[Texto] Internacional – «Tomando Una Visión Global de la Represión: La huelga en las prisiones y la Semana de Solidaridad con les Prisioneres Anarquistas», por CrimethINC.

Con el doble motivo de la huelga anticarcelaria que muches prisioneres del sistema penitenciario industrial estadounidense se encuentran llevando a cabo desde hace meses y de la llegada de una nueva Semana Global Anual de Solidaridad con les Prisioneres Anarquistas, les compañeres del colectivo CrimethINC. publicaron en su blog hace unos días un texto que contiene reflexiones y perspectivas sobre el desarrollo de la represión en las últimas décadas, los cambios en sus patrones, sus estrategias actuales, y las herramientas que tenemos para contrarrestarlas, desde una perspectiva antiautoritaria, revolucionaria y abolicionista del sistema penitenciario y del modelo social explotador y cargado de carencias y miserias que lo necesita.

Tras traducirlo a castellano, os dejo a continuación el texto.

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En los Estados Unidos, una huelga de prisiones prácticamente sin precedentes se está llevando a cabo, sentando nuevos precedentes para la coordinación entre las luchas en las prisiones y los centros de detención y por la solidaridad de aquelles que no están tras los barrotes. Mientras, entre el 23 y el 30 de agosto es también la sexta semana anual de solidaridad global con les prisioneres anarquistas, cuando anarquistas alrededor del mundo coordinan luchas solidarias entre diferentes países y continentes. Creemos fuertemente que cada prisionere es une prisionere polítique, y que la mejor forma de apoyar a les prisioneres anarquistas es construir un movimiento contra el complejo penitenciario-industrial en sí mismo. Al mismo tiempo, la semana de solidaridad global es una excelente oportunidad para obtener el contexto de nuestres compañeres de otras partes del mundo sobre las diferentes estrategias de la represión que varios gobiernos están empleando hoy y cómo contrarrestarlas.

En el siguiente texto, exploraremos los patrones de represión contemporáneos dirigidos contra les anarquistas de todo el mundo y algunas de las formas en las que los movimientos han respondido. Considerar esto como un microcosmos de la forma en la que la represión funciona en relación con la población en general puede proporcionarnos un modo de entender la solidaridad de les prisioneres como parte de una lucha más amplia contra las prisiones y hacia la libertad de todas las personas. Como anarquistas, nuestro objetivo es analizar las tácticas estatales de represión con el fin de desarrollar mejores prácticas de seguridad, construir conexiones internacionales y ser más hábiles en el apoyo y el cuidado mutuos.


Graffiti en Khabarovsk, Rusia, en apoyo a la Semana Anual de Solidaridad con les Prisioneres Anarquistas. Dice: “Libertad a los presos políticos #ABC. ¡No a la tortura!”

Oleadas de represión, 2017-2018

Las primeras dos décadas del Siglo XXI han visto intensificarse continuamente la represión dirigida hacia les anarquistas y sus compañeres. Algunos de los ejemplos más ampliamente conocidos de los últimos años incluyen el caso Tarnac en Francia, una investigación de “terrorismo” que empezó en 2008 y concluyó este año con les acusades completamente exonerades; Las operaciones Pandora, Piñata y Pandora 2 en España, que comenzaron en diciembre de 2014 y concluyeron este año; Scripta Manent en Italia, desde 2017; la Operación Fénix en la República Checa, desde primavera de 2015; las redadas que la policía ha estado llevando a cabo a lo largo de Europa desde la batalla de Hamburgo en el verano de 2017; el caso por el incendio de les 3 de Varsovia en Polonia, 2016-2017; y la represión masiva en los EE.UU como resultado de la ocupación de Standing Rock y de la resistencia a la investidura de Trump, con el segundo caso habiendo concluido finalmente en el pasado mes de julio. También fuimos testigos de la represión en marcha en la dictadura en Bielorrusia y Rusia, más recientemente con el caso “Red”.

Alrededor de todo el mundo, los Estados y sus fuerzas policiales eligen del mismo surtido de tácticas para alcanzar los mismos objetivos. Las elecciones específicas que hacen varían según su contexto, pero la caja de herramientas y los objetivos fundamentales son los mismos.

