Grecia – [Texto] “Cómete a un anarquista” Sobre la condena contra Tasos Theofilou.

Hace unos días, el compa Tasos Theofilou, un anarquista griego con tendencial al comunismo libertario, fue condenado a 25 años de talego acusado por los hechos de la isla de Paros donde una expropiación a un banco terminó con un taxista muerto por querer hacerse el ciudadano-héroe y tratar de bloquear la huída a los atracadores. Lo único que presuntamente vincula al compañero con ese incidente es una supuesta coincidencia entre el ADN del compañero y el de unas muestras recogidas de un sombrero encontrado a pocos metros del banco y que según los maderos se le habría cáido a uno de los asaltantes. Sin embargo, muchos ADN coinciden en varios puntos sin que ello pueda determinar con exactitud si se trata de una persona específica o no, y además, nadie ha visto a Tasos con ese sombrero puesto, nadie le identificó, y no existen pruebas reales que le relacionen con ello más allá de torpes especulaciones de la EKAM (unidad antiterrorista de la policía griega) reforzadas con el sensacionalismo mediático y las mentiras de lxs periodistas servidores de los intereses del sistema.

El siguiente texto es una reflexión tomada del blog anarquista Verba Volant que a su vez lo recoje y traduce del blog griego Without reason or rhyme, acerca de la condena contra el compañero, al cual por cierto se consideró inocente del cargo de pertenencia a la CCF (el tribunal reconoció que no hay pruebas que demuestren tal cosa, además de que Tasos es un comunista libertario mientras que lxs miembros de la CCF siempre se han reconocido a si mismxs como anarcoindividualistas y nihilistas) pero se acusó de otros no menos graves, sumándose 25 años, la máxima condena posible.

Para más información sobre la sentencia a Theofilou, mira también esta nota informativa en Contrainfo (aquí):

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Hace unos días un anarquista fue condenado a 25 años de cárcel porque él (según el tribunal) fue quien mató al taxista Dimitris Mijas en 2012, en el atraco a un banco en la isla de Paros. Tasos Theofilou es un hombre que fue acusado de haber participado en esta acción delictiva, y fue arrastrado a una celda en la cual permanecerá durante los próximos 25 años de su vida, sin que haya ninguna prueba de su culpabilidad. La primera frase se oye en todas partes, la segunda en ninguna parte.

Es anarquista, esto es lo que nos interesa. “Anarquista” va a chillar el periodista con cara de asco, amenizando su reportaje con una banda sonora de alguna película de acción de Hollywood barata, a fin de crear sentimientos de miedo y la sensación de un estado de emergencia. Un miasma, una escoria de la sociedad, un enemigo de la nación, del Estado, de lxs pequeñxs propietarixs, de lxs pequeñoburguesxs, de la tiendecita más pequeña del barrio, el cual (el anarquista) quiere verla incendiada. Un anarquista, no un hombre como los demás. Es alguien diferente de “nosotrxs”. De nosotrxs, lxs buenxs, que tenemos nuestras propias normas de comportamiento, que nuestro pensamiento es el correcto, y que tenemos moral. Como Tasos Theofilou era anarquista y como lxs anarquistas son malxs, no tienen derechos. No es válido para él lo que es válido para ti y para mí que no somos anarquistas. Son ilegales, lo único que se merecen es la cárcel, para que no lxs veamos, para que no lxs oigamos, para que no nos den sustos estxs salvajes incultxs con las banderas negras, las A circuladas y las creencias inmorales.

Tasos Theofilou ha sido condenado sin ninguna evidencia contra él. A lo mejor no, perdón, seamos objetivos: Tasos Theofilou fue condenado a 25 años de cárcel porque tenía un bolso que ponía: “Paros”. Por consiguiente, él cometió el asesinato, porque ya que es anarquista es asesino, porque ya que tenía la bolsa había estado en algún momento en Paros, por lo tanto lo hizo él. No importa que ningún testigo del atraco lo reconociera (identificara), que el supuesto sombrero que llevaba no lo hubiera visto nadie, que el cuerpo del taxista muerto estuviera lleno de moratones por la lucha con el asesino, mientras que Theofilou no tenía ninguno, que el testigo de la Agencia Antiterrorista admitiera que podía ser que Theofílou no estuviera presente en el atraco, que el madero que lo estaba vigilando no fuera capaz de reconocerlo (identificarlo), que haya testigos que estaban con él en Atenas en el momento del atraco, que en última instancia no haya ni siquiera una maldita evidencia que demuestre que fue él que lo hizo. Ni una puta evidencia. A lo mejor me equivoco, hay una. Es anarquista.

Esta es la única evidencia a causa de la cual Theofílou se pudrirá en la cárcel. La única evidencia por la cual la Policía lleva días haciendo redadas en casas de varias personas porque le da la gana, la única evidencia por la cual torturó a 15 antifascistas, o ha roto cabezas en manifestaciones. No se necesita nada más. Esto es suficiente. Nos vamos a callar todxs ante esta acusación injusta, la cual parece que es suficiente para tapar todo y hacer cerrar todas las bocas. Son estas palabras-condenas, estas que son suficientes para calificar a alguien, así que la acusación sea en sí misma una prueba de su culpabilidad de algo. Inmigrante, ateo, anarquista, judío: acusación y condena en una sola palabra. Sin indicios (evidencias) y sin pruebas. Estas cosas no hacen falta, estxs son enemigxs, y para lxs enemigxs no hay justicia. Lo que se merecen es el exterminio. Antaño era el comunista, el descendiente de turcxs, el roquero, el peludo, el de pelo largo, el que hablaba el griego popular, el gitano, el guerrillero durante la guerra civil. Lxs enemigxs cambian pero la necesidad de encontrar enemigxs nunca cambia.

Theofilou fue condenado porque es anarquista. Theofilou fue condenado porque el gobierno tiene que dar sangre al pueblo para salvarse él mismo. Theofilou fue condenado porque alguien tenía que ser condenado por este crimen, y fue él porque le tocó a él pagar el pato. Si en todas estas explicaciones cabe una más, es decir que el Estado está tratando de intimidar a cualquier enemigo suyo, conmigo no lo ha conseguido. Condenar a alguien por ser anarquista, esto no lo llego a entender. Hemos llegado al punto en el que la lucha se remonta a lxs que todavía tienen un poco de sentido de la lógica y de la justicia. Luntemis[1], al ser procesado, ante la incitación del presidente del tribunal a firmar una declaración (de renuncia a su ideología), dijo: «El hombre tardó unos millones de años en poder estar de pie. Yo no lo voy a hacer retroceder a la fase en la que estaba gateando». Hemos llegado al punto en el que la lucha se inicia justo desde ahí: que no volvamos a esta fase.

Cada pequeñoburgués/a, cada despreocupadx, cada tipx del “sí, pero es que…”, cada moderadx, cada lobotomizadx por la televisión, cada apáticx, cada quien que representa al/a la griegx promedix, el día de ser procesadx por su casa, por sus deudas, por su trabajo, por su lugar de origen, el día que vengan por él/ella y por su vida (porque van a venir), que recuerde a Theofilou y a su condena a 25 años de cárcel, y que susurre a sí mismx sin voz: “Sí, pero él era anarquista…”

[1] Escritor comunista (1912-1977). Participó en la guerrilla contra lxs nazis y en la guerra civil. Fue procesado y condenado tanto durante ella como posterior a su fin.

Raptus

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