Grecia – «Ovita y Leroy Merlín, mecanismos del Estado: ¡Toda la basura trabaja junta!»

Hace unas semanas, difundimos en este blog una noticia que tradujimos sobre el nuevo arresto y encarcelamiento del anarquista Christoforos Kortesis por un presunto robo en una tienda Leroy Merlín en el Pireo, en Atenas, y del caso desproporcionado y absurdo que se había desatado contra el movimiento anarquista en Grecia a raíz de ello.

Ahora, venimos de traducir desde Act For Freedom Now! y difundir este nuevo escrito que arroja más información y detalles sobre el tema.

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Viernes 12.07.19, en la tienda Leroy Merlín en el Pireo, un simple intento de robo de unos pocos artículos se convierte en el pretexto esperado por el gerente de la tienda, en cooperación con OVIT S.A., la compañía de seguridad privada de la tienda, para provocar la renuncia o el despido del trabajador G.A. como supuesto cómplice en el asunto. G.A. es un militante conocido por su actividad política y sindical en la tienda. También está activo en luchas sociales y de clase. El evento que desata todo y que tiene lugar entre los escaparates y las estanterías de una gran superficie, es un intento de robo de objetos con un valor estimado de 180 €. Una práctica diaria para una gran parte del proletariado en los años de la crisis capitalista, pero que en este caso se convierte en una persecución sin precedentes que en solo 24 horas conduce a la acusación de 7 compañeres y finalmente el encarcelamiento del compañero anarquista C. Kortesis.

Los dos compañeros sospechosos de haber cometido el delito fueron detenidos por la fuerza por los guardias de seguridad y encerrados en una habitación-celda en la tienda. Después de un tiempo, y cuando parecía que el incidente podría ser resuelto, Konstantinos Drivas, ex-militar, agente de seguridad y propietario de OVIT empieza a amenazar a los dos compañeros, con chantajes y apelando a la violencia psicológica y física, para hacerles delatar al trabajador, G.A., como su supuesto “cómplice”. ¡Drivas está acostumbrado a usar métodos para sonsacar y gestionar información gracias a sus conocimientos adquiridos en seminarios militares que cumplen con los estándares de la OTAN! Por tanto, OVIT asume voluntariamente el rol que la sociedad Leroy Merlín le confía como mecanismo represivo y es aquí donde la historia empieza a tomar dimensiones desproporcionadas.

Al principio, parece que G.A. fue un objetivo por ser un militante activo en la acción sindical, por estar en solidaridad con ocmpañeres en lucha, por su participación en huelgas y luchas laborales, en resumen, por ser la espina en el costado de la administración de la tienda. También es miembro de la Asociación de Empleades que trabajan en el sector comercial en el Pireo. Con la negativa de los dos compañeros a legitimar el escenario que la empresa está intentando establecer, Drivas amenaza con involucrar a la policía, aprovechándose del hecho de que uno de los compañeros, C. Kortesis, está con la libertad condicional. Los dos compañeros que tomaron los productos exigen que se les deje ir pero Drivas y otros seguratas les retienen por la fuerza. Tres horas más tarde, compañeres y solidaries llegan a la tienda para pagar la cantidad de lo que intentaron robar y denunciar la acción de la empresa Leroy Merlín y de sus agentes de seguridad. Consiguen liberar a los dos compañeros. El primer intento colapsa cuando la relación personal y política entre el empleado G.A. y C. Kortesis es explotada por la gerencia de la tienda para que el primero entregue su dimisión, lo cual no sucede. Esta es también la razón por la cual G.A. es detenido por la policía del Pireo como testigo. La acusación transmitida por la policía a la oficina del fiscal en el Pireo menciona tres delitos: robo, uso ilegal de la fuerza y asalto.

