Lxs compas de Instinto Salvaje han traducido a castellano este texto, publicado originalmente en italiano por lxs compas italianxs de la Croce Nera Anarchica en su blog, y que contiene una reflexión del compañero Alfredo Cospito para el debate iniciado por lxs compañerxs presxs de la CCF en Grecia.
Alfredo Cospito es un anarquista preso por su participación en la acción del Núcleo Olga – FAI/FRI en Génova, Italia, el cual disparó en la pierna, a modo de advertencia, a Adinolfi, director ejecutivo de Ansaldo Nucleare, gigante nuclear dedicado también a la fabricación de armas. El compa, junto al otro acusado por esa acción, Nicola Gai, asumió su responsabilidad política por la acción en el juicio.
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Nota de la Croce Nera Anachica: Este texto de Alfredo data de hace más de un mes, la publicamos ahora, con la petición de hacerla pública para intervenir en un debate en curso desde hace algún tiempo entre lxs compañerxs de la lengua griega. Recordemos que en la actualidad el compañero, está todavía en régimen de alta vigilancia en AS 2 de Ferrara, formalmente no está sometido a algún tipo de régimen de censura postal, sin embargo persisten los retrasos en la comunicación.
UN PUNTO DE VISTA
UNA CONTRIBUCIÓN INDIVIDUAL AL DEBATE INICIADO POR LOS HERMANOS Y HERMANAS DE CCF- CÉLULA DE GUERRILLA URBANA–FAI/FRI
Tuve el placer de leer un texto de cinco puntos traducidos por “Sin Banderas Ni Fronteras” y tengo un gran deseo de contribuir al debate. Las noticias son escasas en la cárcel aquí en Italia y, con la esperanza de que la traducción en español del extracto sea fiable, voy a tratar entregar de la mejor manera mi opinión. Así que voy a empezar diciendo que mi contribución estará limitada por la posición en que me encuentro y mi pobre conocimiento de la situación en Grecia. Realizando un análisis interesante de la situación del movimiento anarquista griego y su desarrollo histórico en los últimos diez años, me recuerda mucho (con las debidas diferencias históricas) a la situación italiana de la llamada “retirada” después de la experiencia de la lucha armada en Italia en los ’70 (no contando, por suerte para ustedes, con las secuelas repugnantes de lxs arrepentidxs y disociadxs), que aquí en Italia, sólo para ser optimista, dio lugar al nacimiento de un anarquismo más vital y original a partir de las cenizas del fenómeno de la lucha armada.
Estoy de acuerdo con ustedes en que las palabras de lxs anarquistas y de lxs presxs no deben ser santificadas o tomadas como la verdad absoluta; son simplemente aportes teóricos a la lucha. Del mismo modo estoy totalmente de acuerdo con ustedes en respecto que debemos “Recordar nuestras experiencias pasadas, no para imitarlas, sino para ir más allá de ellas”. Precisamente por esto es que la creación de un “movimiento anarquista autónomo”, o un “polo anarquista autónomo para la organización de la guerrilla urbana anarquista” o una “Federación Internacional Anarquista”, me parece que es un paso hacia atrás. Una vuelta al pasado, a la edad de los esquemas que nos pone en riesgo de llegar de nuevo a una organización específica clásica de síntesis, un instrumento antiguo, un escalpelo oxidado.
Después del “Diciembre Negro”, una espléndida campaña de acción donde muchos grupos de la FAI-FRI participaron y se sintió la necesidad de proponer un salto hacia delante, la necesidad de un “polo anarquista autónomo estructurado” con sus propios mecanismos políticos, sin burocracias, con nuestras propias reuniones sin entrometidxs, nuestra propia organización sin filas, y que hicieron esto en el nombre de la CCF Célula de Guerrilla urbana-FAI/FRI. Entiendo perfectamente el entusiasmo y el deseo de ser más fuertes, más eficaces, para unir a las diversas facciones de anarquistas revolucionarixs, individualistas, nihilistas, insurreccionalistas, rebeldes, pero no creo que este sea el camino correcto. Y, sobre todo, no creo que una propuesta de este tipo deba provenir de una célula de la FAI-FRI. Es decir, formar una organización estructurada a través de la creación de asambleas conduciría inevitablemente a la creación de organismos específicos, distorsionando así el instrumento de la informalidad de la FAI-FRI, desviando los objetivos de la federación informal se ha propuesto a sí misma, quitándole su naturaleza simple de instrumento de comunicación.
Una propuesta como la suya es sin duda un esfuerzo generoso, pero en el nombre de la FAI-FRI impulsar el nacimiento de un polo anarquista autónomo, crear un discurso ideológico cuantitativo que busque sumar sectores del movimiento, transformaría a la federación informal en una organización con esas premisas, por su propia naturaleza, la convertiría inevitablemente en una hegemonía, empobreciéndola, disminuyendo su velocidad, y a largo plazo matándola. Una propuesta como la suya hecha en nombre de la FAI-FRI dividiría en lugar de unir, debilita más que fortalecer.
Nunca me voy a cansar de repetir que, en mi opinión, la federación informal se debe “limitar” a ser un simple instrumento que incluso a lxs compañerxs como yo, totalmente ajenxs a cualquier organización, lo puedan utilizar, dando la posibilidad de relacionarse con otras personas o núcleos dispersos en todo el mundo. FAI-FRI es una arma de guerra, y lo más simple es su estructura, mientras más elemental sea su dinámica, más eficiente será. La reducción de su complejidad aumenta su eficacia. Como un cuchillo afilado o una Tokarev bien engrasada. En mi opinión la coordinación y las asambleas son dos metodologías que se deben evitar para no transformar la FAI en un mamut lento y una organización estructurada. Dos metodologías que podrían poner en riesgo de convertirse en una organización anarquista específica que básicamente no difiere de la federación anarquista habitual impregnada de ideología, que suaviza toda la disidencia a su alrededor hasta que desaparece bajo los golpes de la represión.
