Hola a todes.
Desde un tiempo a esta parte, venimos cuestionándonos de forma interna la utilidad real de este blog para los movimientos sociales, o revolucionarios, de nuestro entorno y más allá. Hemos intentado revisar cuáles eran realmente nuestras aportaciones a la lucha y cuáles, en cambio, contribuían solamente al espectáculo, el folclore, y un radicalismo puramente estético. Hemos querido echar la vista atrás, ver los cambios en las noticias y materiales, las derivas que habíamos tomado, un poco impulsades por nuestro propio criterio, pero también por las fluctuaciones en el tipo de contenidos que nos llegaban. A través de este ejercicio, nos dimos cuenta de que también teníamos otra necesidad, que tenía que ver con la forma en que determinados movimientos o espacios de lucha nos percibían y contaban o no con nosotres como un espacio de difusión para sus iniciativas, convocatorias, proyectos o reflexiones. Y esto, a su vez, nos llevó a la situación que tenemos ahora.
Sabemos que los tiempos han cambiado, y aunque parezca que siempre han estado ahí y a pesar de que muchas personas son ya incapaces de imaginarse el mundo sin la mediación de esas telarañas, cuando este blog (antes alojado en Blogspot) comenzó su camino, hace unos 10 años (¡se dice pronto, eh!), las redes sociales apenas tenían presencia en nuestras vidas (por supuesto, estaban ahí, pero no tenían la ubicuidad omnipresente y omnipotente que tienen ahora, ni mucho menos), y realmente sentíamos que los blogs o los portales web antiautoritarios eran proyectos importantes, que cumplían un papel importante, y estaban insertos directamente en las luchas de su entorno, como amplificadores de las acciones y proyecciones de las mismas, y como cosecha a su vez de las noticias que llegaban, a un ritmo también muy diferente y con unos vínculos bastante más auténticos, desde otros territorios, desde «el exterior». Lo que se hacía, los debates que se tenían, daban contenido y a su vez, el contenido generaba debates reales y proyectos en la calle, fanzines, publicaciones, grupos de peña con ganas de hacer cosas organizándose de forma espontánea y experimentando, en una constante dialéctica de impulsos. Ahora, en cambio, la realidad nos golpea y, ya sea por honestidad o por respeto, nos obliga a recular y a hacer autocrítica y crítica a la vez.
El hecho de que la mayor parte de proyectos del estado español (centros sociales, ateneos, locales anarquistas o no específicamente anarquistas pero sí afines a unas fórmulas de auto-organización y un planteamiento autónomo y combativo, colectivos diversos, individualidades…) hayan dejado de utilizar herramientas como este blog para difundir sus proyecciones nos hace pensar que ya no consideran estas herramientas como suyas, sino que de algún modo hemos ocupado una esfera de lo ajeno. Esto no lo decimos con afán de reproche, para nada, y tal vez no sean más que nuestras propias impresiones, pero sí nos entristece, y no por el hecho de que X gente no nos mande sus convocatorias, sino porque ésto pone en entredicho la única razón de ser de un proyecto como éste. También sentimos ésto cuando vimos que recibíamos más noticias y peticiones de difusión de convocatorias de lugares que se encontraban a miles de kilómetros de distancia, que de nuestro propio entorno. Cuando vemos que esos mismos colectivos cercanos en la geografía priorizan (cuando no utilizan en exclusiva) las redes sociales como Facebook o Twitter, sobre las que tanto se ha discutido y hablado, mientras que no se cuenta con proyectos afines, auto-organizados y vehiculados por servidores de naturaleza también cercana, como Noblogs, Espiv u otros (dentro de la contradicción de asumir el uso de Internet sabiendo que es, por defecto, «terreno enemigo») entonces, al menos para nosotres, llega el momento de plantearnos si merece la pena seguir con ésto, y la verdad es que creemos que no. Hemos llegado al punto en el que sentimos que contribuimos a una imagen de nuestras luchas totalmente ficticia, desconectada de las calles y sus inquietudes y tensiones. No queríamos seguir desde la desmotivación.
Además, sentimos, como ya hemos dicho, que se da una importancia excesiva a la imagen y el folclore, sin pararnos a pensar qué tipo de proyectualidades alimentábamos con ello, y qué discursos poníamos en el centro, deslizando el debate hacia un enfoque paralelo desconectado de la realidad cotidiana de los lugares y relaciones que habitamos. Queremos recuperar la cordura, bajar de las nubes, poner los pies en el suelo, ensuciarnos en el terreno inmediato en el que nos encontramos, y hacerlo con la convicción de que estamos presentes no solo en nuestros guetos sino también en las contradicciones y tensiones de otras. Porque nos cansa la egolatría de determinados planteamientos, los juicios, la superioridad moral, y el enfoque mayormente estético, el «nepotismo» radical, que también nosotres proyectamos en infinidad de ocasiones a través de nuestra labor aquí, y en los contenidos y reflexiones a los que de algún modo terminamos dando prioridad.
