Recibo en el correo electrónico el siguiente comunicado de algunos compañeros de la Conspiración de Células del Fuego, en las prisiones griegas de Korydallos, al respecto de un nuevo 11 de junio. Recomiendo leer también el comunicado enviado a título individual por el miembro de CCF Christos Tsakalos (se puede leer aquí).
Traducido y enviado por lxs compas de Sin Banderas Ni Fronteras (Chile).
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11 de Junio, día internacional de solidaridad y acción por lxs anarquistas presxs en todo el mundo
La prisión tiene la capacidad aterradora de dejar sus propias huellas indelebles en los cuerpos y las mentes de sus residentes.
Impresiones de tristeza, frustración, violencia, asfixia, imposiciones. Las puertas que se abren y cierran todos los días al mismo tiempo, con exactamente el mismo sonido horrible en un ritmo monótono de una rutina asesina que gotea su veneno de inmovilidad y vanidad lenta y dolorosamente.
Una breve descripción de la destilación de la putrefacción producida por el encarcelamiento es suficiente para hacer comprensible el odio que sentimos hacia las prisiones.
Es por eso que cada vez que una fuga de la prisión tiene éxito, cada vez que un funcionario carcelario recibe una visita inesperada, cada vez que un director de prisión o un sargento de policía paga el precio de sus despreciables opciones, nuestros corazones se llenan de una sensación única de disfrute y placer. Porque la venganza por el cautiverio no puede ayudar sino a encontrar su encarnación en los constantes ataques contra los representantes de la prisión.
Si algo falta en nuestros días, no es el balbuceo inofensivo sino las opciones hermosas y valientes de compañerxs con el fin de crear acciones ofensivas organizadas para responder dinámicamente a las cenizas dejadas a su paso por la opresión, para hacer valer la anarquía contra sus enemigos/as. Faltan conversaciones apasionadas para las necesarias prácticas que tenemos que construir, para la planificación de la desestabilización hoy, mañana y durante el tiempo que el mundo de la autoridad nos rodee.
El desiderátum ahora, para todxs quienes se sienten asfixiadxs por la forma de vida contemporánea sigue siendo común. Para coordinar y atacar los enmarañados tentáculos del Estado, el capital, la civilización, la apatía social y la miseria cotidiana en las ciudades. Incontables descripciones hostiles en un hostil patrón de vida que con el fin de destruirlo tenemos que revertir su paso, su movimiento y su ritmo detestable.
La única manera de poner un intento de este tipo en movimiento comienza a partir de todxs y cada unx de nosotrxs en forma individual, desde la gran opción de poner boca abajo nuestros relojes de arena personales con el fin de que nuestras vidas dejen de rodar con el ritmo que la autoridad nos impone, y en su lugar comenzar desde el momento en que avanzamos en la ofensiva, desde nuestros deseos de ver arder el mundo del orden por nuestras propias manos para convertir la solidaridad en la leña de este fuego.
Porque la solidaridad es un impulso, es energía. Es la fuerza que surge a través de la aceptación interna de que todxs somos parte del enfrentamiento anarquista contra la autoridad. Admitir que podemos terminar en cautiverio mañana, en el lugar de alguien que está en cautiverio en la actualidad. Una admisión que constituye esencialmente una unión indisoluble entre todxs lxs anarquistas que están luchando contra la autoridad, cada unx con la forma en que él/ella elija. Un vínculo que no debe romperse a pesar de todas las diferencias personales, a pesar de los desacuerdos individuales, ese sentimiento de complicidad siempre está ahí. No se cae hacia atrás. Persiste y adopta diversas formas.
Un lienzo, un afiche, un incendio durante la noche, un ruido ensordecedor de una explosión, una explosión contra alguna escoria de la autoridad, una acción de liberación de prisionerxs. Porque sólo de esta manera, sólo entonces, la solidaridad es de hecho nuestra arma.
Conspiración de Células del Fuego / FAI-FRI
Michalis Nikolopoulos
Giorgos Nikolopoulos
Panagiotis Argirou
Damianos Bolano
Theofilos Mavropoulos