Alemania – Célula Feminista Autónoma reivindica el incendio de un Amazon Locker

Recogemos de Act For Freedom Now! en inglés, traducimos y dejamos a continuación este comunicado firmado por «Una célula feminista autónoma» que reivindica el incendio de un Amazon Locker en Alemania y, de paso, lanza una propuesta para un nuevo proyecto de auto-organización informal y descentralizado en clave feminista, anarquista e insurreccional para reflexionar a través del ataque y la discusión sobre las necesidades y prácticas del movimiento revolucionario contra el Capitalismo y el Patriarcado.

Nota de Traducción: En el texto se usa varias veces el concepto de lo «militante». Si bien en el Estado Español entendemos la militancia casi como un sinónimo del «activismo» (la pertenencia o participación en grupos, no necesariamente ilegales y muchas veces públicos, en los que se desarrolla una actividad política determinada), en Alemania y otros países se entiende por «militantes» aquellas prácticas con características ilegales y ofensivas, como el sabotaje o los disturbios.

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“Porque la noche pertenece a los amantes
Porque la noche nos pertenece…”

– Patti Smith

De un tiempo a esta parte hemos estado viendo con preocupación la dirección en la cual las luchas emancipatorias en los países de habla alemana se han estado moviendo en años recientes. Nosotres, las personas que hemos sido politizadas dentro de estas estructuras en años recientes, hemos notado un sentido cada vez mayor de responsabilidad por la dirección de nuestros grupos y movimientos. Al mismo tiempo, hemos experimentado preocupaciones y miedos personales por lo que deberíamos hacer con nuestras vidas y cómo deberíamos lidiar, por ejemplo, con las presiones represivas y financieras que no han sido adecuadamente abordadas por estas mismas estructuras. Nuestra confianza en la fuerza de la subcultura de la izquierda radical fue vacilando. Las crisis personales coincidieron con lo que veíamos como deficiencias estructuras y dudas sobre nuestras conexiones y “el movimiento”:

A menudo somos abrumadas por el tamaño y número de oponentes políticos y de los ataques del Estado, quedándonos atrapadas en la reacción a estas circunstancias externas, y ya estábamos sobrecargadas de trabajo y exhaustas por ellas. Las jerarquías internas cumplieron su parte en asegurar que la distribución del trabajo permanezca desigual y que no se pudiera confiar en la solidaridad ni en la atención dentro de los círculos “propios”. Surgieron dudas sobre la utilidad y eficacia de nuestro trabajo – tanto interno como externo – y sentimientos de estancamiento. A menudo parecía que nuestras acciones eran sobre todo escenas autorreferenciales. Nos preguntábamos a nosotras mismas: ¿Se llevaban a cabo acciones para alcanzar algún objetivo, o porque traían con ellas el estatus del actor?

Observamos que ciertas formas establecidas de (re)acción y reglas de comportamiento en “la escena” se habían ritualizado. Junto con las tendencias sociales, también se desarrolló una forma de cultura experiencial en el área de la resistencia política, que alejó a los activistas de los objetivos, la implementación y las posibles consecuencias de una acción y convirtió cada vez más las experiencias de acción, como el fin de semana de un festival, en un evento de consumo. Nuestro sentimiento era: no necesitamos expertes en la escena, gurús políticos o partidarios de las ideas libertarias. Necesitamos vivir la anarquía.

Muchas acciones tenían objetivos apenas obvios y solo rascaban la superficie de un problema. Otros se inclinaron ante el poder de alimentación masivo de la sociedad burguesa y fueron apropiadas por el complejo industrial de las ONG y las formas de protesta burguesas, siempre vinculadas a la desolidarización y demarcación de otras formas de resistencia. Por otro lado, crecieron los temores justificados de violencia y represión, lo que nos paralizó y condujo a la autocensura y la obediencia anticipada, por ejemplo, en confrontaciones con el Estado.

Nuestras cosmovisiones y «el movimiento» ahora están muy fragmentados en alas políticas y áreas temáticas. Ha habido repetidos intentos y algunos éxitos en el establecimiento de relaciones de solidaridad entre las tendencias «vecinas», pero grandes «movimientos de masas» radicales y no reformistas, como los que han surgido en partes de América Latina en los últimos años bajo un común denominador feminista, nos parece impensable en el norte y centro de Europa y especialmente en Alemania. Todo esto combinado nos lleva a la cuestión del significado: ¿puede seguir así, tanto para nosotros como individuos, así como para grupos, comunidades y como movimiento?

