A lo largo de los últimos meses, tuvieron lugar una serie de incidentes en Providence (EE.UU.) entre un grupo de activistas y la sección local de la organización anarcosindicalista IWW (Industrial Workers of the World), que comenzó cuando el sindicato adquirió un local físico donde poder reunirse y trabajar gracias a la adquisición por parte de un miembro que, según compañeres, había sido señalado previamente como un violador reincidente y peligroso ante la total indiferencia del sindicato y del resto de miembros, que optaron por ocultar lo que sabían y no actuar en el momento para así conservar su local físico (propiedad del violador, que lo adquirió para el sindicato). Esto condujo a una nueva violación, cometida por este mismo individuo gracias a la permisivididad y pasividad del resto, que no había hecho nada contra él mientras ponían en duda, cuestionaban o daban largas a las mujeres y otras personas de identidad de género oprimida (personas que no eran hombres cisgénero y heterosexuales, vamos) que exigieron que el violador fuese inmediatamente expulsado y apartado de cualquier entorno o espacio comunitario o social.
A continuación, sigue un texto escrito por compañeres de RAGE (Resistance and Action for Gender Equity, Resistencia y Acción por la Igualdad de Género) al respecto de todos estos hechos, aportando información y datos y planteando una reflexión muy lúcida e interesante sobre el peligro de no actuar contra los agresores dentro de los círculos activistas.
El texto lo recogí en inglés del blog anarquista norteamericano It’s Going Down, y lo traduje a castellano para mayor difusión por considerar que los hechos merecen ser conocidos y que de la lectura del escrito que sigue se pueden extraer conclusiones e ideas necesarias también en muchos círculos antiautoritarios y en muchos movimientos sociales de estas latitudes donde, por desgracia, sigue sin actuarse con la suficiente dureza y firmeza contra las agresiones sexistas y sus autores.
Por mi parte, nada más salvo saludar la iniciativa de les compañeres de RAGE y mostrar el más profundo rechazo y asco con respecto a la tardanza, demora y dejadez de la IWW de Providence en abordar este tema, no tratándolo hasta que se vieron entre la espada y la pared por la presión ejercida por otres compañeres.
Porque en una situación de abuso, la neutralidad favorece la opresor, la lucha contra el Patriarcado no es sólo la lucha contra los agresores, sino también la lucha contra quienes con su pasividad, egoísmo e inacción permiten, alientan y refuerzan que sigan haciendo daño.
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Providence, RI: Confrontando el Patriarcado y la violencia sexual en los círculos activistas
Las personas que se oponen a la agresión sexual dentro de los círculos activistas, al igual que en el sistema jurídico de los Estados Unidos, pueden abandonar los procedimientos inadecuados, la jerga académica, las falsas contra-narrativas y el tiempo que se prolonga sin recurrir. Desafortunadamente, hay una carga incalculable de buscar justicia. El re-trauma desencadenado, el foco sobre los asuntos personales, junto con los a menudo insatisfactorios resultados para les supervivientes que presionan a través de ello, son sólo algunos de los factores que han reducido las denuncias de agresión sexual incluso dentro de los grupos presuntamente receptivos.
Recientemente, se publicaron comentarios hechos por la IWW (Industrial Workers of the World) de Providence al respecto de la cuestión que condujo a la formación de nuestro grupo, así que pensamos que es importante compartir nuestro lado de la historia. Lo que esperamos transmitir a nuestres compañeres activistas y al público en general es nuestra profunda preocupación por la violencia sexual dentro de círculos activistas y de nuestras comunidades, cómo hemos emprendido acciones alrededor de incidentes específicos de agresión sexual involucrando a una orgranización local, y nuestras esperanzas de recibir vuestro apoyo mientras seguimos promoviendo la justicia en esta y en otras cuestiones.
Nuestro grupo es RAGE, Resistance & Action for Gender Equity (Resistencia y Acción por la Equidad de Género; las siglas además son un juego de palabras, ya que la palabra Rage en inglés significa Rabia, Ira). Somos miembros de la comunidad que véis cada día. Compartimos una creencia y actuamos en la idea de que “el daño a une es el daño a todes”). Como parte de promover comunidades más inclusivas y justas, nuestro activismo incluye desafiar a la injusticia que afrontamos basada en la identidad sexual o de género. Mientras la inequidad deslumbrante persiste en la sociedad dominante, dentro de los movimientos sociales también existe, y toma importante modelar una deseada cultura de justicia interseccional.
