Recojo de Insurrection News y traduzco de inglés a castellano el siguiente comunicado de les compañeres de la okupa Rigaer 94 de Berlín, amenazada de desalojo tras los sucesos que tuvieron lugar en el pasado verano, cuando las patrullas policiales allanaron la casa y desalojaron la planta baja, que albergaba un centro social autogestionado, un taller de bicis, un bar y otros proyectos, con la excusa de construir allí viviendas que luego poder alquilar a personas refugiadas (demostrando su cinismo más vomitivo al instrumentalizar la dramática situación de desamparo y persecución que sufren las personas refugiadas en Alemania tanto por grupos racistas y neonazis como sobre todo por parte de la policía para lograr ganarse a la opinión pública y legitimar su ataque contra el proyecto de Rigaer 94), hecho que además fue el pretexto idóneo para un drástico aumento de la presencia policial en el barrio, el acoso a les vecines y el control permanente de Rigaer 94, vigilando y registrando a quienes entraban o salían de la casa. Antes de esto, en el invierno pasado, hace un año, ya se habían producido varios intentos de la policía por allanar la casa y atacar el proyecto autogestionado y antiautoritario que se desarrolla en Rigaer 94.
La respuesta no se hizo esperar y después de lo ocurrido en verano, desde la casa hicieron un llamado a causar 1 millón de euros en daños a estructuras y propiedades del Estado para responder a los ataques que Rigaer 94 y otras okupaciones berlinesas estaban sufriendo, mediante acciones informales y descentralizadas, contundente convocatoria que pese a poder parecer grandilocuente tuvo una gran respuesta, con numerosos ataques.
Después de que un tribunal, una de sus propias instituciones legisladoras e inquisidoras, declarase «ilegal» la actuación policial contra Rigaer 94, el propietario presentó una apelación para volver a exigir una orden de desalojo. El juicio fue el pasado 2 de febrero, pero todavía no se tienen noticias de cuál ha sido el desenlace. Igualmente, les compañeres afirman que no tienen pensado echarse atrás y llaman a continuar con las acciones de solidaridad y de lucha con Rigaer 94 y contra la gentrificación.
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Os estamos escribiendo desde el proyecto amenazado Rigaer 94 en uno de los barrios una vez notorios en okupación de Berlín. Nuestros contextos podrían ser mundos aparte o realmente cercanos pero la realidad que vivimos el último año lleva las huellas del mismo sistema de opresión sistemática. En solidaridad con todos los proyectos, individues y luchas emancipatorias amenazadas, nos gustaría conectar mejor nuestras estructuras y trabajo en un vínculo más cercano basado en el apoyo, en nuestras luchas.
Sigamos caminando este sendero juntes, pero antes un corto resumen del pasado reciente y nuestra situación.
El último año nos vimos a nosotres, al barrio y a la gente a nuestro alrededor, recibiendo mucha represión policial, empezando con la declaración por parte del Estado de que nuestra calle y barrio eran una “Zona de Peligro” (Gefahrengebiet), dando a la policía poderes extra de registro y detención y luz verde para el acoso callejero constante de cualquiera que se ajustase a su visión de una persona “izquierdista”, no blanca o de algún modo no normativa (esto evolucionó en casi cualquier cualquier persona siendo controlada, sin importar lo que aparentase).
Esto vio un aumento masivo en los furgones de la policía antidisturbios que cruzaban las calles, lo que significa conflictos constantes para el vecindario y en nuestros esfuerzos para luchar por un área autónoma y libre de maderos.
Rigaer 94 estuvo en el centro de estos conflictos, ya que el Estado y sus maderos lo declararon el meollo de la lucha militante.
Esta táctica puede ser vista en el contexto más amplio de los reaccionarios controles e intimidación impuestos, tales como estados de emergencia y toques de queda, empleados como factores de estrés constante (y extracción de datos) para aquelles que están contra la progresión agresiva de la gentrificación y el control público.
Al comienzo del año, un policía de tráfico fue confrontado en la calle mientras intentaba dar tíquets de estacionamiento, siete horas después, 500 policías o más fueron usados para hacer una redada en nuestra casa.
