Antes de nada, quiero remarcar mis múltiples desacuerdos con varias de las posiciones y puntos de vista que el compañero Alfredo Cospito (para quien a estas alturas aun no lo sepa, encarcelado en Italia por los disparos en las piernas contra el directivo de la industria nuclear Adinolfi, acción cometida junto a Nicola Gai, también preso, y reivindicada como Núcleo Olga – FAI/FRI) expresa en esta entrevista.
No obstante, no me detendré ahora a matizar mis discrepancias, ni éstas me impedirán publicar la entrevista que realizaron a Alfredo lxs compas presxs en Grecia de la organización revolucionaria Conspiración de las Células de Fuego. Creo que la labor de silenciamiento selectivo le corresponde a los mass-media y a ciertos medios que presumiendo de «alternativos» reproducen sus mismas miserias. Incluso discrepando, este tipo de documentos permiten mantener vivo el debate, acercan nuevas reflexiones y afilan la teoría y, con ella, quizá también la práctica. Por eso, a mí me parecen de vital importancia para la idea y práxis anarquistas. Mis diferencias ya las debatiré con quien tenga que debatirlas, en el momento, espacio y lugar adecuados.
Así, tras corregir ciertos errores de traducción y ortografía, y tratar de evitar un lenguaje sexista intentando utilizar un género neutro, doy paso a esta larga y sustanciosa entrevista, tomada de Instinto Salvaje (y enviada también por un/a compa anónimx al correo del blog, a quien agradezco el aporte).
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Desde las cárceles griegas al AS 2 de Ferrara: Cuatro palabras en “libertad”. Entrevista de las CCF a mí mismo.
Antes de responder a vuestras preguntas quiero hacer hincapié que aquello que voy a decir, es mi verdad. Uno de los muchos puntos de vista, sensibilidades y matices individuales dentro de ese crisol de pensamiento y acción que va bajo el nombre de FAI-FRI. Federación informal que, rechazando cualquier tentación hegemónica, representa una herramienta, un método de uno de los componentes del anarquismo de acción. Anarquismo de acción que sólo cuando se hace informal, no obligándose en estructuras organizativas (especificas, formales, de síntesis), cuando no está a la asfixiante búsqueda de consenso (y por lo tanto, rechaza la política) se puede reconocer en un más amplio y caótico universo que va bajo el nombre de “Internacional Negra”.
Para entendernos mejor la FAI-FRI es una metodogia de acción que sólo una parte de las hermanas y hermanos de la Internacional Negra práctican, no es una organización, ni aún menos una simple firma colectiva, sino una herramienta que tiende a la eficiencia, que tiene como objetivo aquello de fortalecer los nucleos y lxs singulares compañerxs de acción a través de un pacto de apoyo mutuo sobre tres puntos: solidaridad revolucionaria, campañas revolucionarias, comunicación entre los grupos/individuxs:
SOLIDARIDAD REVOLUCIONARIA: Cada grupo de acción de la FAI se compromete a dar su propria solidaridad revolucionaria a eventuales compañerxs arrestadxs o fugitivxs. La solidaridad se concretiza principalmente a través de la acción armada, ataque a estructuras y personas responsables de la detención del/la compañerx. No existe la posibilidad de la falta de solidaridad porque vendrían a menos los princípios en los que el vivir y el sentir anárquico se basan. Por apoyo en la represión no se entiende, por supuesto, aquello de carácter de asistencia técnico/jurídico: la sociedad burguesa ofrece suficientes abogados, asistentes sociales o curas, para que lxs revolucionarixs puedan ocuparse de otras cosas.
CAMPAÑAS REVOLUCIONARIAS: Cada grupo o individux una vez iniciada una campaña de lucha a través de la acción y consiguiente comunicado será seguido por otrxs grupos/individuxs de la Federación Anarquista Informal segun los propios tiempos y modalidades. Cada individux/grupo puede lanzar una campaña de lucha sobre objetivos particulares simplemente “promoviendo” el proyecto a través de una o más acciones acompañadas por la firma del singular grupo de acción a la que se agrega la llamada de la Federación en la sigla. Si una campaña no es compartida, si se considera necesario, la crítica se concretizará a través de las acciones/comunicados que ayudarán a corregir el tiro o a meterla en discusión.
COMUNICACION ENTRE LOS GRUPOS/INDIVIDUXS: Los grupos de acción de la Federación Anarquista Informal no están obligados a conocerse unos a otros, no existe la nececesidad ya que de otra forma se peligraría de ofrecer un costado a la represión, al liderismo de lxs indviduxs y a la burocratización. La comunicación entre los grupos/individuxs sucede esencialmente a través de las mismas acciones y a través de los canales informativos del movimiento sin la necesidad de conocimiento reciproco. (Tomado de la reivindicación del ataque a Prodi, en la época presidente de la Comisión Europea, 21 de diciembre de 2003, tomado de’ El dedo y la luna’. P. 15-16).