Incluso en círculos activistas, en los grupos a los que nos unimos para contribuir con nuestra energía al cambio social, somos a menudo abandonades a confrontar una opresión y supresión internas que creíamos que todes combatiríamos juntes. Aquelles de nosotres que experimentamos la opresión basada en el género o la sexualidad podríamos estar aliviades de escuchar la retórica teóricamente de apoyo de un grupo, sólo para decepcionarnos más tarde cuando, en la práctica, cuestiones como la agresión sexual son manejadas de una manera que refuerza el cis/heteropatriarcado. Es un golpe extra cuando aquelles con quienes creías que estabas trabajando para construir “un mundo mejor” mantienen y se benefician de los mismos fundamentos de injusticia contra los que se comprometieron a estar luchando.
Les activistas que intentan abordar las agresiones sexuales dentro de los grupos se enfrentan a menudo con sus propios dilemas internos (“¿Estoy creando una distracción del trabajo que estamos haciendo al sacar a la luz este incidente?”, “¿Acudir a la policía sería una traición de nuestros ideales colectivos?”, “¿Y qué pasa si mis propies compañeres no me creen?”), así como también con las respuestas problemáticas y potencialmente peligrosas de les miembros de sus círculos (“No podemos saber seguro lo que pasó porque hay versiones contradictorias”, “Si no quieres poner tu energía hacia la justicia transformadora eres culpable en la perpetuación de los futuros actos violentos de tu acatante”, “Formaremos un comité para abordar tus preocupaciones en algún momento, pero ahora no tenemos la energía para tratar este tema”) o, peor aún, con el silencio.
En Providence, muches de nosotres conocemos y nos reunimos unes al lado de les otres, ya sea que nos asociemos con un grupo político particular u otro. La solidaridad entre las organizaciones y les individues de la izquierda distingue a nuestra comunidad de otras regiones, donde los argumentos sobre las pequeñas diferencias ideológicas a menudo pueden interponerse en el camino de la organización. Es por eso que nuestro grupo estaba tan decepcionado por el IWW: compañeres activistas al lado de les cuales hemos permanecido durante años “conscientemente” nos ponen en riesgo a nosotres y a otres miembros de la comunidad oprimides por el género, mientras simultáneamente continúan proclamando la solidaridad con las comunidades oprimidas. Mientras que la IWW de Providence ha existido durante décadas, su perfil ha sido recientemente elevado debido a un interés creciente en el activismo político y a su adquisición de una “sala de juntas”.
Entendemos lo mucho que les miembros de la IWW de Providence deben haberse emocionado cuando alguien se ofreció a comprar un espacio para elles, finalmente tendrían una ubicación física para trabajar en proyectos e involucrar a la comunidad. Sin embargo, mucha gente no sabía hasta hace poco que el local sindical de la IWW de Providence fue comprado -y sigue siendo propiedad de – una persona con un historial de ser acusada de violencia sexual. Esta historia no fue abordada ni reconocida por el sindicato hasta que esta persona fue acusada de cometer otra agresión en la comunidad de Providence. No entendemos cómo nuestros “compañeros” en la IWW de Providence no consideran que el hecho de que alguien que ha sido acusado de violencia sexual sea el propietario de su local podría hacer que la gente se sienta insegura, sufra un trigger* o se sientan bajo un peligro físico real. Al ignorar y encubrir la supuesta historia de violencia sexual de este individuo, nuestres “compañeres” le dieron su permiso tácito para que volviese a atacar. A lo largo del año pasado, tras la fachada de “solidarity forever” (solidaridad para siempre), se han reportado varias denuncias de agresión sexual, así como errores institucionales. A pesar de que estamos de algún modo aliviades de que tras varios meses de presión de nuestro grupo la IWW de Providence esté reconociendo públicamente este asunto, seguimos preocupades por lo que ha ocurrido y por lo que queda por hacer.