Unos días más tarde fuimos allanados de nuevo, esta vez después de que una bolsa de basura fuese lanzada desde una ventana mientras los policías estaban pasando junto a los contenedores cercanos a la casa (este fue un “ataque que amenazó sus vidas”).
En respuesta a estos ataques, hicimos un llamado a causar 1 millón de euros en daños al Estado y sus estructuras para hacer frente a cualquier ataque a los espacios de la izquierda radical. Esto fue consistentemente cumplido.
El Estado se empeñó en destruir nuestras estructuras y continuó poniendo presión, pero nosotres nunca les hemos dejado que se pongan por encima nuestro.
Su último intento de aplastar nuestro espíritu fue en el verano. Una operación policial masiva fue organizada para desalojar la planta baja (el bar y taller “Kadterschmiede”) de nuestro proyecto. Este plan fue elaborado por el jefe de policía y el ministro del interior, quien luego se acercó al dueño para el visto bueno final.
La casa estuvo rodeada 24/7 por policías, que cercaron la entrada principal y ocuparon el ático, las escaleras y el patio. Protegieron a los contratistas privados que empezaron un proceso de desalojo y destripado de la planta baja y el ático. Luego fueron ayudados por la seguridad privada para controlar la entrada y salida de personas de nuestra casa. La narrativa dada a los medios fue que la planta baja iba a ser renovada y alquilada como alojamiento para refugiades. Esto por supuesto ha demostrado ser una mentira y una táctica divisoria por el Estado, que estaba tratando de manipular la opinión pública y aplastar la lucha de izquierda con algunas de sus propias trampas.
Esta ocupación policial duró tres semanas (aquí hay un texto más detallado de aquel momento).
En el verano vimos la ocupación de nuestra casa y proyecto llegar a su fin desde la combinación de inspiradoras acciones callejeras y un proceso judicial.
La audiencia del tribunal concluyó que la acción de la policía era “ilegal” y que teníamos alguna suerte de derechos okupas sobre las áreas disputadas de la casa. Tanto si esta acción fue “ilegal” o no a ojos de los tribunales esto fue y es irrelevante para nosotres, pero en ese momento significó que el Estado tuvo que tragarse sus propias leyes y marcharse a su casa.
Por supuesto, no iban a dejarnos ir tan fácilmente, y ahora hay una apelación del propietario de la casa para obtener una orden de desalojo. A su manera legal. Este proceso judicial ocurrirá hoy, martes 2 de febrero, y no esperamos “ganar”. Una vez que el propietario tenga su papel de desalojo, lo más pronto que podrían desalojar con la debida notificación es dos semanas tras la decisión judicial. Si su primer intento fracasa pueden, teóricamente, intentarlo de nuevo en cualquier momento en el futuro sin advertencia previa.
La solidaridad en respuesta a los pasados ataques a Rigaer 94 fue increíblemente poderosa.
Leer cada día las acciones que ocurrieron en la noche anterior, nos llenó con la fuerza y el fuego que necesitábamos para continuar esta lucha. Las formas de resistencia dentro del concepto del “Día X”* fueron tan diversas como las personas que las mostraban. Las calles estuvieron llenas de acción, pero no sólo para nosotres, ya que la lucha contra la gentrificación es internacional y esas y otras acciones han inspirado y han sido inspiradas por movimientos de todo el mundo.
Esta es nuestra fuerza contra el Estado represivo y sus estructuras – acciones descentralizadas y organización autónoma que el Estado no puede ni siquiera acercarse a mantenerse aguado y saciado.
Esta es la presión que podemos ejercer en los aparatos del capital y del Estado.
¡Los espacios auto-organizados como Kadterschmiede en Rigaer 94 tienen que ser defendidos!
Queremos seguir luchando no sólo por nuestro proyecto sino por todos aquellos proyectos amenazados por la violencia y la opresión del Estado – todes aquelles luchando por espacios vivos, todes aquelles sentades en prisiones, todes aquelles luchando por sus propios futuros autónomos, todes aquelles que están luchando sólo para vivir.
Todos los desalojos son Día X.
El Día X sólo nos reunirá de nuevo y fortalecerá y extenderá nuestras redes de rebelión.
El Día X significa Caos.
¡Las acciones son nuestra ira!
Cada corazón es una célula revolucionaria.
Nos vemos en las calles.
R94