Este pacto de ayuda mutua de hecho salta a la asamblea, a sus líderes, lxs especialistas de la palabra, de la política y los mecanismos autoritarios que se activan incluso en ámbitos anarquistas cuando la asamblea se convierte en un órgano decisional. Aquello que la Internacional Negra en los próximos años debería hacer es volver a hacer un nudo de aquel “hilo negro” que se habia roto desde hace tiempo. Un hilo que une el anarquismo de ayer que practicaba “la propaganda por el hecho”, hija del Congreso Internacional en Londres en 1881, a la anarquía de acción de hoy, informal, anti-organización, nihilista, anti-civilización, antisocial. Nicola y yo, unicos componentes del “Núcleo Olga”, no conocemos en persona a lxs otrxs hermanos y hermanas de la Federación Anarquista Informal, conocerlxs significaría verlxs encerradxs entre las cuatro paredes de una celda. Nos hemos convencido de la utilidad de la FAI/FRI gracias a las palabras (reivindicaciones) y a las acciones de lxs hermanos y hermanas que nos han precedido. Sus palabras siempre confirmadas por la acción nos han regalado la indispensable constancia sin la cual cualquier proyecto se reduce, en la era de lo virtual, en inútiles, esteriles palabras al viento. Necesitábamos una brújula para orientarnos, una herramienta para reconocer y quitar la máscara a aquellxs que de la anarquia han hecho un gimnasio para habladorxs, un filtro para distinguir las palabras vacías de aquellas portadoras de realidad. Hemos encontrado en esta “nueva anarquía”, en sus reivindicaciones y en las consecuentes campañas revolucionarias, una perspectiva de ataque real que aumenta nuestras potencialidades destructivas, salvaguarda nuestra autonomia de individuxs rebeldes y anarquistas y nos da la posibilidad de colaborar, de golpear juntxs, sin conocernos directamente. Ningún tipo de coordinación puede ser incluida en nuestra proyectualidad. La “coordinación” necesariamente presupone el conocerse, el organizarse entre las hermanas y hermanos de los diferentes núcleos. Dicha coordinación mataría la autonomía de cada grupo e individuo/a. El grupo más “eficiente”, más preparado, más valiente, más carismático, inevitáblemente, llevaría la delantera reproduciendo los mismos mecanismos nocivos de la asamblea, a la larga se representarian lxs líderes, lxs ideólogxs, lxs líderes carismáticxs, se iría hacia la organización: la muerte misma de la libertad. Alguien podría contestar que incluso en un grupo de afinidad, en un núcleo de FAI podría estar al acecho un/a líder carismático, un/a “jefx”. En nuestro caso, sin embargo, el daño sería limitado porque entre los núcleos no hay un conocimiento directo. La gangrena no se podría extender. Nuetro ser anti-organización nos preserva de este riesgo. Por esta razón debemos confiar en las “campañas revolucionarias” que excluyen conocerse entre los grupos e individuxs matando así cualquier atisbo de organización. Nunca se debe confundir las campañas con la coordinación, esta es la informalidad, esta es la esencia, creo yo, de nuestra proyectualidad operativa. Que quede claro que cuando hablo de grupo de afinidad o grupo de acción puedo referirme a un/a solx individux o a un grupo de afinidad numeroso. No hay que hacer una cuestión de números.
Es evidente que la singular acción viene planificada entre los varios componentes del grupo, en ese caso no se puede hablar de coordinación, nunca tal planificación debe extenderse a los otros grupos de FAI-FRI. Fuera del propio grupo se debe “limitarse” a comunicar unicamente a través de las “campañas revolucionarias” y las consecuentes acciones. Nuestro conocimiento de la FAI-FRI debe quedarse siempre parcial, limitado a nuestrxs afines. De la FAI-FRI necesitamos saber solamente las zampadas, los rasguños, las heridas hechas al poder. Sería mortal crear algo monolítico o estructurado, cada unx de nosotrxs debe evitar malentendidos o fascinaciones hegemónicas. La organización limitaría enormemente nuestra perspectiva, revirtiendo el proceso desde el cualitativo al cuantitativo. En la acción de unx la voluntad de otrx se fortalece dando inspiración. Las campañas se expanden como una mancha de tinta. Miles de cabezas contra el poder enfurian, imposible cortarlas todas. Son estas acciones acompañadas por las palabras (reívindicaciones) que nos permite un golpe seguro de excluir a lxs teóricxs purxs amantes de la palabra, dándonos la posibilidad de relacionarnos únicamente con quien vive en el mundo real, ensuciándose las manos, arriesgando en su propia piel. Esas palabras son las únicas que importan de verdad, las únicas que nos permiten crecer, evolucionar. Las campañas revolucionarias son la herramienta más eficaz para incidir, hacer el mal donde más duele. Dándonos la posibilidad de difundirnos en el mundo como un virus portador de la revuelta y la anarquía.
CCF: Para conocernos di algo sobre tu situación actual.
Alfredo: Hay poco que decir. Fuimos arrestados por las heridas en las piernas a Adinolfi, administrador delegado de Ansaldo Nucleare. Por la inexperiencia hemos cometido errores que nos han costado la detención: no hemos cubierto la matrícula de la moto que utilizamos para la acción, la hemos aparcado demasiado cerca del lugar del ataque y, sobre todo, no nos dimos CUENTA de una telecámara en un bar, grave error que hoy estamos pagando. Hemos reívindicado nuestra acción como «Núcleo Olga FAI-FRI». Yo he sido condenado a 10 años y 8 meses, Nicola a 9 años y cuatro meses. En los próximos meses tendremos un juicio más por asociación subversiva. Esta es más o menos nuestra actual situación procesal.
CCF: Lxs presxs anarquistas y la prisión. ¿Cómo son vuestras condiciones en las secciones especiales, cómo se comportan los carceleros y cómo son vuestras relaciones con los otros prisioneros?
Alfredo: En Italia, a través de los circuitos de la alta seguridad, que implican muchas restricciones, el Estado democrático nos quiere aislar, relegándonos en secciones completamente separadas del contexto general de la prisión. Es imposible cualquier contacto con lxs otrxs encarceladxs, no tenemos la posibilidad de salir al patio abierto, sólo dos horas en un pequeño patio de cemento. La censura para mí y Nicola siempre ha sido renovada, así que con retrasos y dificultades recibimos el correo y los periódicos, las cosas particularmente interesantes para nosotrxs nos vienen secuestradas tanto en entrada como en salida. En este momento estamos encerradxs en una AS2, alta vigilancia específica para lxs prisionerxs anarquistas. La “relacion” entre nosotrxs y lxs carcelerxs es de indiferencia mutua y natural hostilidad. Qué más decir, desde mi punto de vista las protestas “civiles” dentro y fuera de la prisión son inútiles, la “vivisibilidad” dentro es simplemente una cuestión de relaciones de fuerza. De la cárcel se necesita salir, toca a quien está dentro hacerse capaz…
CCF: La anarquía para nosotrxs no es un partido, no tiene comisiones centrales sino una corriente de acciones, de conceptos, de valores. ¿Cuáles son las tensiones del movimiento anarquista en Italia ahora, cuáles son sus características, sus contradicciones, sus actividades?
