Sigue a continuación, tras traducirla a castellano, la crónica recibida en el correo electrónico y compartida por compañeres de Brasil a quienes agradezco el aporte, y que resume lo que fueron unos encuentros anarquistas realizados en la okupación anarquista Pandorga (Porto Alegre) para ver un documental y debatir distintos aspectos de la lucha anarquista y sus prácticas.
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¡Ocurrió en Porto Alegre!
SIN DIOSES. SIN MAESTROS.
Historia, Memoria y Actualidad del Anarquismo
Algunes anarquistas invitaron a cuatro encuentros, entre el 1 y el 22 de septiembre, para intercambiar ideas sobre historia y actualidad del anarquismo, en la okupa Pandorga.
En el primer encuentro, en medio de la persistente lluvia, 25 personas llegaron para la actividad, juntes gritamos y aplaudimos el fuerte trueno que resonó al inicio de la proyección del capítulo 1 del documental “Sin Dioses. Sin Maestros. 1840-1906: La Pasión por la Destrucción”.
Las formas en las que nos posicionamos en relación al entorno, en tanto que anarquistas, abrieron el debate para recordar que el anarquismo surge, y se repiensa, a partir de las inquietudes por responder a la opresión social, económica, política, moral, etc. Desde la interacción social, con preocupaciones sobre cómo abordar algunos temas en nuestro cotidiano, hasta la necesidad de expandir nuestras ideas en busca de afines, resaltó nuestra imposibilidad de permanecer apátiques frente a la dominación. Sea una persona tirana, sea el conflicto por la tierra de los pueblos no civilizados, sea la lucha contra la explotación de aquelles que están obligades a trabajar, sea la tiranía democrática o monárquica, o algún otro evento que evidencie la dominación, quedó claro que la búsqueda de la libertad es aun la gran propulsora de les anarquistas.
Conversamos y percibimos que a pesar de no buscar ninguna uniformidad, es importante hablar de algunos “principios” anarquistas, elementos que nos permitiesen identificarnos y posicionarnos como tales. Para unes se trata de la búsqueda por una vida libre y el rechazo a todo aquello que atente contra ella, para otres se trata de la destrucción del Estado y del Capitalismo, algunes manifestaron la necesidad de “militar” para sentirse anarquistas, mientras que otres cuestionaron el anarquismo como estilo de vida y liberación solo individual. Lejos de dar una respuesta, el debate evidenció la diversidad de las motivaciones y de los por qués de las proximidades con el anarquismo, pero sobre todo, insistimos en que ser anarquista va mucho más allá de simplemente adoptar ese nombre, tratándose de una posición no autoritaria, de una intolerancia para con el gobierno, el Estado, la autoridad, de una voluntad por esparcir semillas de libertad y de la posibilidad, concreta, de no sentirnos oprimides por nadie, y de no oprimir a ningún otro ser.
Otro de los puntos que debatimos, en ese primer encuentro, fue el poder, a partir de la referencia al empoderamiento y otras “formas” de poder. Algunes manifestaron una aproximación al término poder a partir de las nociones de poder popular y empoderamiento, algunes otres rechazaron la idea de poder, rescatando la herencia anarquista que nunca propuso el poder ni como fin ni como omedio, esclareciendo que este tipo de propuestas provienen de la aproximación de las propuestas izquierdistas, sobre todo a partir de los años ‘60.
En el segundo encuentro, asistimos al capítulo 2 del documental “Sin Dioses. Sin Maestros. 1907-1921: Tierra y Libertad”. Aunque con menos gente, y habiendo calmado, en parte, la sede del primer encuentro, debatimos sobre dos puntos amplios: la educación libertaria, y el tema de la tierra. Este último, desgraciadamente, no tuvo un retorno muy acalorado en el debate, sin embargo, cabe resaltar que se remarcó la importancia de la tierra para cualquier proyección de vida libre. El tema de la educación libertaria, fue más abordado, y a partir de esas reflexiones también se apuntó a la necesidad de esparcir las ideas, y de tener caminos para transmitir prácticas y principios.
En el tercer encuentro, asistimos al tercer episodio del documental, “1922 – 1945. En memoria del derrotado” que aborda dos episodios importantes: el asesinato de Sacco y Vanzetti en Estados Unidos y la Revolución Española, ambos como frustrantes experiencias teniendo en cuenta sus resultados finales. En el debate se insistió en que después de esa experiencia, les anarquistas todavía vibran y actúan, inconformes con el título del capítulo. Algunes de les asistentes quedaron impresionades con la posibilidad real de una vida autogestionada, como fueron los primordios de las ciudades liberadas por las columnas anarquistas en Cataluña. Se habló bastante de los impasses y de los ataques de les comunistas dentro de la Revolución Española, y consecuentemente, recordamos que la Unión Soviética no sólo no ayudó a les combatientes, bajo una mínima propuesta en común de la lucha contra el fascismo, sino que hasta saboteó esa lucha.