Por ejemplo, los mismos programas informáticos se utilizan en muchos países diferentes para llevar a cabo la censura en línea. En algunos países, sólo se usan para cerrar algunos sitios web, mientras que en otros lugares bloquean una gran variedad de contenido; pero el mismo principio está funcionando en ambos casos, y todo lo que haría falta para que la primera situación se convierta en la última sería que las autoridades verificasen algunas cajas más en su software de represión. Lo mismo ocurre con otras formas de represión policial. Esto muestra cómo la diferencia entre una democracia liberal supuestamente permisiva y una dictadura autocrática es cuantitativa, no cualitativa.

Cuando la policía en una parte del mundo desarrolla una nueva estrategia o comienza a emplear una táctica específica con más frecuencia, a menudo se extiende a otras agencias policiales de todo el planeta. Por ejemplo, podemos trazar una línea entre los diversos casos de trampas en los Estados Unidos – Eric McDavid, David McKay, Bradley Crowder, Matthew DePalma, los del caso OTAN 3, Cleveland 5 – y el caso posterior de la Operación Fénix en la República Checa, en la que agentes provocadores intentaron seducir a las personas para que planificaran un ataque a un tren militar y atacaran a un escuadrón de desalojo policial con cócteles molotov. Al principio, la Operación Fénix se enmarcaba como una campaña contra la Red de Células Revolucionarias, una red que se había adjudicado la responsabilidad de varios incendios contra la policía y los capitalistas; al final, concluyó como un intento fallido de estigmatizar a les anarquistas y restaurar la legitimidad de la policía checa a los ojos del público.

Del mismo modo, podemos también entender la OpPandoraeración Fénix en el contexto de décadas de esfuerzos de la policía en Italia, EE.UU., Francia, España y en cualquier otra parte por establecer un precedente para fabricar casos por conspiración terrorista con los cuales desacreditar y encarcelar a les anarquistas. Vistos individualmente, el proceso Marini en Italia, el caso de les 9 de Tarnac, las operaciones Pandora y Piñata, y la Operación Fénix, no son más que ejemplos desconcertantes de extralimitaciones fiscales. Pero cuando los consideramos como parte de un patrón global en el cual las fuerzas represivas del Estado han estado buscando un nuevo método por medio del cual neutralizar las redes que conectan a los movimientos sociales populares, podemos reconocer lo que todos tienen en común. En este contexto, también se vuelve claro cómo la táctica rusa de torturar arrestades para obligarles a firmar confesiones falsas podría extenderse a otros países, sino damos pasos inmediatamente para visibilizarla públicamente. Este es el motivo por el cual es importante tomar una aproximación global en el estudio de las estrategias de represión de los Estados.

Cultivando la cooperación policial internacional

A lo largo del globo, las fuerzas policiales están cooperando más que nunca. La represión a escala continental en Europa muestra la colaboración policial internacional y a las extremistas y terroristas leyes en acción.

El caso reciente del robo a un banco en Aachen en Alemania ilustra esto: una orden de arresto europea, fuerzas policiales compartiendo servicios de inteligencia entre ellas, y la intensificación de la cooperación entre varias autoridades locales después de dos expropiaciones bancarias en 2013 y 2014. La policía española y alemana cooperó en obtener el ADN de les supuestes expropiadores, que fueron acusades de robar el Pax Bank, el banco de la Iglesia Católica.

Podemos también ver pruebas de esta tendencia en el último caso conectado con la campaña SHAC (Stop Huntingdon Animal Cruelty) que apuntó al actual prisionero por la liberación animal Sven van Hasselt. Seis Estados europeos colaboraron en su arresto.

También estamos viendo a la policía en diferentes países intercambiando educación y experiencia de una manera más organizada. Por ejemplo, el Colegio de Policías Europeos (CEPOL) celebró un seminario sobre el terrorismo en Grecia en julio de 2012, en el que las autoridades italianas ofrecieron una visión en profundidad de las medidas represivas que han utilizado contra el movimiento anarquista insurreccional. La Oficina Europea de Policía (EUROPAL) publica un informe anual, el Informe de Situación y Tendencia del Terrorismo (TE-SAT), en el que se puede encontrar un capítulo dedicado al supuesto «terrorismo» de izquierda y anarquista. Este tipo de colaboración ha cobrado impulso en otros lugares, como el Centro de Inteligencia y Situación de la Unión Europea (SitCen); Los Estados miembros de la Unión Europea también cooperan en el plano jurídico a través de instituciones como Eurojust.