Nuestro grupo de acción comunitario RAGE se formó a principios de diciembre de 2016. Dos mujeres ex-miembros de la IWW de Providence (una de las cuales es una superviviente de violencia sexual por parte de un “compañero” miembro de la IWW) se acercaron a otres fuera de la IWW buscando apoyo después de que la organización fallase en emprender acciones. Se dice que la supuesta agresión sexual de un miembro de la IWW de Providencia sucedió en septiembre de 2015, y un año más tarde no había habido ningún movimiento real al respecto. Mientras esperaba a que la IWW actuase sobre su queja, la superviviente supo que otra mujer había sido violada en el verano de 2016. Se dijo que este supuesto ataque había sido cometido por el propietario del local sindical. El año anterior, una mujer de nuestro grupo había intentado iniciar un debate y una política interna sobre la agresión sexual dentro de la IWW. Esa fue la razón de que reincorporase a la organización tras escuchar esta cuestión y darse cuenta de que, con una vasta mayoría de miembros varones cisgénero, su papel podría marcar la diferencia al inclinar al grupo a reconocer la agresión sexual como una cuestión seria que demandaba atención inmediata.
Tras un encuentro en la primavera de 2016, cuando ella apasionadamente discutió la importancia de la cuestión para la mayoría de “compañeres” no simpatizantes, ella abandonó la reunión. Incluso a pesar de que ella no se quitó formalmente, fue expulsada de las listas internas de correo electrónico en una semana, expulsándola efectivamente de la organización que ella estaba intentando mejorar. Tras meses de sentirse silenciada y sin esperanza, de esperar que algún procedimiento interno hiciese algo, se acercó a otres fuera de la organización y un grupo de nosotres empezamos a reunirnos intensamente, para apoyar a las supervivientes, y para elaborar un plan para ejercer presión externa en la IWW de Providence.
«Me afilié por primera vez a la IWW de Providence en 2009. Fui una miembro activo durante años. A algunas de estas personas las he conocido durante mucho tiempo y les consideré mis amigas o, al menos, gente con la que yo creía que podría contar para respaldarme. Nunca me imaginé que esta gente, en la que yo había puesto tanta fé, me traicionaría de esta manera. Me siento absolutamente devastada y decepcionada no es una palabra lo suficientemente fuerte. Estoy tan dolida, tan triste, tan cansada, drenada mental y emocionalmente y traumatizada por esta ruptura de la solidaridad.
Tristemente, esta no es la primera vez que he estado en una situación donde aquellos que yo consideraba que se preocupaban por mí, arriesgarían mi seguridad al no escoger confrontar la agresión sexual directa e inmediatamente. Esta no es la primera vez que me he sentido ignorada y barrida a un lado, y que me han hecho sentir que no me merezco ser informada y por tanto tampoco capaz de protegerme a mí misma. Esta no es la primera vez que la decisión fue tomada por mí. A lo largo de mi vida he sido constantemente decepcionada por la gente… la policía, el sistema judicial, incluso por miembros de mi propia familia, y ahora ésto. Mi corazón está roto otra vez… y sigo viendo a las mujeres y a las personas que me preocupan ser dañadas repetidamente.
“Pero ahora, rechazo quedarme simplemente esperando más tiempo. Esto debe acabar y yo haré todo lo que pueda para pararlo. Ser parte de este grupo me ha recordado que vale la pena aquello por lo que luchamos. No vamos a dejar que esto se deslice. No vamos a permitir esto.”
– Miembro Co-Fundadora de RAGE.«
Hicimos una estrategia en nuestras reuniones sobre cómo responsabilidad a la IWW de Providence y cómo asegurarnos de que nuestra comunidad estuviese mejor informada. Mientras nuestros «camaradas» locales nos habían decepcionado, tuvimos pronto éxito en obtener apoyo y cancelaciones de les activistas de fuera de la ciudad que habían programado celebrar eventos en el local de la IWW. Esto incluyó a un abierto organizador del antifascismo y a un conocido activista de la justicia social y ambiental. Damos las gracias a ambos por entender inmediatamente la urgencia de la situación, así como las ópticas contradictorias en mantener eventos anti-opresión en un lugar que falla en resolver sus propias agresiones sexuales internas y su propia opresión de género. Lo siguiente que pasó no será una sorpresa para nadie que haya visto la efectividad de los boicots, cómo una cuestión que había estado siendo ignorada de repente se dispara hasta ser primer punto de la agenda.
