[Cartel + Texto] Francia – «El peor virus es la autoridad: Sobre el COVID-19, los engaños autoritarios y el mundo de mierda en el que vivimos…»

Recogemos y compartimos a continuación el texto de un cartel realizado por compañeres de Francia y que apareció publicado originalmente en Indymedia Nantes el 13 de marzo, donde luego se difundió también en Sans Attendre Demain, siendo traducido al inglés por Anarchists Worldwide, de donde nosotres lo traducimos al castellano.

Recomendamos también la lectura de otros posts en este mismo blog sobre este tema, que listamos a continuación:

[Texto] Italia – «Contra la cuarentena de las pasiones, la epidemia social»
[Cartel+Texto] «De una forma u otra, algún día todos usaremos máscaras» (CrimethInc.)
[Texto] «Coronavirus, agronegocio y estado de excepción» (Silvia Ribeiro)
[Texto] Italia – «La invención de una epidemia» (Giorgio Agamberi)
[Cartel + Texto] Italia – «Interrupciones» (Biblioteca Anarquista Disordine)
Italia – El reverso de la «epidemia»: Revueltas y brutal represión en las prisiones
Italia/Portugal – Más información sobre motines en las prisiones italianas + Motín en la cárcel de O Porto ante las medidas de excepción por el «coronavirus»

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EL PEOR VIRUS… LA AUTORIDAD
Sobre el COVID-19, los engaños autoritarios y el mundo de mierda en el que vivimos…

La macabra tasa de muertes aumenta día a día, y en la imaginación de cada persona tiene lugar la sensación, al principio vaga pero cada vez más fuerte, de estar más y más amenazada por la gran guadaña de la parca. Para cientos de miles de seres humanos, este imaginario ciertamente no es nada nuevo, el de que la muerte puede golpear a cualquiera, en cualquier momento. Solo pensad en les condenades de la tierra sacrificades diariamente en los altares del poder y el lucro: aquelles que sobreviven bajo bombas de los Estados, en medio de interminables guerras por el petróleo o los recursos minerales, aquelles que coexisten con la radiactividad invisible causada por accidentes o residuos nucleares, aquelles que cruzan el Sahel o el Mediterráneo y son encerrades en campos de concentración para migrantes, aquelles que son reducides a trozos de carne y huesos por la miseria y la devastación causada por la industria agrícola y la extracción de materias primas… E incluso en los territorios que nosotres habitamos, en tiempos no muy lejanos, hemos conocido el terror de las matanzas a escala industrial, de los bombardeos, de los campos de exterminio… siempre creados por la sed de poder y riqueza de Estados y jefes, siempre fielmente establecidos por ejércitos y policía. Pero no, hoy no estamos hablando sobre esos rostros desesperados que constantemente intentamos mantener lejos de nuestros ojos y de nuestras mentes, ni tampoco de una historia que ahora ya es pasado. El terror está comenzando a extenderse en la cuna del reinado de las mercancías y la paz social, y es causado por un virus que puede atacar a cualquiera, aunque, por supuesto, no todes tendrán las mismas oportunidades para curarse. Y en un mundo donde la gente está acostumbrada a mentir, donde el uso de cifras y estadísticas es uno de los principales instrumentos de manipulación de los medios, en un mundo donde la verdad está constantemente oculta, mutilada y transformada por la prensa, solo podemos tratar de poner las piezas juntas, para formular hipótesis, intentar resistir esta movilización de mentes y hacer la pregunta: ¿a dónde vamos?

En China, y luego en Italia, nuevas medidas represivas fueron impuestas diariamente, hasta que alcanzaron el límite que ningún Estado se había atrevido a cruzar todavía: la prohibición de salir de casa y de moverse por el país excepto por razones de trabajo o de absoluta necesidad. Ni siquiera durante la guerra habría habido consentimiento a la aceptación de unas medidas para la población que llegasen tan lejos. Pero este nuevo totalitarismo tiene el rostro de la Ciencia y de la Medicina, de la neutralidad y el interés común. Las farmacéuticas, las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías encontrarán la solución. En China, el uso de la geolocalización para denunciar cualquier movimiento y cualquier caso de infección, el reconocimiento facial y el comercio electrónico están ayudando al Estado a asegurarse de que cada ciudadane esté encerrade en su propia casa. Hoy, los mismos Estados que han basado su existencia en el confinamiento, la guerra y la masacre, incluyendo la de su propia población, imponen su “protección” a través de prohibiciones, fronteras y hombres armados. ¿Hasta cuándo durará esta situación? ¿Dos semanas, un mes, un año? Sabemos que el estado de emergencia declarado tras los ataques [Nota de Traducción: Se refiere al estado de emergencia declarado tras los atentados del Estado Islámico en París en 2015] ha sido extendido varias veces, hasta que las medidas de emergencia fueron incorporadas definitivamente a la legislación francesa. ¿A qué nos conducirá esta nueva emergencia?

Un virus es un fenómeno biológico, pero el contexto en el cual se origina, su propagación y su gestión son cuestiones sociales. En la Amazonia, en África o en Oceanía, poblaciones enteras han sido exterminadas por los virus llevades por les colones, mientras les colones impusieron su dominación y modo de vida. En las selvas, ejércitos, mercaderes y misioneros empujaron a la gente – que previamente ocupó el territorio de forma dispersa – a concentrarse alrededor de escuelas, en aldeas o pueblos. Esto facilitó enormemente la propagación de epidemias devastadoras. Hoy, la mitad de la población mundial vive en ciudades, alrededor de los templos del Capital, y se alimenta de los productos de la agricultura industrial y la ganadería intensiva. Cualquier posibilidad de autosuficiencia ha sido erradicada por los Estados y la economía de mercado. Y mientras la megamáquina de la dominación continúe funcionando, la existencia humana estará cada vez más sujeta a desastres que no son muy “naturales”, y a una gestión de los mismos que nos privará de cualquier posibilidad de determinar por nosotres mismes nuestras vidas.

A menos… que en un escenario cada vez más oscuro y perturbador, los seres humanos decidamos vivir como seres libres, incluso si es solo durante unas pocas horas, días o años antes del final, en lugar de encerrarse a sí mismes en un mundo “natural” de miedo y sumisión. Como hicieron les preses de 30 cárceles italianas, enfrentándose a la prohibición de recibir visitas impuesta por el Covid-19 rebelándose contra sus carceleros, demoliendo y quemando sus celdas y, en algunos casos, consiguiendo escapar.

¡AHORA Y SIEMPRE LUCHA POR LA LIBERTAD!

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