Los gobiernos en el Norte global rutinariamente equipan y entrenan Estados en el Sur global para emplear su tecnología y estrategias de represión. Por ejemplo, Alemania e Israel hicieron una fortuna equipando a Brasil antes de la Copa del Mundo de 2014. En un ejemplo extremo de esto, Gran Bretaña ahora busca externalizar el encarcelamiento en África, construyendo una nueva prisión en Nigeria. Todas estas son buenas razones para relacionar nuestras luchas.

El discurso del terrorismo y la legislación

Las leyes y la retórica contra el “extremismo” y el “terrorismo” son algunas de las herramientas contemporáneas más poderosas para criminalizar y deslegitimar las luchas sociales. Muchos Estados desarrollaron leyes terroristas como resultado de la anterior generación de movimientos políticos, tales como los grupos independentistas vascos en el estado español o la Fracción del Ejército Rojo (RAF) en Alemania en la década de 1970. De alguna manera, esto puede hacer que el marco del «terrorismo» sea algo obsoleto cuando se trata de movimientos sociales contemporáneos, que generalmente carecen de jerarquías formales como la RAF.

La función principal del marco del “terrorismo” es legitimar la suspensión de derechos legales, para empoderar a la policía para emplear la vigilancia ilimitada, la detención indefinida sin cargos o juicio, el aislamiento total en prisión, la tortura – todas las tácticas que fueron una vez usadas para mantener los regímenes coloniales, las monarquías y las dictaduras. Desde el 11 de septiembre de 2001 y con la declaración de la llamada “guerra contra el terrorismo”, las leyes antiterroristas han sido actualizadas por todo el mundo para hacer estas tácticas disponibles para reprimir a cualquiera que pudiera amenazar la estabilidad del orden dominante.

Por este motivo la democracia europea más liberal puede concurrir con las autoridades de una dictadura virtual como la de la Rusia de Putin en que el mismo marco legal debería ser usado tanto contra anarquistas que defienden al público de la violencia policial como contra fundamentalistas del Estado Islámico que llevan a cabo ataques contra objetivos civiles aleatorios. Estos dos casos no tienen nada en común en términos de tácticas, valores o metas; lo único que les conecta es que ambos desafían el poder centralizado del gobierno que prevalece.ç

La represión: Un lenguaje internacional con dialectos locales

«Averigua a qué se someterá discretamente cualquier persona y usted tiene la medida exacta de la injusticia y el error que se le impondrá».

– Frederick Douglass

Hay algunos desarrollos nuevos en el campo de la represión estatal. Por ejemplo, vemos un desarrollo rápido en las tácticas de represión en Rusia con el ejemplo del caso «Red», en el que muches activistas han sido secuestrades, amenazades, golpeades y torturades mediante electroshocks, colgades boca abajo y otros métodos. Utilizando estas tácticas, los agentes de las fuerzas de seguridad rusas (FSB, el sucesor de la KGB) obligaron a les arrestades a firmar confesiones falsas que corroboran la existencia de un grupo inventado llamado «la Red» que supuestamente planeaba llevar a cabo ataques terroristas durante las elecciones presidenciales de marzo de 2018 y la Copa Mundial de la FIFA. Estas tácticas crearon una atmósfera de miedo, aislamiento e incertidumbre en Rusia, por lo que es muy difícil movilizar la solidaridad.

La innovación aquí es usar la tortura para confirmar la existencia de una «red terrorista» inventada por el Estado. La tortura en sí misma no es algo nuevo para les anarquistas y otres prisioneres en los países postsoviéticos; sigue siendo una de las herramientas más poderosas en el contexto de un sistema penal que es notoriamente corrupto y permisivo hacia la policía, otorgándoles incluso menos supervisión legal que la experiencia policial en lugares como Estados Unidos. Los contextos ruso y bielorruso son distintos ya que, en ambos casos, el Estado es abiertamente autoritario, sin vacilar en tomar medidas violentas incluso en formas básicas de expresión, como la colocación de pancartas.

