Recibo, también de lxs compas de ANA (Agência de Noticias Anarquistas) una noticia, en portugués, que traduje para difundirla mejor pero que no publicaré tal cual llegó por tratarse de un artículo procedente de los medios corporativos y burgueses. Este espacio, si bien puede tomar datos de los medios oficiales para sus noticias o para ampliar información, no será un lugar para el copia-pega de los portavoces del poder, pues este blog nace y existe precisamente como alternativa y como ataque a todo el espectro mediático del sistema.
Igualmente, considero relevante la información que contiene, en esencia, el artículo, y agradezco a lxs compas haberlo enviado y doy contada difusión.
En la noche que fue del 14 al 15 de julio, una sede de la organización neo-nazi italiana Lealtá e Azione (Lealtad y Acción) fue incendiada cuando, según testigxs habitantes del edificio contiguo, alrededor de las 4 de la madrugada una pareja de encapuchadxs penetró en el patio del inmueble donde se encuentra la sede fascista y rompió una ventana para acceder al interior, de donde salieron poco después huyendo en bicicleta. Al rato, una explosión incendió el local. La policía fue movilizada por lxs vecinxs que la avisaron al ver el fuego (habría que cortaros la lengüita, chivatos de mierda).
En la página de Facebook del colectivo ultraderechista atacado diferentes miembros o simpatizantes del mismo expresaban su indignación y sus condolencias con sus coleguitas fascistas, y Roberto Jonghi Lavarini, presidente del comité del partido Destra (Derecha), explicaba que la violencia y el odio de lo que ha definido como «ultra-izquierda comunista y anarquista» intentaba por medio del «terrorismo» impedir a la «derecha radical, social e identitaria» articular entre las personas «una buena política sobre los territorios».
Bueno, lejos de querer entrar al trapo de estas estupideces dichas por semejante basura, me hace gracia lo de «ultra-izquierda comunista y anarquista». En primer lugar, ningún grupo, hasta ahora, se ha adjudicado la autoría del sabotaje, por lo que señalar al anarquismo y/o al comunismo como culpables es precipitado, y en segundo lugar, que haya colectivos dispersos que todavía confían en la farsa de que comunistas y anarquistas debemos luchar juntxs no quiere decir que todxs seamos así. La mayoría de nosotrxs no olvidamos lo sucedido en Kronstadt, ni lo sucedido en la Majnovschina ucraniana, donde lxs compañerxs terminaron en Siberia o masacradxs por poner en práctica una forma de vida realmente libertaria y colectivizarla poniendo en evidencia la falsedad del capitalismo de Estado soviético. Tampoco olvidamos el ataque al edificio de la Telefónica y las cacerías de anarquistas por Líster y sus amigxs estalinistas en Barcelona en mayo del 37, entregándole en bandeja al fascismo el principal fortín del anarquismo, ni lo que pasó en las colectividades aragonesas, ni mucho menos las reiteradas traiciones del KKE en Grecia y su represión al anarquismo, cuyo último ejemplo no queda tan lejos en la historia (octubre de 2012, plaza Syntagma). Podría seguir, pero creo que ya es suficiente ¿no? ¡Rojxs fuera! En cuanto a asociar al anarquismo con la «ultra-izquierda», sólo es posible en quien va de «tercera posición» pero conserva en su anacrónica mentalidad el maniqueísmo ideológico que compone el escenario político oficial, y que el anarquismo deja atrás por no ser sólo una determinada forma de gestionar un mundo en podredumbre constante, ni un artículo más del catálogo de ideologías a la venta, sino una planta que se ramifica de mil formas distintas, y que nutre y se nutre a su vez del pensamiento y la creatividad de lxs individuxs, abarcando todas las esferas de nuestra vida para acabar con la autoridad en todos los momentos y lugares de este planeta en ruinas. No somos izquierdistas, ni mucho menos somos rojos.