En el último encuentro, propuesto para establecer un puente entre el último episodio del documental y los espacios y tiempos más inmediatos, nos sentamos en una rueda, en una tarde agradablemente cálida, para conversar sobre nuestra memoria en relación al anarquismo. Un compañero anarquista, recuperando la importancia de la voz y la escucha, compartió con nosotres episodios, caminatas, anécdotas y experiencias de la amplia e insistente historia de les antiautoritaries en la región. Desde el recuerdo de la Colonia Cecilia, fuimos escuchando sobre cómo les anarquistas se extendieron por varios estados y, junto a otres expulsades de tierras lejanas, y compañeres que brotaron en estas matas, se juntaron en espacios, colonias rurales, sindicatos y el afán de crear publicaciones, sabedores de que así conseguían llegar hasta otros corazones rebeldes y que para muches compas ese era el más apreciado contacto con otres anarquistas de la región y del mundo. Así, fuimos sumides en la historia de les compas y de la prensa anarquista en la región.
Oímos también sobre los embates contra les rebeldes: las leyes de expulsión de les indeseables, el confinamiento de preses en Clevelândia, los embates que llegaron del populismo de la Era Vargas, durante la cual los sindicatos fueron incorporados al Estado, perdiendo su autonomía. En este período, también se vivenció una fuerte represión contra anarquistas y disidentes de todo tipo, lo que provocó un considerable descenso en la agitación ácrata.
Pero les anarquistas somos obstinades, aquí y ahora, y hemos sido obstinades también en los contextos más duros. Así, oímos sobre la permanencia de centros de cultura, sobre periódicos que resistieron, aunque cambiando de nombre, sobre editoriales y hasta estudios fotográficos que se mantuvieron por lo menos durante una parte del período dictatorial, sobre les estudiantes del MEL, en esta difícil etapa, marcada, por otra parte, por una clara distancia de los grupos de la izquierda.
Transitamos también por el retorno a la democracia, momento en que aparece el periódico anarquista, el Enemigo del Rey, así como les anarkopunks y las tendencias más organizacionales del anarquismo que, esta vez, y bajo la influencia de organizaciones de tierras vecinas, empiezan a tender puentes con el izquierdismo. Esta proximidad, cambia el lenguaje ácrata en la región hasta la actualidad con sus respectivas consecuencias.
Finalmente, y aunque muy sucintamente, abordamos el tema de los enfrentamientos en las calles que se fueron creando y cultivando desde hace más tiempo que el 2013 como una de las caras actuales que nos mueven hacia las calles y hacia un no respeto a la materialidad de la dominación, factor que cultiva una propuesta de conflicto y no pasividad ante las múltiples formas de opresión.
En todos los encuentros, la riqueza de la historia del anarquismo, nos llevó de la mano por reflexiones, inquietudes y sensaciones muy amplias, entre las cuales sobresalió una inquietud sobre las diversas formas de buscar la anarquía, no como una preocupación o problema a ser resuelto, sino como un escenario que paradójicamente nos afirma en las búsquedas particulares y en las formas de vivir la anarquía.
La inquietud ante la dominación, ascendió a la chispa para debatir, en cada encuentro, sobre el hecho de que todas las acciones de les anarquistas, sea en acción individual, colectiva, de vida, de manifestación colectiva, o de arremetida violenta, son fruto de un contexto; respuesta y propuesta ante alguna situación frente a la cual poco podemos quedar indiferentes. Y aunque nos posicionando en un combate permanente e histórico contra las máquinas del predominio, en la búsqueda de la liberación total sentimos también la necesidad de la vida libre a cada paso, así, debatimos también sobre las posibilidades de vida en autonomía, siempre como una cuchilla al acorralamiento de la vida impuesta por la «sociedad normalizada». Por lo tanto, entendemos las acciones anarquistas como aquellas que repelen lo que nos agrede, y en este simple gesto, combaten desde hace siglos el sistema de dominación, no respetando jamás las agresiones legítimas de la violencia de les que mandan.
Se trata de encuentros muy especiales, en un momento en que valoramos con mayor ahínco las decisiones asumidas a la hora de posicionarnos como anarquistas. Estos encuentros propiciaron, además, reunirse a hablar de lo que pasa en nuestro entorno, de conocernos y hasta criticarnos para fortalecernos, observando nuestras palabras, nuestras respuestas ante situaciones con las que no concordamos, nuestras interacciones con les desconocides. En el caso de los encuentros también intercambiamos ideas, sobre lo cotidiano, desde la extraña posición de quien no está pensando a quién votar, sino cuál va a ser el color del látigo contra el que vamos a combatir, o sea, desde la extraña mirada de quien se desapega de las corrientes y jaulas y no las desea para ningún ser, y eso, ese tipo de encuentro, hizo que algunes de les asistentes salieran con por lo menos una preocupación en el rostro y otres, saliéramos siempre con una sonrisa, sabiendo que no somos tan poques y que tenemos tanta voluntad como para seguir en la vigencia de la búsqueda por la anarquía.
Porto Alegre, primavera de 2018.