Estamos encantades de ver el efecto, cómo una reunión de emergencia fue convocada por la oficina de la IWW para discutir la cuestión de las agresiones sexuales asociadas con su organización. En el futuro esperamos que la reflexión y la acción ocurran inmediatamente sin nuestra intervención, y que las agresiones sexuales no ocurran en absoluto, pero en este caso RAGE asumimos nuestra responsabilidad seriamente y estamos orgulloses del papel que hemos jugado.
Mientras seguimos sin saber con certeza lo que ha sido discutido o decidido internamente, decidimos asegurarnos de que nuestro mensaje está claro, tomaremos la acción directa enviando un conjunto de demandas al local de la IWW de Providence.
Un grupo de nosotres fuimos al edificio con nuestras demandas estampadas en un poster de 3×4 pies y procedimos a enviárselas en una manera en la que sabíamos que nuestros “compañeros” la entenderían, encima de un ventanal. Además, enviamos un “Suspenso”*** al estilo de las inspecciones de locales, apercibiéndoles de su fracaso en tratar apropiadamente los asuntos de agresión sexual. Escogimos a propósito una hora en la que la reunión de miembros estaba teniendo lugar, así que aunque el despliegue de la ventana fue rápidamente retirado, nos aseguramos de dejar también copias limpias de nuestras demandas, incluyendo la carta y texto a continuación, firmada como “¿Solidaridad para siempre?” (los nombres que fueron incluidos en nuestra carta de demandas enviada han sido omitidos para este artículo):
«UN DAÑO A UNA ES UN DAÑO A TODES
18 de diciembre, 2016
A: IWW Providence
A la luz de eventos a lo largo del curso del año pasado, se ha hecho dolorosamente claro para les miembros de la comunidad de Providence que nuestros aliados de confianza no han sido capaces de abordar e implementar ni siquiera los procedimientos más básicos con respecto a la mala conducta sexual de manera oportuna. La inacción y la complacencia fueron elegidas en vez de la urgencia, a expensas de nuestra seguridad. Está la ignorancia, y luego está la retención deliberada de información. Esto ha demostrado ser peligroso, especialmente en el caso de un violador reincidente [propietario del edificio de la IWW de Providence]. Él eligió no compartir información sobre sí mismo con múltiples mujeres. Aquellos más cercanos a él sabían esto y eligieron guardarse esa información. Información que no era asunto suyo mantener. Esto directamente puso en peligro a mujeres y condujo a otra agresión más. A pesar de que un puñado de miembros fueron avisados directamente de una agresión sexual perpetrada por un miembro de la IWW de Providence, rechazaron tomar acciones y fallaron en notificar a cualquiera en la comunidad. Al hacerlo, traicionaron la confianza de las supervivientes y de cualquier otra persona que creyó que la agresión sexual sería tomada en serio y que se actuaría sobre ella rápidamente.
La gente merece poder decidir por sí misma tanto si quieren como si no quieren estar alrededor de _____ y _____, y de otros como ellos. Les individues deberían poder evaluar ese riesgo por sí mismes. Ocultando información, una decisión es tomada por nosotres, y esa es una evidente violación de nuestra autonomía. Como resultado de los incidentes mayormente mal manejados a lo largo de este año pasado, así como de la inacción hacia seguir albergando conocidos violadores dentro del grupo, nosotres, como comunidad, no permaneceremos más tiempo en la complacencia y la inacción.
Carta de demandas:
Exigimos que se nos crea. Exigimos que cualquier perpetrador de mala conducta sexual identificado sea inmediatamente vetado de los espacios de la comunidad. Exigimos que además de la inmediata expulsión de agresores, miembros de la comunidad presentes y futuros serán inmediatamente informades del historial de violencia previo de cualquier individuo. Exigimos que vuestra organización tenga un plan de acción viable para prevenir y responder a la mala conducta sexual en el lugar y que esté disponible el 18 de enero de 2017. También exigimos que cualquier miembro que fallase en su responsabilidad de prevenir y abordar el sexismo sistemático y la violencia siendo perpetrada dentro de sus organizaciones inmediatamente dimita y renuncie a sus responsabilidades. Ya no seremos ignoradas cuando clamemos por la justicia y la rendición de cuentas. EXIGIMOS respeto.
