguleyo, consiguiendo que el fragmento censurado fuese subido a Youtube y se extendiese de manera virulenta por las redes sociales, alcanzando cientos de miles de visitas, y surgiendo un debate y una intención sobre la posible reapertura del caso.
En este contexto, las torturas policiales son un tema de actualidad que, aunque de manera sesgada y censurada (pues los medios del Poder jamás comprometerán a sus mercenarios), ha llegado a aparecer en la televisión catalana. Es entonces cuando más casos han ido apareciendo, al ver sus víctimas que se habla del asunto y que ha llegado el momento de ser valientes y romper el silencio. Uno de esos casos ha destacado, contado por uno de los 3 jóvenes que fueron arrestados aleatoriamente y sin motivos en enero de 2005, hace 10 años, en la Plaza de la Vila de Gracia, en Barcelona, tras acudir a una fiesta en el antiguo Casal Popular, trasladados a la comisaría de Estació Nord, torturados y acusados luego falsamente y por la cara por cargos de atentado a la autoridad y lesiones.
Aunque personalmente no comparto cosas como la vía legal escogida por estos jóvenes al denunciar a lxs policías (denunciar a los maderos ante la Justicia es un oxímoron en toda regla) o el hecho de contar con los mass-mierda al convocar una rueda de prensa (personalmente, y aunque en ocasiones se puedan mostrar más «dispuestxs» a difundir los abusos, los medios burgueses no son más que empresas privadas traficantes con la información que venden la verdad al mejor postor), me ha parecido necesario dar a la información que sigue a continuación toda la difusión posible, para continuar poniendo al descubierto el auténtico funcionamiento de las FSE (Fascistas Súper-Enfarlopados, más conocidas como Fuerzas de Seguridad del Estado).
Por eso dejo aquí, tras traducirlo del catalán, un artículo del semanario alternativo La Directa, acerca de la rueda de prensa realizada con uno de estos jóvenes, y de este nuevo caso descubierto recientemente. También añado el vídeo «10 anys d’ impunitat» (en catalán, pues no lo he encontrado subtitulado) que complementa la noticia y muestra imágenes de testimonios e información sobre lo ocurrido.
PD: En el artículo se menciona que este caso se ha hecho público gracias a un vídeo subido a Youtube donde un ex-sargento de la Guardia Urbana aportaba información hasta ahora oculta. El gesto del ex-madero le honra, no obstante, la declaración del abogado de los jóvenes maltratados, pidiendo a otrxs polis o a las instituciones que rompan el silencio acerca de esta clase de episodios represivos, me parece cuanto menos ingenua. Ni se trata de casos aislados, ni debería sorprendernos a estas alturas que la policía torture y abuse de su poder. Funcionan así, la policía es ésto, y aunque podamos decir que hay «polis buenos» y que no todxs son iguales, los «polis buenos» suelen ser cómplices de los que actúan de esta manera (que son la mayoría) y por lo tanto, son igual de despreciables.
1312, todos maderos, todos basura.
¡La policía tortura y asesina!
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Después de la emisión del documental «Ciutat Morta» al Canal 33 se han producido una cadena de reacciones para esclarecer el caso 4-F y han aparecido nuevos testimonios que denuncian abusos por parte de la Guardia Urbana de Barcelona. El caso que hasta el momento ha tenido más repercusión es el de tres jóvenes de la Vila de Gràcia que fueron presuntamente torturados por agentes de este cuerpo policial la noche del 9 de enero del año 2005. A pesar de que el caso fue denunciado hace 10 años, la aparición la semana pasada de un vídeo en Internet donde el ex-sargento de la Guardia Urbana José Martínez aporta informaciones hasta ahora desconocidas ha vuelto a situar el episodio en primera línea de actualidad.
El sábado por la mañana compareció en rueda de prensa uno de los jóvenes detenidos, Adriá Zayas, acompañado del abogado que se encargó de la defensa de los tres, Jordi Busquets, y del portavoz de la organización antirrepresiva Alerta Solidària, Marti Majoral. La expectación era notablemente mayor que en ruedas de prensa celebradas anteriormente en la misma Plaça de la Vila de Gràcia, síntoma inequívoco del impacto que ha tenido el documental sobre la sociedad catalana y los medios de comunicación. Seis cámaras de televisión y más de media docena de micrófonos esperaban impacientes las palabras de los que comparecieron.
