Recojo de ContraMadriz, que recojen y traducen a su vez de Act For Freedom Now!, el siguiente comunicado, llamando a la solidaridad internacional con lxs refugiadxs que habitan en los campamentos de Calais y con lxs compañerxs y las personas que se encuentran allí ofreciendo su apoyo y su ayuda, para consolidar una red internacional de solidaridad y apoyo mutuo que pueda hacer frente a las embestidas xenófobas del gobierno y a las redadas racistas de la policía, arengada por los gobiernos británico y francés.
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Una vez más el gobierno francés – en connivencia con el de Reino Unido – ha anunciado planes para desalojar casas y refugios de mucha gente sin papeles que vive en Calais. Tienen hasta las 20:00 horas del martes 23 de febrero para abandonar el campamento de Southerme. Según el gobierno, la gente que vive en la zona del desalojo debe ser desplazada, desaparecer, ser puesta tras los muros, encerrada o deportada. La única razón para esto, su situación irregular. El viernes se mandaron avisos de desalojo. Muchxs habitantes del campamento, con el apoyo de asociaciones, presentaron una queja contra el desalojo y la destrucción del campamento. Esta apelación será escuchada en la corte de Lille el Martes 23 de febrero a las 14:00. El juez que preside el caso visitará la zona la mañana del martes. Estos son los hechos hasta el momento.
El anuncio de la destrucción del campamento no nos sorprende. Durante años, el gobierno y la prefectura de Calais han destruido sistemáticamente las casas de las personas sin papeles. Durante años, lxs indocumentadxs han sido golpeadxs por la policía y lxs fascistas. Durante años, sus pertenencias han sido robadas o destruidas. Durante años, se han visto obligadxs a vivir en el miedo y la inseguridad.
El campamento, como lo es hoy, es un gueto creado por el gobierno francés después de una serie de desalojos de okupas y otros campos en el último año. No se puede decir que sea bueno o malo. Hay personas que viven juntas de manera autónoma, en diversidad y comunidad, pero también existe miseria, luchas, racismo y violencia. Está lejos de ser una utopía. En este caso es demasiado simple usar la retórica de la piedad y el victimismo pero por otro lado también es fácil condenarlo por sus problemas. Para bien o para mal es un espacio donde la gente puede vivir. Es un espacio por el que vale la pena luchar. Esta es una lucha práctica, para defender un lugar donde vivir (aunque transitoria, precaria y segregada), pero es también una lucha simbólica, labrando un espacio para lxs sin papeles que viven públicamente y no escondidos y concentrados en un campo de contenedores.
En este momento en el campo de Calais todavía hay más de 5000 personas en situación irregular. Muchxs más están en camino. Es la fuerza política y el espíritu de las personas en tránsito que sacuden los cimientos del Estado ordenado y desafía los planes del gobierno, de manera que la resistencia “legal” jamás podría.
No se necesita un campamento “mejor”, no se puede encontrar una solución humanitaria. Lo que necesitamos es ir más allá de la retórica europea del humanitarismo, ya que con cada gesto puramente humanitario nos volvemos apologistas de la Europa colonial, racista, y que nunca termina la guerra contra el/la forasterx. Lo que se necesita es solidaridad anti-capitalista y anarquista, el derrocamiento de los gobiernos y la destrucción de las fronteras de Europa. Lo necesario, la regulación de la situación y la libertad de movimientos para todxs.
Hemos visto siete años de destrucción de campamentos en una implacable guerra de desgaste. No hay que dejarse engañar o perpetuar las falsas promesas del Estado. En enero, algunxs de lxs habitantes del campamento emitieron un comunicado anunciando sus planes para resistir pacificamente al desalojo y ahora debemos mostrarles nuestra máxima solidaridad con su lucha. CMS llama a acciones internacionales en solidaridad con el pueblo del campamento.
Hacemos un llamamiento para organizar acciones de forma urgente ahora y en las próximas semanas contra las compañías, corporaciones o gobiernos, franceses o británicos, que están involucrados en el desalojo y facilitan la represión en Calais.