Actualmente, esta estrategia parece estar funcionando en Rusia y Bielorrusia, pero a la larga la opresión con mano dura hace que las autoridades sean vulnerables a los repentinos estallidos de rabia reprimida. En Bielorrusia, por ejemplo, a pesar de la tremenda presión del gobierno totalitario, les anarquistas estuvieron a la vanguardia de uno de los movimientos sociales más poderosos de 2017.

Por el contrario, en los países «occidentales», vemos estrategias de represión más legalistas, como fianzas extremas y condiciones de liberación que funcionan para aislar y pacificar a las personas a través del desgaste. Esto presenta formas más sutiles de represión que son más aceptables socialmente para aquelles a quienes les gusta verse a sí mismes como ciudadanes de una democracia. Un informe de investigación policial describió la represión de la campaña de SHAC como un proceso de «decapitación del liderazgo» logrado a través de largas condenas de prisión y fianzas extremas y condiciones posteriores a la prisión destinadas a aislar absolutamente a las personas de sus movimientos.

La cooperación policial entre los diferentes Estados europeos no siempre toma la misma forma. Por ejemplo, mientras que las conferencias griegas, italianas y alemanas tienen lugar con respecto al «terrorismo» anarquista y al «extremismo», los países que han experimentado menos acciones militantes* y menos inquietud popular emplean diferentes enfoques. Muchos Estados llevan a cabo reuniones de inteligencia bajo la apariencia de una investigación académica en «estudios de extremismo y terrorismo», con el fin de monitorizar la presencia de ideas o tácticas particulares. Esto fue claro en la República Checa, donde tales estudios se utilizaron para analizar el movimiento anarquista local. Por ejemplo, a pesar de carecer de vínculos demostrables con la FAI/FRI o con la Conspiración de las Células de Fuego, las acciones anarquistas recientes en la República Checa de la mencionada Red de Células Revolucionarias fueron descritas y procesadas principalmente a través de investigaciones académicas y policiales que las presentaban como una manifestación de los primeros grupos.

Otro graffiti desde Rusia enmarcado en la Semana de Solidaridad con les prisioneres anarquistas. Dice «Apoya a los Prisioneros Políticos».

Aprendiendo de campañas de soporte exitosas

«Aprendemos mil veces más de la derrota que de una victoria»

-Ed Mead, miembro de la Brigada George Jackson y de Hombres contra el Sexismo, prisionero a largo plazo y liberador gay

No es fácil medir la efectividad de la represión. Se podría decir que una campaña de represión tiene éxito si los objetivos reciben sentencias de prisión, o si el movimiento con el que están asociados se divide, se pacifica o se destruye de manera efectiva, o si la lucha social en la que se involucra el movimiento se convierte en cooptación.

Entonces, por ejemplo, podría decirse que la Operación Fénix ​​no tuvo éxito porque los cargos legales que se impusieron no tuvieron éxito. Sin embargo, la policía checa pudo recopilar una enorme cantidad de datos sobre el movimiento anarquista en la República Checa y, a pesar de no ganar el caso contra les acusades, lograron implantar la retórica antiterrorista y el sentimiento «anti-extremista» en la República Checa. Un discurso público. Sin embargo, a pesar de esto, les anarquistas ganaron mucho apoyo de todo el mundo, lo cual era muy importante para las personas que estaban tras las rejas, aisladas y acusadas de extremismo.

Una de las campañas de apoyo recientes más inspiradoras fue la defensa de les arrestades del caso J20 en los EE. UU., Un caso que terminó en una derrota casi total para el Estado. Podemos ver otro ejemplo inspirador bajo condiciones mucho menos favorables en la campaña contra el caso terrorista «Red» en curso en Rusia, donde los padres de les acusades ​​han creado una «Red de Padres» que apoya a sus hijes y se opone al régimen totalitario.

Emprendiendo la defensa del movimiento

La represión a menudo impone el aislamiento y otras dificultades. Cada persona es única, pero en general, aquelles que se encuentran en el extremo receptor de la represión suelen necesitar las mismas cosas: apoyo económico y emocional, soporte para la familia y amigues de les acusades, canales de comunicación seguros o fiables al menos, publicidad acerca del caso, y – lo más importante – que la lucha continúe.