Los dos elementos, coordinación y asambleas requieren que los grupos e individuxs se conozcan entre sí directamente. Lxs representantes de los distintos grupos tienen que cumplir con el objetivo de coordinar y establecer plazos para llevar a cabo acciones, en términos de tiempo, etc. En las asambleas lxs individuxs se conocen entre sí y dicen lo que piensan, inevitablemente conduce a liderazgos: entre lxs que pueden hablar o moverse mejor, aquellxs que tienen más tiempo para dedicar a la asamblea dictarán sus principios, generando jerarquías y mando. Tanto la coordinación y las asambleas están expuestas a la represión, todxs se conocen, es como un castillo de naipes, si uno cae todxs lxs demás caen. La FAI, de una manera muy sencilla y natural con la experiencia colectiva de las decenas de grupos dispersos por todo el mundo, sin darse cuenta, sustituyeron estas dos metodologías antiguas con campañas revolucionarias que no necesitan plazos o el conocimiento recíproco, sólo las acciones hablan. No hay necesidad de coordinación cuando se acaba de comunicar el inicio de una campaña a través de las reivindicaciones, que siguen a las acciones y debates abiertos de las diferentes tensiones (insurreccionalistas, individualistas, nihilistas, anarquistas sociales y anti-sociales) creando así nuevos caminos que no se caracterizan por la uniformidad, la ideología, la política. En cuanto a la asamblea esta es una manera de politizar e ideologizar las relaciones simples y naturales de afinidad, amistad, amor, hermandad, fraternidad que cada grupo FAI-FRI posee en sí mismo y que se refieren únicamente a su vida más íntima y que sólo en el momento de la acción se entrelazan con la existencia de la federación informal.
Las relaciones que sólo se refieren a la persona y su grupo, no pueden ser encerradas en un instrumento político tal como la asamblea. Al no haber contacto directo entre los grupos, cualquier mecanismo autoritario de represión que pueda surgir permanecerá limitado a ese grupo en particular y no infesta a todo el organismo. Dicho esto, sé muy bien que aquellos que quieren hacer la revolución deben relacionarse necesariamente con las asambleas y coordinaciones sobre una revolución que se hace con lxs explotadxs, lxs excluidxs, el llamado “movimiento real”. La informalidad de la FAI-FRI no está para un objetivo “político” de tal escala.
La federación informal sigue su trayectoria de guerra que dentro de los límites de su fuerza sólo quiere destruir y no desea construir nada. Una trayectoria impredecible, que nunca es ideológica, no es política, no es constructiva, y que a veces se cruza con la del “movimiento real”. Dos trayectorias con objetivos totalmente distintos, el primero el movimiento anarquista, combativo, violento, revolucionario, con sus asambleas y organizaciones específicas y la segunda la FAI-FRI, un instrumento simple, elemental, básico, informal para hacer la guerra, golpear y luego desaparecer, comunicar sin llegar a ser visible. Las dos trayectorias deben mantenerse separadas una de otra, ya que se aniquilan entre sí, si se juntasen.
Por encima de todo una cosa debe quedar clara, unx es sólo una parte de la FAI-FRI en el momento de la acción, a continuación, cada unx vuelve a su vida como anarquista, nihilista, individualista, a sus propios proyectos y perspectivas rebeldes o revolucionarias con todo lo que conlleva, asambleas, coordinaciones, núcleos de afinidad, okupaciones, comunas, las luchas en el territorio y así sucesivamente.
La FAI-FRI (al menos así es como yo lo veo) no es un partido o un movimiento y mucho menos una organización, sino un medio para fortalecer los grupos de afinidad o individuales de acción a través de campañas internacionales que unimos nuestras fuerzas sin coordinación y sin renunciar a la preciosa libertad. Un medio que puede ser utilizado por cualquier anarquista que aspira a la destrucción aquí y ahora. No es un instrumento perfecto, muchas cosas podrían mejorarse a partir de las campañas internacionales, que creo, nunca han sido explotadas al máximo. Imagínese concentrando los esfuerzos en los objetivos del mismo tipo, a una escala internacional.
¿Qué cosas son más perjudiciales internacionalmente, las multinacionales, la tecnología industrial, la ciencia…? Si las campañas son genéricas en mi opinión van a terminar perdiendo fuerza y sentido, ya que son meramente una cuestión de testimonio de solidaridad genérica que no desarrolla completamente la capacidad real de una herramienta que podría (en este caso sí) hacer un salto cualitativo enorme. La primera generación de CCF tuvo un gran mérito, ciertas cosas que antes se dieron únicamente en teoría, a través de su fuerza y consistencia se han materializado, han llegado a la vida en las campañas internacionales. Un discurso antiguo, que a comienzos de los años ’60 jóvenes de las federaciones anarquistas europeas habían puesto en práctica y que parecía pertenecer a un pasado lejano, ha vuelto a la vida hoy en día gracias al valor y a la imaginación de lxs hermanos y hermanas que han sido encerradxs en las cárceles griegas por muchos años, pero que nunca se han rendido. A través de un discurso actualizado que por medio de la informalidad han renacido y son más fuerte que nunca.
ALFREDO COSPITO