Tras la brutal operación policial de hace unos días, que terminó con el desalojo de 3 okupas de acogida de refugiadxs en Tesalónica, Grecia, y la «reubicación» de las numerosas familias migrantes expulsadas a la calle y detenidas en «campos de alojamiento» (campos de concentración) con condiciones de miseria que se suman a la insalubridad y el total desamparo, la vigilancia constante y el racismo policial, este texto fue escrito por una mujer que vivía en Orfanotrofio, uno de los edificios okupados en Tesalónica donde grupos anarquistas habían construido alojamientos para familias refugiadas, creando lazos de solidaridad recíproca y apoyo mutuo con ellxs, permitiendo su auto-organización y poniendo de relieve la farsa de la supuesta «acogida» que ofrece el gobierno griego de Syriza.
El texto me ha parecido tan desgarrador como conmovedor, y creo que esa sería la impresión que causaría en cualquier persona que aun tenga corazón y un poco de sangre en las venas, e invito a leerlo y difundirlo. Fue traducido desde la versión en inglés publicada en Insurrection News.
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Este fue un hogar…
Este fue un hogar para mí y para mis niñxs. Y para treinta familias más y muchas otras personas. Estuvimos viviendo como una familia más, y llegamos desde todas partes del mundo. Fue nuestra escuela, fue nuestra cultura. Abrazó nuestras diferentes opiniones y creencias. Fue la mano tendida real para todxs. La libertad de habla y de expresión existió aquí en el sentido completo del término.
El principal objetivo de este lugar fue juntar y unir todas las ideas y prácticas humanas para servir a lxs débiles y oprimidxs y apoyar a lxs desposeídxs. Y justo cuando creíamos que estábamos por fin a salvo, que estábamos en el sitio adecuado, los gobiernos europeos que afirman apoyar la justicia y la igualdad y no el sectarismo y el autoritarismo y que supuestamente se posicionan a favor de la libertad y la democracia decidieron que nosotrxs no merecemos vivir en paz. Decidieron que debemos vivir en los campamentos, muy alejadxs del mundo, en condiciones que ni siquiera los animales tolerarían. Es difícil para nosotrxs aceptar la verdad de que no somos parte de la humanidad, de que los derechos humanos no son válidos en nuestro caso. Como refugiadxs e inmigrantes nuestro único «derecho» es ver a nuestrxs hijxs enfermar y morir ante nuestros ojos, ver a las mujeres pelear para conseguir necesidades básicas. Nos están moviendo como marionetas, tiran de las cuerdas y respondemos acordes… Y hoy el gobierno planteó otra decisión contra nosotrxs: a sangre fría derribó y arrancó todo. Golpearon con indescriptible brutalidad. Vinieron preparados completamente equipados, con las armas cargadas, como si fuésemos menos que animales, y nos derribaron con esposas ante los ojos de nuestrxs hijxs.
Pronto nuestros sueños desaparecieron.
Fueron reemplazados por las imágenes que creíamos que habíamos dejado atrás. Y creíamos que nunca seríamos oprimidxs de nuevo. Y que construiríamos un futuro más brillante para nuestrxs hijxs, sin miedo, en el país de la libertad y los derechos. Incluso a pesar de que la discriminación está en todas partes, aun sentimos profundamente que hay un montón de personas que plantarán cara a las dificultades. Su voluntad es fuerte y no temen a nada. Y no rinden su dignidad bajo ninguna circunstancia, a cualquier precio. Y esperamos que tú estés en solidaridad con nosotrxs para que así todxs juntxs, paso a paso, defendamos cada derecho de cada persona, y reclamemos todo lo que nos ha sido arrebatado. Con el valor y la fuerza de las personas libres que creen en luchar por su libertad…
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