– ¿Solidaridad para siempre?«**
Unas pocas semanas después de que enviásemos nuestras demandas, a principios de enero de 2017, fuimos saludadas con la respuesta pública de la IWW de Providence en forma de publicaciones en los medios sociales. Teníamos esperanza de que la oficina estuviese de hecho “trabajando en ello”. Donde antes no había procedimientos específicos para tratar con la violencia interpersonal, hay ahora una nueva política promulgada y mayormente basada en una propuesta que una miembro de nuestro grupo había intentado llevar adelante el año anterior. Sin embargo, seguimos sin tener certeza de si pueden trabajar en esta cuestión de manera imparcial. Al igual que con otras organizaciones, es casi imposible tener auto-investigación interna. Al igual que con otras organizaciones, es casi imposible tener una auto-investigación interna. Además, consideramos que es contrario a la integridad de nuestra comunidad activista de Rhode Island que muchas de las soluciones sólo parecen abordar las «quejas formales» que se han presentado dentro del sistema de quejas de IWW de Providence. Se pasan por alto los asaltos que se han conocido pero que no han sido formalmente «archivados», cuando las supervivientes comprensiblemente no quisieron tener nada que ver con la organización asociada con el asalto. Además, entre todas las palabras de la declaración pública de la IWW de Providence con respecto al asalto desde septiembre de 2015, queremos aclarar a aquelles que pueden haber “desnatado”**** el contenido, la «denunciante» no es la misma persona que la «superviviente» sino una miembro interno de la IWW de Providence que presentó la queja a petición de la superviviente. Esto es importante saberlo ya que varias disposiciones mencionan específicamente a la demandante de una manera en la que una persona forastera podría interpretar equivocadamente que se refiere a la superviviente, como en la frase «La demandante que inició el proceso ha expresado su satisfacción con sus resultados». Como la superviviente en cuestión está entre nuestro grupo, quería señalar que la sentencia no es sobre ella, sino más bien sobre la persona que presentó la queja.
Aunque nos sentimos alentades por los intentos de revelación, hay muchos puntos de los recientes mensajes de la IWW de Providence que tenemos en duda, demasiados para tratar en este artículo. Uno que destaca es la implicación de que los miembros de la IWW de Providence no eran conscientes de las acusaciones de la agresión sexual hasta hace poco. Por lo que sabemos esto es inexacto, los miembros sabían del pasado del propietario antes de que le permitieran y lo animaran a comprar el edificio para su uso, hace más de un año. Los ataques más recientes también fueron conocidos durante muchos meses por algunos miembros de la oficina, que posteriormente no informaron a otros, arriesgando la seguridad de más personas. La semana pasada estuvimos contentes de ver que otro paso exitoso salió de nuestra organización para impulsar la transparencia de la IWW de Providence. Una comunicación fue lanzada como un correo electrónico a grupos e individues, abordando el pasado contencioso y las acusaciones de agresión sexual contra el “compañero” miembro de la IWW que es el propietario del edificio. Reconocemos que esta debe haber sido una decisión difícil de tomar para la IWW de Providence y aplaudimos sus movimientos para informar al público y tratar de abordar este asunto.
Coincidimos fuertemente con muchos de los principios de la justicia transformadora, cuando se acompañan con las herramientas, los recursos y la transparencia apropiados. Pero tenemos cautela cuando vemos tales prácticas intentadas múltiples veces sin éxito. También sabemos que hay mucho que deconstruir en nuestra sociedad, desde el colonialismo hasta el racismo, desde el sexismo hasta el encarcelamiento masivo, desde el capitalismo hasta la xenofobia, y que terminar con las agresiones sexuales llevará tiempo y diligencia intencional en el contexto actual. RAGE fue fundado firmemente dentro de la práctica de la solidaridad interseccional, con una urgencia de señalar lo que vemos, que nuestra comunidad necesita sanarse y organizarse eficazmente para la liberación en múltiples frentes. Seguimos teniendo esperanzas de que la cura y las políticas proactivas a largo plazo saldrán de todo esto.
