El siguiente comunicado, pese a tener ya más de mes y medio, fue tomado de Rabble, e informa del incendio de dos vehículos de construcción aparcados en los alrededores del campo de concentración («campamento», «centro de acogida»… y otros eufemismos se pueden ir a la mierda) de contenedores donde el gobierno ha hacinado a sólo una parte de las personas que fueron desalojadas brutalmente de la «Jungla» de Calais. El sabotaje incendiario no fue reivindicado todavía (que yo sepa) pero en el lugar de la acción se habrían visto pintadas alusivas a la lucha contra las fronteras y contra la represión a las pintadas migrantes, presuntamente realizadas en la misma noche. Dado que me ha parecido importante, a pesar del tiempo que ha pasado, he decidido traducirlo y publicarlo igualmente, asumiendo la autocrítica por el retraso a la hora de difundir la noticia.
Pero antes de dar paso al comunicado, me gustaría reflexionar sobre un hecho. Al parecer, según otras noticias traducidas y difundidas en este blog sobre la resistencia en la «Jungla» de Calais, dado que una de las pintadas que supuestamente se dejó en uno de los contenedores de mercancías cercano a las máquinas quemadas decía «No borders» («No a las fronteras»), personajes como el prefecto de Calais Fabienne Buccio, el ministro del interior francés Bernard Cazeneuve y hasta algunos portavoces de organizaciones de «caridad» y ONG’s burguesas y asistencialistas envueltas en el desalojo de la «Jungla» de Calais, han estado arengando a las huestes con alarmistas declaraciones donde afirman que un supuesto grupo de «anarquistas no-borders» y «activistas del movimiento no-borders» (¿?¿?) estarían incitando a migrantes pacíficxs a participar en sus acciones violentas. También han culpado a lxs «anarquistas no-borders» (repito, ¿?¿?) de estropear la tentativa del gobierno de solucionar las cosas «pacíficamente» (en realidad, tal intento consistió en enviar funcionarios del ayuntamiento de Calais al campamento autónomo de la «Jungla» para proponerle a la gente abandonarlo por las buenas, lo que obviamente no resultó porque la gente no querían perder su vivienda aunque fuese una pobre chabola en un campamento donde podían autogestionar su vida, organizarse y responder al racismo policial y a la violencia institucionalizada de las políticas migratorias asesinas de la UE.
Una vez más, asistimos a cómo el Estado intenta por todos los medios dividir las luchas en cuanto ve que no puede asimilar sus parámetros porque funcionan y se rigen por medios que la democracia es incapaz de reproducir. Migrantes «pacíficos» que aceptan ser encarcelados en los campos de contenedores del gobierno y migrantes «violentos» que rehúsan abandonar la «Jungla» donde forman parte de una comunidad y han aprendido a hacerse cargo de sus propias responsabilidades y compromisos; activistas «buenos» que se esconden cuando viene la policía y negocian, y «radicales anarquistas no-borders» que queman cosas e incitan a los migrantes a enfrentarse a los antidisuturbios porque claro, no tiene sentido que, sin que otrxs la inciten, una «pobrecita persona refugiada» decida defender por todos los medios su cabaña y su vida frente a la policía que pretende destrozar el único lugar que ha sentido como suyo desde que tuvo que dejar su país por las guerras que patrocina el mismo gobierno francés que ahora pretende «hacerse cargo» de su situación para colocarse la careta bondadosa y ganar votantes a costa del sufrimiento y desesperación de las personas migrantes y refugiadas… El mismo cuento en otro contexto. Ya aburre.
Violencia son las fronteras. Violencia son vuestros centros de internamiento y vuestras vallas. Violencia es ilegalizar a una persona por no tener papeles.
Fuerza a quienes resisten en Calais, y especialmente a quienes lo hacen desde medios autónomos, sin negociar y sin pedir nada, tomando todo cuanto necesitan y derribando los muros del asistencialismo y la distancia divisoria de la caridad organizada verticalmente.
¡Abajo las fronteras y el mundo que las necesita!
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Dos vehículos usados para llevar a cabo desalojos y construir el nuevo «campo de contenedores» – un campo de concentración autorizado mayormente para familias dentro de una «jungla» semi-autónoma más grande – fueron incendiados en la noche del martes al miércoles en Calais cerca del nuevo campamento. No ha habido declaraciones de responsabilidad, pero según la prensa local, graffitis con las palabras «No borders» (No a las fronteras) y «This is a prison» (Esto es una prisión) fueron también dejados en algunos de los contenedores de mercancías usados para mantener a la gente en el nuevo sitio.
El «campamento de contenedores» es un estéril, estrechamente controlado sitio para 1500 personas en el antiguo terreno de la «Jungla», administrado por codiciosos colaboradores de caridad de La Vie Active. Según la organización de caridad «los guardias de seguridad vieron a los culpables y se puede ver su firma en uno de los contenedores. Parece que también se las arreglan para convencer a los inmigrantes de participar en sus acciones».
El nuevo campamento es el primer paso concreto en los esfuerzos para destruir completamente la aldea autogestionada de entre 4000 y 6000 personas. Se espera que un tercio de la población de la «Jungla» sea desalojada el lunes para una zona de amortiguamiento de 100 metros alrededor del borde de la autopista.
Este es el campamento «humanitario» de contenedores metálicos que ofrece el gobierno francés a cambio de la destrucción de la aldea autogestionada de la «Jungla».
Este es el campamento «humanitario» de contenedores metálicos que ofrece el gobierno francés a cambio de la destrucción de la aldea autogestionada de la «Jungla».
Uno de los dispositivos para escanear huellas dactilares. El registro es obligatorio para poder entrar al campamento.