Todxs hemos oído hablar de la fachada filantrópica de esta organización, de sus «desinteresadas» (y un cuerno) entregas de alimento y otras «ayudas» en países llamados «tercermundistas», de sus centros de día para los ancianitos y de otras formas de repugnante asistencialismo vertical. Lo que muchxs no saben, sin embargo, es lo que dicha fachada esconde, como por ejemplo, la colaboración de la Cruz Roja en las deportaciones de personas migrantes indocumentadas, su rol de pantalla para ocultar los procesos de imperialismo (trasladar los intereses de las democracias occidentales a aquellos países donde desarrollan su cínica «labor humanitaria» mediante la participación de entidades financieras que en calidad de inversoras etc. terminan por depositar allí sus infraestructuras quedándose buena parte del pastel, mientras los medios burgueses camuflan sus operaciones) o incluso su abierta y gustosa compenetración con otros negocios igual de vomitivos.
No obstante, en el silencio que rodea al «lado oscuro» del mentado organismo, siempre hay lugar para un poco de ruído que les delate y exponga como lo que son en realidad, un instrumento del sistema para mantener su orden y reproducirse con rostros «solidarios» y «a favor de lxs necesitadxs», coartando así los impulsos de quienes sentimos de verdad que la única solución real a los problemas de miseria y agonía que afectan a todas en mayor o menor medida es destruir de una vez por todas un mundo injusto y enfermo que da prioridad a los beneficios por encima de las vidas y las esperanzas de millones de seres humanos inocentes, que sufren en sus países saqueados y devastados las consecuencias de los procesos de expansión y reestructuración de la economía neoliberal a través de guerras imperialistas vendidas por televisión bajo los más variados pretextos («es que tienen armas de destrucción masiva», «es que está Al Qaeda», «es que son islamistas», «es que…»), mientras que si emigran en busca de un futuro digno, se encuentran con la maquinaria de reclusión y tortura que en forma de leyes migratorias, patrullas fronterizas asesinas, campos de concentración modernos llamados CIE’s y canibalismo social, amenazan de igual manera sus vidas condenadas.
Y es un poco de ruído lo que, precisamente, han introducido lxs compas francesxs de París, al romper con sus piedras varias cristaleras de una sede local de la Cruz Roja, en este caso, para denunciar su participación en la deportación masiva de sin-papeles. Dejo a continuación el comunicado de reivindicación del sabotaje, tomado de Contrainfo.
¡Ninguna persona es ilegal! ¡10, 100, 1000 CIE’s y ONG’s en llamas!
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La Cruz Roja participa activamente en el secuestro y deportación de personas indocumentadas.
El 18 de marzo de 2014, de madrugada, los cristales de la sede de Cruz Roja, ubicada en la calle Elisa Lemonnier (12° distrito de París), recibieron varios golpes, hasta que quedaron cubiertos de bellas estrellas…
Hacemos un guiño a los dos migrantes retenidos que fueron condenados a penas de prisión por la revuelta del 14 de febrero de 2014 en el centro de detención de Vincennes, como también a lxs 5 compas arrestadxs y perseguidxs por haber expresado su solidaridad con los amotinados.
¡Libertad!
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La foto muestra una de tantas pancartas colgadas en las calles de las ciudades francesas contra la detención, maltrato y deportación en el mejor de los casos (en los peores… asesinato encubierto) de las personas migrantes. El lema en francés dice, en castellano, «Saboteemos la maquinaria de expulsión».