Por ahora, nuestra confianza en la IWW de Providece como una institución sigue necesitando repararse a través de la acción concreta. Urgimos a nuestres ocmpañeres dentro de la IWW de Providece a usar la solidaridad del sentido común para posicionarse con aquelles que afrontan opresión de género, a elegirnos a nosotres y a vuestros ideales centrales por encima de un pedazo de propiedad privada. Lo que se debe hacer para reconstruir completamente nuestra confianza y la confianza de la comunidad todavía no está del todo claro, pero exigimos ser parte de esa discusión, y sabemos que tal confianza mutua es mucho más valiosa que cualquier edificio. Pedimos a la comunidad más amplia que continúen posicionándose con nosotres mientras nos organizamos por la rendición de cuentas y la transparencia, para compartir el diálogo mientras preguntamos y planeamos soluciones.
Como les activistas saben, nuestro trabajo continúa día a día antes y después de las elecciones, pero este último evento ha puesto el activismo en estado más elevado. En un momento donde la aceptación casual de la violencia sexual ha sido elevada hasta el despacho oval, la solidaridad contra la opresión de género es crítica, especialmente dentro de los movimientos. Queremos pelear con aquelles que creen en la justicia, incluso a través del género, la sexualidad, la raza, la clase, la capacidad, la edad, el lenguaje, la geografía, etc. Porque ahora no es el momento político para perder el tiempo luchando contra aquelles que nos llaman compañeres, es crítico fortalecer el compañerismo y el respeto mutuo. Tanto si requiere debates difíciles o acción directa, tales medios son útiles si conducen a la discusión, la reflexión, la práctica cambiante y, en última instancia, una red más sólida de movimientos sociales sobre la que nuestras futuras sociedades puedan ser modeladas. Estamos aquí para ser parte de ese trabajo y parte de ese futuro.
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Notas de Traducción de La Rebelión de las Palabras:
* He usado la expresión «sufre un trigger» porque aunque la expresión en el texto original era «be triggered» no existe una locución en castellano para traducirlo literalmente. Un «trigger» es un elemento que actúa como desencadenante de una experiencia traumática y provoca que la persona traumatizada reviva ese momento. Por ejemplo, para una mujer que ha sufrido violencia sexual en el pasado, saber que en su organización o colectivo político hay hombres que han sido acusados de ser violadores puede hacer que revivan su experiencia con la violación y se sientan en peligro extremo de ser agredidas de nuevo por esos hombres. En ese caso, esos hombres, o más bien su presencia, serían el «trigger».
** «¿Solidaridad para siempre?», firma con la que les compañeres de RAGE firmaron su comunicado y su carta de demandas dirigida a la IWW de Providence, es una referencia al cínico lema de la organización anarcosindical, «Solidarity Forever», que significa «Solidaridad para siempre», ya que como se puede comprobar la solidaridad sólo es «para siempre» cuando el agresor no es uno de los suyos.
*** Decidí traducir esto como «un suspenso» porque en el texto original les compañeres usaron «F», que en inglés es una manera de decir «Failure»(Fracaso) refiriéndose al resultado de un examen, prueba, evaluación o inspección. En este caso, les compañeres dejaron pegadas en las paredes de la sede de la IWW en Providence hojas con un diseño similar al usado por los inspectores cuando un local no reúne las condiciones y requisitos necesarios de seguridad y deciden precintarlo, aunque en su caso apelaron a que el local no reúne las condiciones básicas de seguridad frente a la violencia sexual y por eso consideraban que necesitaba ser precintado.
**** Utilicé la expresión «desnatar el contenido» porque en el texto original la expresión usada es «skim the content», que significa literalmente desnatar el contenido. Aunque la expresión no tiene un sentido literal en castellano, en inglés se usa para referirse a una técnica de lectura que consiste en leer rápidamente un escrito quedándote con las ideas principales y desechando lo demás, sin una necesidad de leer todo el texto detenidamente.