Según información recibida recientemente en el correo electrónico de parte de lxs compañerxs de la Plataforma Nahuel Libertad, el pasado miércoles 21 de junio el compañero se ha declarado en huelga de hambre indefinida en el Centro Penitenciario Sevilla II (Morón de la Frontera) donde se encuentra desde que fue trasladado hace unos meses, a más de 500 kms. de su familia, entorno solidario, defensa legal y amigxs.
Según informa la Plataforma Nahuel Libertad en su nota informativa: «Ante esta huelga de hambre, una de las primeras medidas que ha tomado Instituciones Penitenciarias es la de incomunicarle. Las llamadas telefónicas que se han intentado han sido denegadas, se teme que también se suspendan las visitas familiares. Según fuentes de su familia, Nahuel sufre de problemas de estómago desde hace años, y ven con preocupación las consecuencias que está huelga pueda tener en su salud.«
Sigue a continuación el comunicado del compañero explicando sus motivaciones para iniciar la huelga de hambre:
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Llevo 232 días en prisión preventiva, en régimen FIES y aislamiento. En estos siete meses he estado en cuatro centros penitenciarios, tres en Madrid y ahora en Sevilla, a más de quinientos kilómetros de mi familia, amigxs, compañerxs y de mi abogado. En varias ocasiones se ha desestimado mi puesta en libertad bajo fianza, aludiendo a razones como riesgo de fuga o falta de empleo. En estos momentos la única explicación que encuentro para que no se me conceda la libertad provisional, se me traslade y aleje constantemente y se aplique con desidia y de forma discontinua el derecho reconocido judicialmente a la dieta vegana es el racismo debido a mi origen peruano.
Agotada la vía institucional para ejercer mis derechos, he decidido iniciar una huelga de hambre indefinida.
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Un pequeño repaso de acontecimientos
Recordemos que el compañero lleva encarcelado desde noviembre de 2015 habiendo pasado ya por cuatro prisiones, siendo la última medida represiva tomada contra él en este sentido su traslado a la cárcel andaluza donde se encuentra ahora, una cobarde venganza del Estado por las protestas que Nahuel y solidarixs llevaron a cabo para conseguir que le proporcionasen una dieta vegana en prisión, que le correspondería por derecho según el artículo 226.1 del Reglamento Penitenciario (que establece claramente que «en todos los Centros penitenciarios se proporcionará a los internos una alimentación convenientemente preparada, que debe responder a las exigencias dietéticas de la población penitenciaria y a las especificidades de edad, salud, trabajo, clima, costumbres y, en la medida de lo posible, convicciones personales y religiosas») y del artículo 25.2 de la Constitución Española que reconoce el derecho de cualquier presx a poder desarrollarse íntegramente como persona, además de los artículos 10 y 15 del mismo documento, alusivos respectivamente al derecho fundamental de la persona presa al libre desarrollo de su personalidad y a que se respete su integridad moral. Cabe destacar que después de que en febrero de este año el Estado hiciese promesas (tan vacías como de costumbre) de que Nahuel empezaría a recibir una alimentación vegana, a estas alturas continúan poniéndole trabas y el compañero sigue sin recibir esa dieta y sin ver respetada su elección de llevar una vida sin sufrimiento animal.