Alfredo: Esta es una pregunta importante que necesita una respuesta articulada. Frecuento el movimiento anarquista desde finales de los años 80 del siglo pasado. En los últimos 20 años, muchas cosas han cambiado, muchas relaciones entre compañeros/as se han roto, muchas dinámicas también negativas se han puesto en marcha, dando a veces pésimos frutos y acentuando actitudes liderísticas y políticas, peró también perspectivas nuevas, una nueva generación fuera de las asambleas, fuera de los mecanismos de la política ha hecho oír su voz. Para responder a vuestra pregunta sobre la situación del movimiento anarquista italiano hoy tengo que dar un paso atrás. A menudo se piensa que el insurreccionalismo es un todo formado por conceptos y teorías fijas en el tiempo, en su rigidez “ideológica”. Una ideología con incluso (algo aberrante) su lider máximo y sus dogmas. Nada es inmutable en el tiempo. Las mujeres y los hombres a través de sus acciónes forjan las ideas. No son esxs tres o cuatro compañeros/as conocidxs, con sus libros y artículos, a mostrar el camino ni mucho menos, las largas y no concluyentes asambleas, sino aquellos/as compañeros/as desconocidxs que con su práctica de ataque nos empujan hacia adelante, llevándonos hacia la vida. Fue propio a través de esta práctica que a finales de los años 90 los grupos que nos han precedido – Cooperativa Artesana Fuego y Afines (ocasionalmente espectacular), Brigada 20 de julio, Células contra el capital, la prisión, sus carceleros y sus celdas, Solidaridad Internacional – metieron en discusión dos dogmas consolidados del asi llamado “insurreccionalismo”, el anonimato de las acciones y el predominio de la asamblea transformada en un órgano decisional. Dos puntos fijos que estaban arrastrando inexorablemente hacia una inercia letal. Dando continuidad y voz a la propia práctica a través de las reivindicaciones, saliendo de las cadenas asamblearias y no poniéndose más límites de comprensibilidad en el confronto de la “gente” y del resto del “movimiento” la anarquía vuelve a dar miedo. A fuerza de bombas y reivindicaciones estos grupos deshacen el dogma del anonimato de la acción, haciendo brecha en el silencio que nos había envuelto después de la hola represiva del proceso Marini, ostaculizando seriamente aquellas dinámicas que nos estaban arrastrando hacia un ciudadanismo que amenazaba con cancelar toda instancia violenta. Después de la aparición de estos grupos el término insurreccionalista para muchxs anarquistas tomó una connotación negativa, sobre todo cuando lxs periodistas comenzaron a utilizarlo como sinónimo de “terrorismo”. En ese momento, muchxs dieron un paso atrás argumentando que ciertos ataques “espectaculares” y las relativas reivindicaciones alejaban a la gente. Para comprender las divisiones en el interior del anarquismo de acción, hoy, en Italia, es necesario, volver a los albores de la lucha en Val Susa contra la alta velocidad. En el 1998, después de las trágicas muertes de Baleno y Sole fueron muchas las apelaciones a la legitimidad democrática, a una justicia «justa», a un juicio equo, no sólo por eminentes representantes del “radicalismo” democrático, sino también por parte del movimiento anarquista.
Una gran parte de lxs anarquistas se empeñó en una cruzada inocentista en los límites de la denigración. Sole y Baleno fueron representadxs como dos víctimas inocentes, dos pobres ingenuxs atrapadxs en una historia más grande que ellxs mismxs. Después de la llegada de una docena de paquetes bomba dirigidxs a algunos de lxs responsables de las muertes de lxs compañerxs (acciones nunca reivindicadas) el movimiento anarquista casi al completo, por temor a futuras olas represivas, se distanció de tales prácticas, considerandolas en el mejor de los casos no “dignas” de anarquistas, en el peor de los casos como verdaderas y claras provocaciones policiales. Poquísimas las excepciones, que naturalmente atrajeron las atenciones de la judicatura en los años por venir. Desde entonces, la gran mayoría de lxs asi llamadxs “insurreccionalistas” fue abrumada de una desenfrenada cuanto suicida gana de consenso, llevando a cabo una carrera imparable hacia la sociedad civil. Persiguiendo la quimera de la lucha social/popular, donde quiera que se presentase, rebotando como peonzas locas desde los CIE a Val Susa, a la okupación de casas, a la lucha de lxs detenidxs, aguando cada vez más las propias proyectualidades para parecer creíbles, fiables, realistas, acercándose cada vez más peligrosamente al ciudadanismo.
Una pequeña parte de ellxs, años más tarde, dándose cuenta del feo resultado gradualista y político de las luchas sociales que estaban tomando, se encerró en la clásica torre de marfil pontificando contra todo y todxs, sumergida hasta el cuello en un desesperado vacio práctico. Otrxs, en vez de eso, experimentaron sin ningún límite todo su potencial vital, sin preocuparse de lxs sumxs teóricxs o de los grandes sistemas. Lxs más “lúcidxs” aspirantes a lo social por lo menos al principio trataron de replicar en Val Susa la experiencia de los ’80 contra la INSTALACIÓN de misiles en Comiso. Experiencia todavía pregonada como ejemplo concreto de metodología de intervención insurreccionalista en el territorio. En Comiso la proyectualidad habia efectivamente tenido, aunque criticable por su contenido político-instrumental, una perspectiva insurreccional. La lucha intermedia, la expulsión de lxs estadounidensxs y de sus misiles, debia hacer de chispa para una insurreccion generalizada en el corazón de Sicilia, como en la clásica tradición de la Banda de Matese. Ligas populares de ficción formadas por sólo compañeros/as, discursos populistas a la gente para asustarla y empujarla a la revuelta, absurdos discursos a la población sobre posibles violaciones por parte de los soldados estadounidenses trataron de hacer palanca sobre el machismo italiota, haciendo de este intervento un fenómeno todo político, criticable desde mi punto de vista, pero aún así, hay que admitirlo, en una óptica insurreccional.