La rueda de prensa arrancaba con una consigna clara por parte de los que comparecieron: «Los hechos que la emisión de la película ‘Ciutat Morta» ha puesto de actualidad no son un caso aislado». La primera intervención corrió a cargo de Jordi Busquets, que explicó el caso y tildó las detenciones de los tres jóvenes como «aleatorias y arbitrarias». El letrado detalló cómo, durante la instrucción del caso, las denuncias que presentaron por detención ilegal y maltratos se acumularon en una misma causa con las demandas contra los jóvenes por atentado contra la autoridad y lesiones por decisiones del juzgado de instrucción 27. Busquets enfatizó que los tres jóvenes de Gràcia identificaron a diversos agentes durante las ruedas de reconocimiento que se efectuaron ante sus denuncias. Aunque, en junio de 2013, el juzgado acordó la prescripción de todos los hechos y según afirmó el abogado: «hubo que resignarse a esta resolución» después de constatar nuevamente la «dificultad de llevar a juicio a policías que han cometido maltratos».
Testimonio horroroso.
Siguió tomando la palabra Adrià Zayas, uno de los jóvenes detenidos la madrugada del 9 de enero del año 2005, que ya había roto de nuevo el silencio un día antes, mediante un vídeo publicado por Gràcia Viva donde los tres jóvenes, Adrià, Ramón y Dani, explicaban el trato que recibieron durante la detención y posterior custodia policial. Visiblemente emocionado, Zayas detalló a la prensa que fue víctima de una detención aleatoria en la Plaça de la Vila de Gràcia después deu na fiesta celebrada en el antiguo Casal Popular.
«Cuando me detuvieron dije que era menor, aunque había cumplido 18 años cuatro días antes». Según el testimonio del joven, este hecho provocó que, una vez en la comisaría de la Guardia Urbana de la Estació del Nord de Barcelona, un policía le golpeó con un puñetazo y le partió el labio al grito de «tú has dicho que eras menor, y aquí no pone eso». «Estaban haciendo bromas, riendo, cantando, mientras nos pegaban» afirmó el joven, que con la voz entrecortada recordó cómo fueron empujados por las escaleras pese a estar esposados. Su relato continuó afirmando que una vez dentro de la celda no le dejaron dormir: «estuve media hora escuchando los gritos de dolor de los compañeros». Además, afirmó que la entrada a los calabozos estaba presidida por el cartel de una película, donde se podía leer «Bienvenidos a la noche del terror».
Exigencia de explicaciones.
El miembro de Alerta Solidària, Martí Majoral, cerró la rueda de prensa con un análisis general de lo que va a calificar como «el silencio dentro de las comisarías». En primer lugar, Majoral celebró el vídeo hecho público por el ex-sargento: «confiamos en que no será el último agente que romperá el silencio». Seguidamente, exigió que se esclarezcan los hechos y se depuren responsabilidades. «La única reacción actual al vídeo del ex-sargento ha sido el anuncio del jefe de la Guardia Urbana, Evelio Vázquez, de una querella en contra suya». Después de animar a lxs agentes a romper el silencio, Majoral insistió en la necesidad de profundizar en las investigaciones de las denuncias por maltrato, a la vez que exige más transparencia, tener acceso a los informes de asuntos internos y poder ver cómo el ex-sargento declara, en caso de que llegue a producirse este hecho.
Finalmente, en respuesta a una periodista que intervino en el turno de preguntas, el abogado Jordi Busquets aclaró que jurídicamente no se puede reabrir el caso, pero a pesar de ello piden al ayuntamiento que investigue los hechos y depure responsabilidades. En su turno, el padre de uno de los tres jóvenes ha publicado un vídeo en la red donde se muestra muy crítico con la policía, los políticos y el sistema judicial y afirma «cuando veo y oigo declaraciones a los medios por parte de los responsables me cabreo y me indigno muchísimo», para acabar con una pregunta que parece no haber encontrado aun respuesta: «¿quién nos defiende a nosotrxs de ellxs?
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