Estas consideraciones tienen lugar en el marco de las condiciones sociales que están dominadas por el desplazamiento progresivo de los espacios abiertos, la organización e integración cada vez mejor de las fuerzas de derecha, la escalada reaccionaria y la formación autoritaria, las nuevas leyes policiales y las posibilidades mejoradas de vigilancia tecnológica, fronteras racistas y regímenes de deportación en el norte global y la creciente transformación del patriarcado capitalista. Después de que la lucha antinacionalista y antirracista saliera a la fama en Europa a partir de 2015, en unos pocos meses y años se han agotado en la renuncia. Pero las muertes en el Mediterráneo continúan al igual que el giro hacia la derecha. ¿Cómo vivir en 2019 con estas condiciones irreconciliables? Es obvio que la impotencia y las respuestas y contrapropuestas inadecuadas no pueden resistir estas condiciones. Actualmente nos faltan estrategias y respuestas apropiadas a la pregunta de cómo lidiar con circunstancias cada vez más agravantes. Auschwitz, como punto de referencia para el pensamiento y la acción críticos, ya establece la urgencia absoluta de la lucha por un mundo libre de autoridades en el que la explotación y la dominación estén privadas de cualquier base. Para nosotras, Auschwitz representa la simple necesidad, mientras no cambie nada en el mundo, de continuar luchando. Para muchas de nosotras, subversivas, punks y queers, las comunidades subversivas son y siguen siendo el único lugar viable en la sociedad. Pero simplemente «continuar» no es una opción para nosotras.

Obviamente, no tenemos solución para todas las fallas y contradicciones dentro de nuestros movimientos. Pero de un tiempo a esta parte hemos estado preocupadas por lo que necesitan nuestras luchas y por aquello con lo que podemos contribuir a los cambios necesarios. Nuestro punto de partida es la combinación de experiencias feministas y anarquistas como base de nuestras luchas. Para nosotras, feminismo y acciones militantes no son una contradicción, sino un medio para conectar con el potencial de subversión del dominio patriarcal. Por tanto (en años recientes) hemos decidido luchar juntas como Células Feministas Autónomas (FAZ). Las FAZ se posicionan por una orientación hacia acciones directas militantes ecofeministas con un vínculo teórico-estratégico dentro del contexto social actual y las luchas políticas que se dan en él. Entendemos nuestro activismo como anarquista, feminista, autónomo, antifascista, militante, contra el ataque tecnológico y crítico de forma coherente con la clase dominante dentro de nuestras propias estructuras. Somos críticas con la personalización y los cultos a la personalidad así como con la idolatría en la escena, acciones prestigiosas e impresionantes, así como con acciones de masas anunciadas (pacificadas). Nuestro formato es un movimiento militante, anónimo y sostenible de células autónomas descentralizadas.

Al organizarnos bajo un nombre común para el grupo, esperamos establecer la posibilidad de crítica, la cual podría activar diálogos con compañeres combatientes respecto a la orientación y acciones individuales de las células. La idea de las células autónomas es también facilitar la réplica de acciones entre las que se establezcan referencias y que puedan ser construidas sobre las acciones de otres. El seguimiento relativamente simple y la transparencia de nuestros pasos dentro del marco de nuestras precauciones de seguridad, junto con una reivindicación del Do It Yourself, pretenden activar una descentralización masiva de la organización y sus acciones, que también haga más difícil localizarnos para las fuerzas de seguridad del Estado. No queremos situarnos aparte de otras formas de acción, sino proporcionar impulsos constructivos de solidaridad. No sabemos aun exactamente a dónde queremos ir hoy, pero sabemos por dónde empezar y tenemos la certeza de que no hacer nada ya no es una opción.

En términos de organización militante, podemos mirar atrás a una variada historia (solo en Alemania). En particular, queremos establecer referencias históricas con la a menudo olvidada era de la historia de la izquierda radical, como por ejemplo las luchas interiores de las partisanas, las Células Revolucionarias y las Rote Zora así como con el Grupo Militante y muchas otras experiencias menos conocidas, conectar nuestras acciones con sus estilos, aprender de sus revisiones y adaptarlas a las condiciones actuales con una reflexión constante. En términos concretos, empezamos con pequeñas acciones, entendidas como pinchazos sobre los nodos de la maquinaria patriarcal-capitalista.

Como un comienzo, en horas de la madrugada del 6 de agosto de 2019 destruimos el Amazon Locker en Eschholzstraße, en Freiburg im Breisgau. Amazon no solo envía pequeños paquetes, sino que también se ha convertido en un servicio global de suministros para la policía y el personal militar y de inteligencia. Queremos señalar el rol de la empresa en el ataque tecnológico y llamar a Amazon a hacerse responsable. No estamos interesadas en acciones espectaculares, sino en ataques bien dirigidos con los medios más simples. No se requiere experiencia, material difícil de conseguir o una voluntad de asumir riesgos extremos. Nunca podrán vigilar todos sus Amazon Lockers a la vez. Incluso los gigantes tecnológicos son vulnerables.

Esto marca el comienzo de una serie de acciones y textos que intentaremos hacer tan transparentes como nos sea posible. Esperamos ser capaces de contribuir a pensamientos y procesos con nuestras reflexiones y aprender de las acciones y debates relacionados.

¡Por las pandillas autónomas feministas!

Saludos y Besos,
una Célula Feminista Autónoma

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