Diferentes grupos pueden jugar diferentes roles en la lucha contra la represión. Hay grupos que forman a otres para reaccionar cuando la represión golpea, como la campaña para apoyar a les acusades del J20, o el colectivo Solidaritat Rebel, que difunde información sobre el caso por el atraco al banco en Aachen, o la iniciativa Antifenix, que promueve el análisis y la resistencia contra la Operación Fénix en la República Checa. Estos proyectos son muy importantes ya que responden a una necesidad urgente e inmediata de apoyo. Hay también grupos que mantienen la consistencia de la organización antirepresiva a largo plazo, tales como la Cruz Negra Anarquista (ABC/CNA). La Cruz Negra Anarquista es una red internacional de grupos anarquistas activos en la solidaridad práctica con prisioneres que cumple ahora un siglo.

Podemos trabajar para contrarrestar la represión a varios niveles. Podemos crear conciencia sobre la utilidad de la cultura de seguridad y las diferentes tácticas de la represión a fin de prepararnos para la respuesta inevitable del Estado a nuestros esfuerzos por crear un mundo mejor. También podemos acumular recursos materiales: recaudar dinero para pagar honorarios legales y gastos relacionados, como los costos de viaje, y para ayudar a les recluses durante sus sentencias y cuando sean liberades. Esto puede implicar organizar eventos de recaudación de fondos o buscar donaciones de otras maneras. Lo que es más importante, debemos brindar atención y apoyo emocional a los objetivos de la opresión y a aquelles que les apoyan.

Finalmente, podemos difundir información sobre casos legales y recluses, y sobre cómo hacer trabajo de apoyo a través de varios canales de medios, incluidos sitios web, panfletos, podcasts, libros, giras de charlas y redes sociales tanto virtuales como reales. Por ejemplo, este fanzine compuesto por varios grupos de ABC alrededor de Europa presenta las bases de la organización de la Cruz Negra Anarquista.

Tenemos que entender nuestros esfuerzos por apoyar a prisioneres específicos como parte de una lucha mucho más amplia contra las prisiones mismas. Si ya nos estamos organizando en solidaridad con les preses en general, les preses anarquistas estarán en una posición mucho mejor. Esto significa apoyar a les prisioneres organizándose, enviándoles material de lectura y recursos, actuando en solidaridad fuera de las cárceles cuando les prisioneres se sublevan, y difundiendo un discurso popular que identifique lo que todo el mundo gana al desmantelar el complejo penitenciario industrial.

Un furgón penitenciario incendiado en los disturbios del «Viernes de la Rabia» el 28 de enero de 2011, durante la revuelta egipcia. Se puede leer «El fin».

De una Semana de Solidaridad a la Abolición de Prisiones

Les anarquistas luchan en la vanguardia del combate contra la sociedad carcelaria junto a otras personas pobres, personas racializadas, pueblos indígenas y todes les que son blanco del sistema penitenciario en todo el mundo.

La sexta semana anual de solidaridad con les preses anarquistas es una de las muchas oportunidades para conectar todas estas luchas diferentes, buscando dar un ejemplo de cómo podría ser el trabajo antirrepresivo coordinado a largo plazo. La fecha del comienzo de la semana es el aniversario de la ejecución de Sacco y Vanzetti, dos anarquistas italoestadounidenses, en 1927. Fueron condenados con muy poca evidencia, castigados sobre todo por sus opiniones anarquistas.

Les anarquistas no son siempre los principales objetivos del Estado, que a menudo prioriza los ataques contra personas de ascendencia africana, inmigrantes, musulmanes y otros grupos étnicos que reciben la violencia colonial. Sin embargo, casi siempre estamos en algún lugar de la lista de objetivos porque nuestros valores y nuestras acciones amenazan la hegemonía del Estado. La prisión es el pegamento que mantiene unidos el capitalismo, el patriarcado y el racismo. A medida que luchamos por una sociedad basada en la cooperación, la ayuda mutua, la libertad y la igualdad, inevitablemente entramos en conflicto con la policía y el sistema penitenciario. Construyamos un movimiento amplio contra ellos.

Mientras haya cárceles, les más valientes, sensibles y bonites entre nosotres terminarán en su interior, y las partes más valientes, sensibles y bellas del resto de nosotres serán inaccesibles. Cada une de nosotres puede convertirse en une prisionere.

Nadie es verdaderamente libre hasta que todes seamos libres.

Lectura adicional:

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