En Val Susa las cosas fueron de manera diferente, desde el principio el objetivo insurreccional fue rápidamente reemplazado por la simple lucha al TAV. La lucha intermedia se hizo principal, desde lo cualitativo se paso a lo cuantitativo, a contar a lxs manifestantes en las barricadas, a luchar al lado de lxs Alpinos (militares), bomberos, alcaldes, partidos políticos, perdiendo de vista el objetivo final: la destrucción de lo existente. La perspectiva insurrecciónal se había transformado en un más modesto, político, mejoramiento de lo existente. Una vez mas el “realismo” había borrado el potencial vital del anarquismo. Personalmente no critico a priori, de forma “ideológica” las así dichas luchas intermedias, aquello que crítico es el método con el cual se interviene, el ponerse como referente dando límites a la propia acción, inevitablemente se corre el riesgo de hacerse vanguardia. No haces más aquello que piensas que es correcto sino aquello que podría conducir a la gente a tu lado, haces política. Desde el momento en que te autoimpones límites por temor a no ser comprendido, eres de hecho ya un sujeto político, entonces te conviertes en parte del problema, uno de los muchos tipos de cáncer que infecta nuestra existencia. No se necesita nunca moderar las propias palabras y acciones para que puedan ser digeridas por el pueblo, por la gente, de lo contrario se corre el riesgo de ser transformadxs, por el objetivo “intermedio” que se quiere alcanzar.
Leyendo hoy las viejas reivindicaciones de los grupos que después del 2000 darán vida a la FAI me he dado cuenta de que con sus acciones han intervenido a menudo en las luchas intermedias, tratando de alcanzar objetivos parciales: abolición del FIES, de los CIES, etc. Nunca mirando a un consenso generalizado, a un crecimiento cuantitativo. Siempre mirando a un crecimiento cualitativo de la acción, mayor destrucción, mayor reproducibilidad. La calidad de la vida de un/a anarquista es directamente proporcional al daño real que aporta al sistema mortal que lo oprime. Menos compromisos acepta, más fuertes, cristalinos se vuelven sus sentimientos, sus pasiones, más lucido su odio, siempre afilado como una navaja de afeitar. Por desgracia la gran mayoría de lxs anarquistas actúa en base al CÓDIGO PENAL, muchas acciones no son puestas en práctica, simplemente porque se tiene miedo de las consecuencias. Deberiamos tomar conciencia que el peor destino para un/a anarquista no es la muerte o la cárcel, sino el ceder ante el miedo, a la resignación. Las acciones y los escritos de la internacional negra hacen que sea evidente para cualquiera el rechazo total de esta resignación, la fuerte vitalidad, la energía de un movimiento que hace de la calidad de la vida, del sentido de comunidad y solidaridad, de la lucha permanente, el centro de su propia existencia. La muerte, la cárcel, ya han hecho su aparición en este camino, pero no nos han derrotado. Nuestra fuerza es la plena conciencia de aquello que somos, total conciencia de que una vez derrotado el miedo, una vida llena, digna de ser vivida, se abre delante, dure cuanto dure, es la intensidad lo que cuenta.
Volviendo a vuestra pregunta inicial sobre las tensiones, las características y las contradicciones del movimiento anarquista hoy en Italia, tengo que decir que es todavía muy fuerte el debate sobre el uso o no de siglas y reivindicaciones. También en este caso, yo no haría un discurso “ideológico”, no tengo nada en contra de las acciones no reivindicadas, simplemente desde mi punto de vista tienden a desaparecer, no abren discursos, tienen un potencial de replicación mínimo. Por esto he hecho mia la metodología de la FAI-FRI.
Lxs “insurreccionalistas” aquí hacen al contrario un discurso “ideológico”. Quien reivindica con una sigla es un/a enemigx a vilipendiar. Quién lxs conoce sabe muy bien el por qué de tal intransigencia, el comunicar a través de las reivindicaciones pone claramente en peligro su “poder”, su hegemonía teórica. Las acciones reivindicadas ponen al desnudo su nada práctico. A las espaldas el fracaso de una proyectualidad insurreccionalista que no consigue adaptarse a la realidad, delante doctos discursos o poco más. Como reacción a una realidad que les aplasta subyace el pánico, la rabia y el odio por todo lo que se mueve fuera de sus esquemas rígidos, fracasados. El componente principal del anarquismo de acción aquí en Italia, se compone de aquellxs insurreccionalistas que han abrazado con indudable entusiasmo y sacrificio la tendencia social. A veces se “ensucian” las manos con la acción, pero siempre con la mirada puesta en la sociedad civil, siempre midiendo, con atencion, toda política, sus propios pasos. Partiendo de una proyectualidad insurreccionalista “clásica”, han llegado hoy al “ciudadanismo” revolucionario, milagros de realismo político.
Algunos años más y resultará difícil distinguirlxs de lxs militantes de la Federación Anarquista Italiana, con lxs cuales cada vez más a menudo se acompañan en manifestaciones, desfiles y concentraciones. A menudo cantando a improbables Repúblicas libres, dan dos pasos adelante, dos atrás, quedándose de hecho sólo como figuras presenciales, pero siempre en buena, simpática compañía.
