A continuación sigue el comunicado (que recojo y traduzco desde la versión en inglés publicada en Indymedia Atenas) de un compañero migrante residente en el barrio combativo de Exarchia, en el centro de Atenas, y que el pasado 27 de julio, por la noche, fue asaltado por un escuadrón de maderos antidisturbios, que le pegaron una brutal paliza intentando romperle varios huesos y articulaciones, además de insultarle de forma racista y amenazarle de muerte. Los propios maderos dijeron que la «razón» por la que le pegaban era su participación en grupos anarquistas del barrio y en los disturbios contra la policía que ocurren con cierta frecuencia en esas calles. Afortunadamente, el agredido pudo escapar y refugiarse en la vivienda de otres compañeres, que le acompañaron al hospital, y se encuentra recuperándose.
Una muestra más del habitual racismo que esconden las fuerzas policiales de las democracias europeas, también cuando el gobierno que les dirige es supuestamente «izquierdista» y tiene un rostro más «amable», «popular» y «humanitario». No debería sorprendernos si tenemos en cuenta el altísimo índice de voto al partido neonazi Amanecer Dorado entre los miembros de las fuerzas policiales griegas.
Nazis y policía, la misma porquería.
Siempre seréis escoria. Maderos, cobardes, asesinos.
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Terrorismo de Estado: Tortura en los callejones de Atenas
El jueves 27 de julio alrededor de las 2 de la mañana en Atenas, en la calle Bouboulinas en el barrio de Exarchia, un escuadrón de la policía griega secuestró y torturó a un migrante anarquista. Inmediatamente comenzaron a torturarme con un aluvión de patadas, usando insultos racistas y fascistas. Mientras tanto, la policía declaró que mi ofensa era que yo soy anarquista y pertenezco a un conocido grupo político de Exarchia. Luego, el escuadrón de policías antidisturbios me forzaron a entrar en un callejón oscuro. Me tiraron al suelo e intentaron romperme las costillas a patadas; puse mi mano en mis costillas para intentar protegerlas. Apartaron mi mano de mis costillas e intentaron romperme los dedos con sus escudos. Para proteger mis dedos, presioné mi mano contra mi estómago. En ese momento, golpearon otra vez mis costillas para romperlas. Esta acción duró mucho tiempo, hasta que uno de los policías propuso romperme las muñecas. Así que pusieron mis manos sobre la piedra de la acera para romperlas con sus porras, pero conseguí apartar mis manos. Aumentó su ira, y pronunciando insultos fascistas y racistas, empezaron todos otra vez a golpearme.
Me golpearon durante más de hora y media. Mientras, estaban todo el tiempo tomando muchas fotos de mi siendo golpeado, así como también cuando yo estaba tumbado semi-inconsciente en la calle. Cuando los policías se dieron cuenta de que mi cuerpo había sido seriamente dañado y que no me podía mover, empezaron a jugar a un juego conmigo, diciéndome “tienes diez segnudos para largarte de aquí, si te cogemos de nuevo, te mataremos”, y dos maderos se movieron un poco hacia mí para atraparme otra vez. Golpearon mi rodilla varias veces con porras para asegurarse de que no me iba a escapar. Cuando uno de ellos se dió la vuelta para mirar tras él, con todo el dolor que tenía empecé a correr. Uno de los policías intentó atraparme de nuevo pero pude escapar corriendo por la calle Tositsa y buscando ayuda en la casa cercana de unes compañeres.
Paramédicos solidaries vinieron inmediatamente y tras examinarme, me dijeron que debía ir al hospital. Allí descubrieron que, aparte de fuertes hematomas en todo mi cuerpo y heridas en la cabeza, también tenía una articulación espinal fracturada.
Exarchia, como una zona con proyectos auto-organizados y lucha revolucionaria, está bajo constante ataque del Estado porque es parte de la lucha internacional contra el capitalismo, la mafia, el terrorismo y en general contra el sistema. Exarchia es una zona de defensa donde diferentes grupos existen juntos para luchar por la libertad y la igualdad contra la opresión del sistema. Por medio del apoyo mutuo podemos encontrarnos con las necesidades de cada cual sin ninguna autoridad. Por esta lucha el Estado nos apalea.
El Estado, colocando fuerzas policiales permanentes en el perímetro de Exarchia, ha establecido una especie de frontera entre nosotres y el resto de Atenas, poniéndonos así en una especie de prisión. En estos momentos no tenemos otra forma de resistir a esta prisión excepto los disturbios contra los checkpoints militarizados. Una de las razones por las que los maderos quisieron romperme las costillas es que, como ellos dijeron, yo soy una de las personas que participan en los disturbios. Muchas personas generalmente participan en los choques con las fuerzas policiales, porque no quieren estar en una prisión, no quieren el control de ninguna autoridad.
Como un inmigrante anarquista entiendo que la lucha por la libertad es común entre locales y migrantes. Por esta razón trabajo hacia la unidad y formando un cuerpo colectivo entre locales y migrantes. No lucharemos sólo por les migrantes, sino por todes, porque entendemos que nuestro dolor, nuestros problemas, son los mismos.
Les inmigrantes están bajo constante ataque del Estado y los fascistas y no importa qué tipo de gobierno esté en el poder, si es un gobierno de ultraderecha o izquierdista. SYRIZA se presentan a sí mismes como defensores de les inmigrantes pero la realidad es que encarcelan migrantes a escala masiva, cada día deportan y matan gente en las fronteras. Nosotres sabemos que toda autoridad es nuestra enemiga.
En Exarchia, les inmigrantes hoy están bajo una creciente amenaza de represión. Recientemente empezaron a hacer operaciones policiales de limpieza en la plaza, arrestando a cualquier migrante que esté allí. Al mismo tiempo, hay grupos en Exarchia que actúan como la policía, usando las mismas tácticas, como los pogromos en la plaza contra les migrantes. Por ejemplo un grupo conocido como equipo de seguridad, parte militar del grupo político «Movimiento Antiautoritario» (AK), que tiene relación con el gobierno y se presentan como partidaries de les inmigrantes, pero en su lugar utilizan a les inmigrantes como una tapadera para su negocio de la mafia. Como inmigrante tengo que decirles a esos grupos: dejad de usar nuestro nombre para su negocio sucio.
Está claro que la policía y la mafia trabajan juntos por el mismo propósito: el control y aplastamiento de la resistencia.
El mensaje de este ataque violento de los cerdos era: aterrorizar inmigrantes, anarquistas y a aquelles que activamente resisten y luchan contra la policía. No debemos arrodillarnos. La violencia del Estado hace aun más claro que nuestra lucha es justa.
MADEROS MAFIOSOS ASESINOS