México – Solidaridad con el compa Mario González, en huelga de hambre.

Mario González es un compa mexicano partícipe de la lucha contra las reformas educativas en el ámbito de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) que el 2 de octubre de 2013 fue detenido con acusaciones falsas y torturado física y psicológicamente, así como encarcelado. Pese a que la libertad condicional hasta el juicio le corresponde por derecho según las propias leyes del Estado mexicano, Mario ha tenido que iniciar una huelga de hambre para exigir su excarcelamiento. Dicha huelga le ha traído serios problemas de salud, comprometiendo gravemente incluso su propia vida. A pesar de ello, el compañero ha hecho patente aquello de que vale más jugarse la vida por la libertad a vivirla sumiso entre cuatro paredes, y estaría dispuesto a llegar hasta donde sea necesario.

Sigue el comunicado sobre una concentración solidaria realizada delante del talego:

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En este lunes, 18 de noviembre, fue convocada una concentración ante la entrada del Presidio Oriente (en la colonia San Lorenzo Tezonco, delegación Iztapalapa), para exigir una vez más la libertad del compañero anarquista Mario González, que lleva más de 41 días en huelga de hambre, para acompañar a la comisión médica que entró para evaluar su salud y para reiterar nuestro apoyo incondicional a Mario.

Las últimas movilizaciones como la marcha del viernes pasado y la concentración que realizamos después, levantaron el ánimo de nuestro querido compañero, que lucha por su libertad, a pesar de que el pasado 15 de noviembre la quinta sala de lo penal dio su negativa para que Mario continúe el proceso penal en libertad y respaldaron el secuestro que el Estado mantiene contra él.

Mario escribió otro comunicado, que reproducimos a continuación:

Saludos desde el presidio preventivo varonil norte, a viernes 15 de noviembre.

Lxs magistradxs de la quinta sala de lo penal me negaron la libertad provisional alegando que soy un peligro para la sociedad, aunque no haya ninguna prueba contra mí, manteniéndome encarcelado. Esto reafirma la complicidad represora de las diferentes instancias del Estado.

A 41 días de la huelga de hambre, me mantienen privado de mi libertad, y sólo exijo mi derecho a la libertad provisional y que mi proceso sea conducido desde fuera, lo que no es ningún favor que yo pida, sino que son sus propias leyes las que determinan este derecho que ellxs mismxs ignoran. Por eso estoy dispuesto a continuar esta huelga de hambre hasta las últimas consecuencias para conquistar mi libertad.

Mario González García, 18 de noviembre de 2013

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El pasado 18, además de la concentración solidaria realizada en el exterior del talego, fue visitado el compañero por un equipo médico. Sigue a continuación el relatorio de dicha visita:

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«Acaba de salir el médico. Su diagnóstico es que Mario no va a durar más de 8 días si continúa así. Para un hombre de 1,78 m de altura, pesar 60 kgs compromete gravemente su salud.

En estos momentos algunxs compañerxs están bloqueando el tráfico en Av. Tlahuac y en las proximidades para ejercer presión. Se necesitan acciones solidarias y ya. Curiosamente, el Gobierno del Distrito Federal, se ofreció a trasladarlo a un hospital cuando e motivo de su huelga es conseguir su libertad»

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El día 22 el compa fue trasladado al hospital Tepepan según informaron su abogada y sus familiares y transmitió a este blog CNA México. Es importante remarcar que el compañero ha sido hospitalizado CONTRA SU VOLUNTAD, y aquí es preciso detenerse.

No hay que entender esta iniciativa estatal como un repentino brote de empatía o de interés por la salud de Mario González, sino como una de las más crueles estrategias de las que dispone el Estado para coartar las iniciativas de lucha y mantener su orden, en la que, paradójicamente, protege la salud de la misma persona presa a la que ha llevado hasta el límite de arriesgar su propia vida en una huelga de hambre con tal de no concederle su derecho a salir de la prisión, y todo no porque se preocupen por esa persona, sino porque su muerte perjudicaría demasiado a lxs poderosxs e implicaria mucho papeleo. Cuando una huelga de hambre es llevada hasta un punto más allá del cual la acción se vuelve realmente letal, compromete seriamente los intereses del Estado en ocultar los crueles engranajes que funcionan en el interior de sus instituciones penitenciarias. Ante tales circunstancias, el Estado puede reaccionar de dos formas. La primera, cediendo, concediendo al/a la presx lo que exige con su huelga de hambre y poniendo por lo tanto éstx fin a la misma (esto no sucede casi nunca) y la segunda, aplicada con más frecuencia, hospitalizando en contra de su voluntad al/a la huelguista de hambre para que le sean administrados nutrientes mediante la fuerza si es necesario, evitando que la persona que lleva a cabo esa lucha pueda seguir presionando con la única arma que le queda para protestar en el interior del inframundo carcelario: su cuerpo y su propia vida. En ocasiones incluso se mantiene al/a la presx en el talego pero se le obliga a comer. De esta forma el Estado evita que mueran presxs por huelga de hambre lo que pondría en riesgo el telón del teatro social que oculta la realidad que hay más allá del espectáculo. Tampoco hay que entender esta perspectiva como un interés en que mueran presxs ¡nada más lejos de mi punto de vista o de mi intención! pero hay que entender que muchxs presxs deciden arriesgar sus vidas en una huelga de hambre porque es la única forma que tienen de lanzar al exterior un grito, es un todo o nada, es una última carta sobre la mesa. Interferir en esa decisión para mantener con vida a la persona presa que se ha declarado en huelga de hambre y tiene deseos expresos de continuar a pesar de que pueda morir, forzarla a abandonar su último deseo genuíno, apagando su último asomo de rebeldía y todo para que no se comprometan sus putos centros de exterminio es algo inhumano, como inhumano es tener que llegar a esos extremos para pedir algo tan básico como que el Estado cumpla su propia ley en lo relativo al encierro, sin querer decir con ésto que sus leyes sean buenas, no lo son, pero son a las que se aferra para encerrar pobres y rebeldes pero que luego gobernantes, maderos, carceleros y demás seres sin corazón se saltan con total impunidad para hacer prevalecer su status-quo y su voluntad de dominación sobre todas las cosas, seres, sueños y esperanzas del mundo.

Libertad Mario

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