El tercero en discordia, la asi llamada “variable loca” del anarquismo de acción en Italia, la FAI Informal y todavía antes todos esos grupos que la han generado: Células metropolitanas, Revuelta anónima terrible, Núcleo revolucionario Fantazzini, Células contra el capital, la cárcel y sus carceleros y sus céldas, Solidaridad Internacional, Hermanas en armas, Núcleo Mauricio Morales, Brigada 20 de julio, Células armadas por la solidaridad internacional, Revuelta animal, Célula revolucionaria Lambros Fountas, Célula Damiano Bolano, Individualidades subversivas anticivilización, Conspiración Fuego negro y Nicola y yo del Núcleo Olga. Un centenar y más de acciones repartidas en un arco de 20 años. En aquellos años he asistído como espectador al pánico de lxs anarquistas de toda “corriente”. Quién aterrorizado por la represión y de la semejanza del acrónimo a su federación. Quién impresionado (y así lo era yo) porque no entendía lo que estaba pasando, lo que se estaba cocinando. Como reacción llovieron las acusaciones más infames: servicios secretos, autoritarismo. Los más zorros ignoraron el fenómeno esperando en una veloz salida, pero cuando el virus de la FAI-FRI, gracias a vosotros CCF, se difunde por medio mundo, cayeron y continuan cayendo ríos de palabras por parte de “anónimos” censores de la ortodoxia: “Archipiélago”, “Carta a la galaxia anarquista”, ríos de palabras nunca seguidos de hechos, por lo menos aquí en Italia.
CCF: En tus escritos cuando hablas de poder, ¿te refieres únicamente al poder del Estado o tambien al poder difundido en la sociedad y en sus estructuras?
Alfredo: Cuando hablo de poder me refiero a todos sus aspectos, aquellos más evidentes y aquellos más subdolos, más ocultos. El poder se infiltra por todas partes en las relaciones entre compañeros/as, en nuestros amores, en las relaciones afectivas y de amistad. Por este motivo creo primario búscar un nuevo modo de proyectar, de vivir las propias pasiones, de interactuar entre nosotrxs, para aumentar la calidad de nuestra accion, de nuestra vida, de nuestro ser en primer lugar rebeldes. Continúo pensando que la sociedad existe sólo bajo el signo de dominantes y dominadxs. Aún mejor entre dominantes y aquellxs que se dejan dominar. Hay seguramente responsabilidades repartidas, estos dos sujetos sociales contribuyen a la limitación de mi libertad, de mi felicidad. El/la ciudadanx democráticx como un/a buen/a siervx teme y respeta al poder, mendiga su atención, consolida las cadenas que nos atan las muñecas. Esto no significa que las responsabilidades no sean las mismas, hay una graduación. Entre un hombre y una mujer de poder, un/a ricx, un/a gerente, un/a empresarix, un/a políticx, un/a científicx, un/a tecnócrata y un/a “simple” ciudadanx, empleadx, obrerx, que respalda con su propia vida tranquila, con su propio consentimiento, con su propio voto, el status quo, yo golpeo sin dudarlo a lxs primerxs. Esto no quita para nada el desprecio que siento hacia la “servidumbre voluntaria” de lxs resignadxs, si el/la “buen/a” ciudadanx se interpusiese entre yo y la libertad no dudaría en actuar en consecuencia. Por aquel poco de experiencia que tengo puedo decir que la gente, el pueblo, lxs excluidxs, lxs oprimidxs, son mucho mejores que aquello que nuestras gafas ”ideológicas” nos hacen ver. No lucho por lxs resignadxs sino por mi misma libertad, por mi propia felicidad. Único referente posible mi “comunidad”. Mi concepto de “comunidad” es la antítesis respecto al concepto abarcador, autoritario, abstracto de “sociedad”. Mi ser participe de una “comunidad” nihilista, anarquista, anticivilización, totalmente diferente, en lucha permanente contra lo existente, me obliga a declarar cada día la guerra a la “sociedad”. No quiero recoger consensos, sino fortalecer a través de la acción violenta las relaciones de solidaridad verdadera con mis hermanos y hermanas.
La Internacional Negra es mi “comunidad” extendida por todo el mundo, compañerxs de viaje que comparten mi necesidad de atacar sin vacilar, sin conocerse, en las diferencias somos una cosa sola, un puño cerrado, un puñetazo en el estómago de la “sociedad”: “combinar el hielo de la estrategia con el fuego de la acción aquí y ahora, la intensidad con la duración, con el directo fin de destruir el aparato social por la liberación de nuestras vidas” (CCF – Convirtámonos en peligrosos). En la lucha nuevas ideas han florecido como semillas en el viento transportadas lejos a través del fuego de la acción, intuiciones, han nacido estrategias impensables antes. En una sociedad moderna, cuyos términos como sociedad y poder señalan su sinonimia, siento la necesidad de nuevos significados, de nuevas palabras para expresar mi continuada “nueva anarquía”. Utilizar palabras nuevas, porque las viejas me estan restringidas. Nuevos significados para una proyectualidad totalmente distinta. Las mismas palabras en latitudes diferentes pueden representar conceptos muy diferentes. La asi llamada “organización informal”, al menos como ha sido teorizada al final de los últimos años ’70 y principio de los ’80 en Italia está bien lejos de la informalidad de la FAI-FRI. Según lxs insurreccionalistas italianxs la organización informal debia fundarse principalmente sobre el instrumento asambleario y sobre la creación de comités de base y ligas autogestionadas. Donde lxs anarquistas como una verdadera y propia minoría real, después de haber contribuido a su creación a través de redes, contactos, afinidad tendrían que buscar el orientar el “movimiento real” hacia salidas insurreccionales. El campo de batalla de esta estrategia insurreccionalista: la “lucha intermedia”. Los ejemplos “concretos” que vienen hechos son siempre los mismos: la mencionada Comiso y la huelga salvaje de los trabajadores ferroviarios de Turín en 1978 (??).