Al día siguiente, el compañero C. Kortesis es arrestado por la policía en el centro de Atenas. La policía le pone una capucha y le llevan a un destino desconocido, mientras le golpean durante su arresto. El compañero es llevado a la Prefectura del Pireo. Al mismo tiempo, una investigación al estilo antiterrorista es conducida en su casa por un gran número de policías.

La venganza del Estado contra el compañero C. Kortesis reina por completo cuando el robo se convierte en un crimen serio, con el fin de involucrar al segundo compañero. El rechazo del compañero a nombrar a otras personas, y su curso político, es suficiente para ponerle en peligro. Como insiste el investigador Pantelidis, el compañero es sospechoso de haber cometido otros delitos a mayores. El Estado y sus mecanismos represivos llevan la cuenta con sus enemigos declarados y con les luchadores que han estado peleando durante años. C. Kortesis es anarquista y nunca lo ha ocultado. Fue condenado por participación en la organización Lucha Revolucionaria y encarcelado durante dos años; una de las muchas personas que se posicionó a su lado y acudió como testigo a su juicio es el compañero anarquista y empleado de Leroy Merlín G. A. Las relaciones políticas y personales entre los dos compañeros son suficiente para iniciar nuevos actos para su eliminación política y física. La receta es simple: criminalizar la obstinación de compañeres en ser parte de luchas sociales y políticas y dar un ejemplo a todes aquelles que se oponen fuertemente al Estado. Tan cierto como para que el compañero G.A. pasase de ser testigo a convertirse en sospechoso y cómplice en el mismo cargo de robo agravado. El fiscal Angeloudi investiga a otras cinco personas, elevando el número de perseguides por este caso a siete. Mientras, una práctica habitual y bien conocida de la policía y el poder judicial de la «llamada anónima» se asegura de que el compañero anarquista P.X. también se encuentre acusado. El jueves 18 de julio, el empleado G.A pasó ante el juez de instrucción. Allí, intentan desmantelar la acusación del fiscal y el papel desempeñado por el jefe, Leroy Merlin y la empresa de seguridad OVIT. Lo liberan sin condiciones restrictivas.

La persecución del movimiento anarquista y de sus múltiples aspectos, la criminalización de las luchas de clase y sociales, la eliminación física y política de compañeres, la represión e intimidación de movimientos auto-organizados, están en el núcleo de la doctrina del “orden – desarrollo de la seguridad capitalista” a la que el Estado griego y su personal político han servido durante años.

Desde algo de ruido sobre la anomia y la aniquilación de Exarchia, desalojos de okupas, más recientemente el ataque a la okupa “Brooklyn” en Ioannina, represión (ataques a las protestas contra AirBnB y el desarrollo turístico por el CRS en el distrito de Koukaki), hasta la criminalización de las huelgas, la abolición de la ley que prohibía la presencia policial dentro de las universidades, la acusación de 20 compañeros, presos o ex-presos políticos, basada en su identidad política y en la expresión de solidaridad en las prisiones, contra el Estado y los jefes, todo esto contribuye a la construcción del nuevo marco totalitario que está siendo establecido con el fin de enfrentarse a cada contestación y lucha social.

Nos declaramos y nos presentamos en el frente de la guerra de clases. Declaramos que no dejaremos a ningún compañero solo ante la represión del Estado, de los jefes y de sus cómplices, que son los auténticos ladrones. Un robo permanente y cotidiano, a veces violento, a veces extrayendo metódicamente el consenso de la gente que es explotada pero que a veces les planta cara.

Ningún desafío va a quedar sin respuesta.
Aplastemos el terrorismo del Estado y de los jefes.
LIBERACIÓN INMEDIATA DEL COMPAÑERO C. KORTESIS.
NINGÚN CARGO PARA LES OTRES COMPAÑERES.
CONTRA LA ESTRATEGIA DEL ESTADO Y DE LOS JEFES.
RESISTENCIA CONTRA LA CRIMINALIZACIÓN DE LAS LUCHAS SOCIALES Y DE CLASE.

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