Hace un par de semanas difundíamos en este blog una información que habíamos traducido sobre la tentativa de fuga en el CPR de Corso Brunneleschi, en Turín, Italia, en la cual al final un joven migrante consiguió escapar, siendo el resto recapturades y maltratades por la policía.
Ahora, recogemos y traducimos esta actualización informativa sobre la situación en el CPR tras la fuga, donde por lo visto han continuado las protestas de les migrantes allí encerrades y las muestras de solidaridad desde el exterior.
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La atmósfera sigue tensa en el centro de detención de Corso Brunneleschi: durante una tormenta el viernes, un joven aprovechó la atención distraída de guardas y fuerzas del orden para trepar los barrotes y muros y conquistar su libertad.
Incluso si los medios oficiales presentan las protestas y los incendios con un aura de excepcionalidad, quemar los colchones y los pocos muebles que quedan es una práctica recurrente para llamar la atención sobre los muchos problemas en el interior, siendo el último la falta de un barbero. Recientemente, los prisioneros también nos dijeron que no había suficiente champú para que se lavaran el cabello o agua potable y fresca para beber.
El fuego también sirve para comunicarse directamente con el exterior; de hecho, durante concentraciones recientes, con frecuencia se ha visto que se alzan columnas de humo, lo que calienta a las personas que se apresuraron allí en solidaridad y relanzaron sus gritos de apoyo. También se produjo un incendio este sábado cuando las voces, la música y los golpes en los barrotes provenientes de la escasa concentración fuera del centro, celebrada a pesar de la lluvia, llegaron a los oídos de les prisioneres.
Ayer tuvimos noticias de que muches prisioneres tiraron comida al personal, sostenidos por el hecho de que habían recibido un montón de paquetes de alimentos reunidos tras una apelación lanzada por una de las muchas personas solidarias que se movilizaron después de la muerte de Faisal. Lejos de todas las formas de pietismo y ayuda humanitaria, este episodio destaca cómo la lucha puede ganar más fuerza en la conjunción de esfuerzos entre el interior y el exterior: rechazar la comida de Sodexo sin perder energía y permanecer lúcido, es decir, sin el chantaje del hambre, y con la posibilidad de organizar una protesta más grande.
Continuando con esta visión general durante todo el fin de semana: desde el sábado por la noche hasta todo el domingo, un chico permaneció en el techo de la unidad para resistir la deportación. Otro chico con graves problemas de salud mental fue mantenido en confinamiento solitario, lo que preocupaba mucho a otros prisioneros cuando lo vieron de pie desnudo.