Con un poco de vergüenza, recuerdo, fui testigo delante de los jueces en el proceso Marini, a la explicacion dada por parte de un compañero de la diferencia entre la metodología insurreccionalista y la concepcion de banda armada de Acción Revolucionaria (organización armada anarquista-comunista de los años ’70), todo esto para poner en relieve las distancias con las “lucha-armadistas” sutilezas de un cierto insurreccionalismo “noble” del cual no me siento para nada hijo. Hoy en día ciertas estrategias hacen su reaparición entre lxs anarquistas, aquí en Italia en el juicio NO-TAV con la adición del peligroso corolario de simpatías por parte de magistradxs democráticxs e intelectuales de izquierdas. Sociedad civil acogida con los brazos abiertos, para contrarrestar el temor que sigue a la represión. Nada podría estar más lejos de la concepción antisocial, anti-organizativa, nihilista, exquisitamente anarquista de la FAI-FRI. Por esto cuando hablo de la FAI (Informal) no hago referencia a la organización informal, sino a una diferente metodología de acción. Ciertas palabras están superadas, palabras como “organización” prefiero no usarlas porque no nos representan, son otra cosa ajena a nosotrxs. Cómo son otra cosa ajena a nosotros el poder y la sociedad, con todo su corolario de abominaciones y monstruosidades.
CCF: Una gran parte del movimiento anarquista tanto en la práctica como en la teoría se oponen al Estado y las instituciones, pero no hacen lo mismo contra la civilización y la tecnología. De hecho, son muchxs aquellxs que imaginan fábricas auto-organizadas y un “gobierno anarquista” de nuestras vidas. ¿Cuál es tu opinión sobre la tecnología y la civilización?
Alfredo: Todavía hoy la visión del anarquismo del 1800 cientifico, positivista, es aquel dominante. Todavía hay quienes, en el 2014, se plantea el absurdo “problema” de lo que hacer el día después de la revolución. Cómo gestionar la producción, cómo hacer frente a las inevitables carestías, como autogestionar las fábricas, cómo ajustar las futuras relaciones sociales. Si yo pongo en el centro de mi acción el contraste a la civilización y a la tecnología, el concepto de revolución tal como se entendía hace un siglo viene de hecho puesto aparte. Poner en cuestionamiento toda la civilización, presupone una destrucción total, apocalíptica, utópica, irrealizable. La revolución, con su “simple” realizable inversión de las relaciones sociales es pues poca cosa, un inútil paliativo porque creador de una nueva civilización.
Declarando la guerra a la civilización cubrimos la necesidad de vivir no fuera (cosa imposible, la civilización no se abandona nunca, nos la llevamos siempre detrás) sino en contra de ella. Creando comunidades en guerra permanente con la sociedad construimos momentos de felicidad, vivimos destellos de intensa alegría en nuestras vidas. La revolución es una herramienta insuficiente, con su político y concreto “realismo”, incluso en su variante libertaria, con sus comunas autogestionadas, con su administración-gobierno del mundo, con su inevitable creación de status-quo: rompe alas, destroza esperanzas, crear nuevas cadenas. La revuelta, con sus infinita carga de ruptura, con su falta de perspectivas, con su negación absoluta de la política: realiza esperanzas, rompe cadenas. La mujer y el hombre en revuelta destruyen cadenas sin querer construir otras, basta esto para llenar de aventura y felicidad cualquier existencia.
CCF: ¿Qué piensas de la red internacional del ALF y ELF? ¿Hay perspectivas de conexión con la FAI?
Alfredo: Para lxs compañerxs que como yo se han formado en las luchas de los años ’90 en Italia ha sido muy importante la contribución que los grupos de acción del ALF y luego del ELF con su red internacional han dado al imaginario revolucionario, anarquista y al modo de organizarse en grupos de afinidad. La total perspectiva ecologista, animalista ha cambiado la visión de muchxs anarquistas. En Italia su propensión al grupo de afinidad fue recogida por lxs insurreccionalistas con entusiasmo como ejemplo concreto de organización informal. Las primeras acciones del ALF en Italia estaban estrictamente ligadas a una visión anarquista. Con el tiempo la perspectiva anarquista ha ido aflojándose. La única objeción que siento hoy hacerles a ellxs es sobre la contrariedad que tienen a golpear a las personas. Incluso si sé que ha habido grandes debates, esta posición suya sinceramente no consigo entenderla. Entiendo y comparto más la violencia demostrada por las ITS mexicanas, su concepción anti-civilizadora, salvaje, anti-ideológica. En cuanto a las conexiones entre la FAI-FRI y el ELF y ALF están fuera de toda duda, un hecho del que sólo hay que tomar nota, basta leer las reivindicaciones del ELF-FAI-FRI ruso y del ALF-FAI mexicano.
A riesgo de ser repetitivo no puedo más que reiterar que la FAI-FRI es una metodología, un método, firmar así quiere decir invitar a otros grupos FAI-FRI esparcidos por todo el mundo a unirse a una propia campaña de lucha, aumentar la propia fuerza, hacer rebotar de una parte del mundo a otra nuestras acciones. Hacer más eficaz y destructiva la propia acción. Nada más y nada menos. Las hermanas y los hermanos del ALF y del ELF que han firmado FAI-FRI se han unido a esta metodología, sin renunciar en modo alguno a su historia. No jugamos al Risk, la FAI-FRI no es una organización que engloba siglas esparcidas por el mundo. Se participa en la FAI sólo en el momento en que se actúa y golpea reivindicando la FAI, después cada unx vuelve a sus propios proyectos, a la propia perspectiva individual, dentro de una internacional negra comprendida de una multitud de prácticas todas agresivas y violentas. Me he convencído después (tal vez me equivoque) de que lxs hermanos y hermanas del ALF y ELF que han firmado FAI, lo hicieron para remarcar su ser anarquistas, su decisión de adhesión a la proyectualidad anarquista, a la que yo llamo la “Nueva Anarquía”, para tomar las distancias de aquel ecologismo que basa todo sobre la empatía, sobre la piedad.