A ésto tendríamos que sumar la necesidad de algunas personas que participamos en esto desde hace más tiempo de cuidar nuestra salud mental, priorizarnos, y dejar a un lado proyectos que nos exigían una disposición más o menos rutinaria y constante, y un trabajo que no siempre podíamos hacer (con la carga de cierta ansiedad que ésto nos provocaba a medio-largo plazo), y que por momentos incluso dejaba de ilusionarnos, por motivos que no necesariamente tienen que ver con lo expresado más arriba en este escrito, sino por muchas otras razones. Necesitamos aire, y creemos que es hora de tomarnos un descanso.
A lo largo de todos estos años, el blog ha sido llevado por una sola persona, exceptuando este último año o dos años (más o menos) en que, efectivamente, otras personas se sumaron de manera un poco intermitente, y empezamos a usar un plural mayestático en parte por visibilizar este cambio pero, sobre todo, por una mezcla entre despistar y hacer la gracia. Pese a todo, los vínculos siempre han conectado a más de una persona, y la actividad en este blog nos ha permitido conocer a muches compañeres, con algunes de les cuales forjamos poderosos lazos que duran hasta hoy (otros, en cambio, han quedado, afortunadamente, en el olvido) y que han dado lugar a otros proyectos y vínculos. Hemos pasado por diferentes etapas, en todas hemos cometido errores, hemos sucumbido a muchas cosas que condenábamos, hemos aprendido y hemos corrido riesgos y, al mismo tiempo, hemos tenido la sensación de no estar haciendo lo suficiente y la necesidad de ir mucho más allá y de no quedarnos en la soledad y la madera de árbol hueco que a veces es lo virtual. También hemos hecho aportes que otros colectivos nos han hecho llegar que les han servido, traducciones, reflexiones, ediciones, y eso es, posiblemente, lo que más valoramos, junto a la cantidad de afinidades (¡y de discrepancias!) que nos hemos encontrado, y los frutos que algunas de esas casualidades han dado. ¡Eso que nos llevamos!
No queríamos caer en ningún discursito moralizante ni en ninguna nostalgia resentida porque odiamos esos finales y porque, volvemos a decir, comprendemos estos cambios y el efecto que han surtido también dentro de nuestros entornos, y nosotres hemos usado redes sociales, algunes las siguen usando, y pese a nuestras abundantes críticas no creemos que su uso esté mal per se (y sobre ésto podríamos debatir durante horas, pero por favor, cara a cara). Al final lo hemos hecho, hemos caído en ambas cosas, la moralina y la nostalgia, lo sentimos. Tampoco queríamos que esto sonase a despedida amarga, pero creíamos necesario explicarnos y dejar escrita una pequeña crítica para que aquelles compañeres que así lo sientan y quieran, la recojan e interpreten como consideren. No es nuestra intención dar lecciones, sino simplemente irnos como llegamos, tratando de aportar al debate.
No pensamos que vayamos a dejar vacante nada. Quedan muchos otros proyectos de contrainformación o comunicación anarquista o antiautoritaria en Internet con los que en un momento dado hemos encontrado (y en algunos casos compartido en cierta profundidad) bastante afinidad, y que hacen un gran trabajo. Por reseñar unos cuantos: Briega, Portal Libertario Oaca, ALasBarricadas, Tokata.info, Publicación Refractario, Anarquia.info, AlGrano, Aleva y, para quienes sois más políglotas, otros como 325 (un enorme saludo para elles), Act For Freedom Now!, Enough is Enough, CrimethINC., y otros muchos que podéis ver en la columna lateral derecha del propio blog. Pero sí nos gustaría que, por favor, recuperásemos el espíritu conspirativo que tenía la comunicación anarquista en otro tiempo. No hablamos de renunciar al ordenador o al móvil y limitarnos a planchas de imprenta clandestinas como si viviésemos en el S. XIX, como decimos, los tiempos han cambiado, pero sí de intentar cuidar más nuestra comunicación y de potenciar (frente a las grandes plataformas y los grandes medios del enemigo) los proyectos que han nacido con la intención de ser un pequeño amplificador más para las voces y para las revueltas que desde las calles de nuestros barrios, pueblos o villas desarrollan iniciativas y raíces sin domesticar que agrietan la gris losa de cemento de los amos, invaden sus jardines y dan luz a bosque y nueva vida.
El blog permanecerá abierto, pero, en principio, no vamos a volver a publicar en él, al menos por un largo período de tiempo.
Ha sido un placer, en muchos sentidos, y estaremos encantades de reencontrarnos o de conocernos y descubrirnos en otras historias, en otros momentos y lugares. Nos vemos en las calles, porque allí es donde se encuentra la lucha. Siempre ha estado allí, nosotres no.
¡Viva la anarquía!
La Rebelión de las Palabras
Proyecto virtual de contrainformación anarquista