CCF: Ahora la FAI es una red internacional de anarquistas de acción, con docenas de células en muchos países de todo el mundo. El comienzo de esta aventura fue en 2003 en Italia, con una carta abierta de la FAI al movimiento antiautoritario. Si quieres, dínos brevemente cómo ves la evolución de la FAI y cuáles son ahora sus puntos de referencia.
Alfredo: Cuando en el lejano 2003, leí “Carta abierta al movimiento anarquista y antiautoritario”, firmado por la Cooperativa artesana del fuego y afines (ocasionalmente espectacular), Brigada 20 de julio, Células contra el capital, la cárcel, y sus carceleros y sus celdas, Solidaridad internacional, me quedé muy impresionado. Muchxs leyeron este escrito únicamente como una divertida provocación al viejo dogmático anarquismo de la Federación Anarquista Italiana. Incluso hoy en día, compañerxs dignxs como Gustavo Rodríguez sostienen esta tésis en sus escritos, mal informadxs por anarquistas italianxs que nada saben y que mucho han hecho desde el principio para obstaculizar esta nueva tendencia de la anarquía. Abro un breve paréntesis, los escritos de Rodríguez que resguardan la Internacional Negra son en mi opinión impresionantes, algunos puntos por el profundizados nos abren nuevas perspectivas. Dicho esto, yo, desde el principio tomé muy en serio la elección del acrónimo FAI, no viéndolo únicamente un ataque a la vieja federación formal, sino una proyectualidad nueva. Aunque siendo en la época lejana de esa perspectiva empecé entonces aquel lento proceso que me llevó en el 2012 a actuar como Núcleo Olga de la FAI-FRI. Releyendo hoy “Carta abierta al movimiento anarquista y antiautoritario” me doy cuenta de lo mucho que se ha hecho, de cuánto ha evolucionado este concepto de la anarquía, y de cuánto continúa evolucionando:
“FEDERACIÓN porque amamos la sensación de ramificación esparcida y horizontal: Federación de grupos o individuxs, hombres y mujeres, libres e iguales acomunadxs por las prácticas de ataque al dominio, conscientes del valor de la ayuda mutua y de la solidaridad revolucionaria como herramientas de liberación. Entendemos la federación como RELACIONES ESTABLES en el tiempo, pero al mismo tiempo fluidas, en constante evolución, gracias al aparato de ideas y prácticas de los nuevos grupos o individuxs que decidirán formar parte. Pensamos en una organización no democrática: sin asambleas plenarias, representantes, delegadxs o comités, sin todos esos órganos que favorecen la aparición de líderes, el emerger de figuras carismáticas, que producto de la práctica misma (reivindicación de las acciones) y de la difusión de las teorías tramite las herramientas informativas del movimiento, en sintesis en la eliminación de la asamblea reemplazada por el debate horizontal, anónimo entre grupos/individuxs que se comunican a través de la práctica misma. La federación es nuestra fuerza, la fuerza de los grupos/individuxs que se ayudan en la acción a través de un pacto de apoyo mutuo bien definido. ANARQUISTA porque queremos la destrucción del Estado y del Capital para vivir en un mundo donde “dominen” la libertad y la autogestión, donde sea posible cualquier tipo de experimentación social que no comporte la explotación del/de la hombre/mujer por el/la hombre/mujer y del/de la hombre/mujer sobre la naturaleza. Radicalmente contrarixs a cualquier tipo de cáncer marxista, sirena encantadora que incita a la liberación de lxs oprimidxs pero en realidad máquina encantadora que aplasta la posibilidad de una sociedad liberada para reemplazar un dominación con otra. INFORMAL no teniendo ningún tipo de concepción de vanguardia y no sintiéndonos incluso parte de una iluminada minoría ilustrada, sino simplemente queriendo vivir ahora y enseguida nuestro anarquismo, hemos considerado la organización informal, o sea la informalidad, la única herramienta organizativa que no podría garantizar mecanismos autoritarios y burocratizantes, manteniendo nuestra independencia como grupos/individuxs, y garantizándonos un cierto margen de resistencia y continuidad en el enfrentamiento del poder. La Federación Anarquista Informal, aun poniendo en práctica la lucha armada rechaza el concepto que se basa sobre monolíticas organizaciones, estructuradas de forma “clásica”: bases regulares-irregulares, clandestinidad, columnas, cuadros dirigentes, enormes necesidades de dinero. Estructuras en nuestra opinión fácilmente atacables por el poder: es suficiente el clásico infiltrado o informante para hacer caer como un castillo de cartas toda la organización o una gran parte de esta. Diferentemente en una organización informal formada por 1000 individuxs o grupos que no se conocen entre sí (más que nada se reconocen a través de las acciones realizadas y el pacto de ayuda mutua que lxs une) desafortunadxs casos de infiltración o denuncia quedan relegadxs al singular grupo, sin expandirse. Además, quien forma parte de la Federación Anarquista Informal es militante a todos los efectos sólo en el momento concreto de la acción y de su preparación, no invierte toda la vida y proyectualidad de lxs compañerxs, esto permite poner definitívamente en el ático cualquier especialismo lucha-armadista. Una vez radicados el poder encontrará enormes difícultades para destruirnos. (De la reivindicación del atentado a Prodi, en aquella época presidente de la Comisión Europea -21 de diciembre 2003-tomado de El dedo y la luna -p.14-15).
La fuerza vital de la FAI-FRI es su constante renovación, su estimulante evolución. Hoy la necesidad de superación de viejos conceptos como “organización”, “sociedad liberada”, “revolución” se hace más urgente que nunca. Otros conceptos como “federalismo”, “informalidad”, “ayuda mutua”, “debate horizontal-anónimo entre grupos/individuxs a través de la práctica”, “rechazo de las asambleas plenarias” mantienen su plena fuerza quedando los pilares sobre los que fundar nuestra proyectualidad. Lxs anarquistas de acción de la FAI desde aquel 2003 han dado nuevas perspectivas, han desarrollado nuevas conexiones. Haciendo caso omiso de los delirios vacios de lxs teóricxs purxs de la insurrección, contra cualquier ”realismo” político han actuado de modo que conceptos como el nihilismo, la lucha antisocial han hecho su reaparición más vital que nunca. El cerebro de la FAI-FRI es este contínuo y caótico debatir de mujeres y hombres a través de la acción. Palabras y perspectivas nuevas vendrán para describir caminos nuevos que hoy ni siquiera imaginamos, palabras que a su vez serán superadas por conceptos aún más eficaces y perturbadores porque son probados en la acción.
Una experimentación continua de revuelta, nada de establecido, nada de inmutable en el tiempo, el único punto fijo el insaciable deseo de libertad y la continua tensión a la anarquía. Nicola y yo con la acción contra Adinolfi (aunque con retraso) hemos adherido a esta proyectualidad, dando nuestra contribución anticivilización y antitecnológica a la FAI-FRI Interesantes contribuciones sobre la misma línea de la FAI (Informal) inglesa y de aquella mexicana y chilena. Tener también en cuenta que las noticias que recibimos en la cárcel son pocas y censuradas, así que el conocimiento de lo que sucede fuera de aquí es muy limitado. Fue la evolución emprendida por vosotrxs, CCF, a la internacionalización de la FAI a imprimir aquella aceleración que ha hecho nacer en paralelo el concepto de “Internacional Negra”. El punto de referencia de la metodología FAI-FRI no puede ser otra cosa que ésta “Internacional”, con todo su universo de acciones reivindicadas o no, de disturbios, barricadas y asaltos violentos. La “nueva” perspectiva nihilista con todo su potencial antiorganización es el mayor fruto de este diálogo a través de las acciones. Un rol importante, vital, tienen después aquellxs que a través de la acción, y no de las palabrerias, critican nuestra metodología poniendo en enfasis el riesgo que siempre corremos, que todo se reduzca a una sigla. Para evitar este riesgo, debemos desarrollar de mayor forma las “campañas revolucionarias”, que demasiado a menudo se quedan sin escuchar por los demás grupos de FAI-FRI, pero otras veces (espero que más a menudo) nos sorprenden, como la operación “Fénix”, iniciada en Grecia y extendida por medio mundo.
CCF: El anarco-nihilismo es quizás la tendencia más difamada de la anarquía, tanto por lxs anarquistas “oficiales” como por la propaganda estatal. ¿Cuál es tu posición sobre el anarco-nihilismo y sobre las críticas que recibe?
Alfredo: Por nihilismo yo entiendo la voluntad de vivir en seguida, ahora, la propia anarquía, dejando a un lado la espera por una futura revolución. Vivir la anarquía quiere decir luchar, armarse, entrar en conflicto con el existente sin esperar. Sólo en este conflicto se puede saborear la plena felicidad con sus siempre presentes relaciones, complicidades, amores, amistades, odios. No existe otro modo para mí de vivir con satisfacción y plenitud el presente, la vida. En este nihilismo se realiza mi anarquía, real, concreta, hoy, ahora mismo. El/la nihilista destruye, no construye nada, porque nada quiere construir. Una revolución inevitablemente crearía otras cadenas, una nueva autoridad, una nueva tecnología, una nueva civilización. La anticivilización sólo puede ser nihilista porque es en la destrucción de la sociedad que esta nueva anarquía se realiza. Destruir no porque la voluntad de destrucción es también voluntad creadora, sino porque nada queremos costruir más. Destruir porque no hay futuro en la civilización. No me sorprende en absoluto que el nihilismo sea la “tendencia” anarquista más denostada por lxs propixs anarquistas. En su despiadada concreción nos quita el final feliz de la fábula de hadas de las buenas noches (la futura revolución) obligándonos a la acción, aquí y ahora, dando miedo a aquellxs que, acobardadxs, están siempre dispuestxs a posponer la pelea. Mi nihilismo va de la mano con la vida, con la acción, rechaza el superhombre, nada que ver con el individualismo charlatán del siglo pasado o de la actualidad. Mucho en común con la anarquia individualista y antiorganizadora de los hombres como Novatore, Di Giovanni, Galleani.
CCF: Como anarquista nihilista ¿aceptas la idea de que “la sociedad de masas hará su revolución cuando las condiciones maduren”?
Alfredo: Como anarquista nihilista estoy claramente en contra de cualquier visión determinista del anarquismo, contra cualquier anarquismo “científico”. No pienso que la historia nos lleve de la mano hacia la anarquía, al contrario pienso que nuestro destino es siempre el de ir contracorriente. La sociedad se basará siempre sobre algún tipo o forma de esclavitud. La sóla idea de que algún día realizaremos la “sociedad perfecta” me aterra, la anarquía se convertiría en un régimen. La utopía se haría distopía. Prefiero tender a la anarquía y en esta mi tensión constante realizar mi propia felicidad. Las condiciones maduran cuando la voluntad vence el miedo, las condiciones están siempre maduras para un gesto de revuelta. Tanto mejor si después la revuelta se hace comunidad a través de la complicidad con otras individualidades, en este caso nuestra fuerza se multiplica por cien y en proporción también nuestro placer crece. Sólo las mujeres y los hombres de acción pueden comprender las auténticas potencialidades de nuestra voluntad, cosas en apariencia imposibles vienen realizadas, acciones desesperadas se convierten en ejemplo fortaleciendo otras voluntades. Un/a anarquista sin coraje es un/a anarquista sin voluntad, sabe lo que es justo pero no tiene la fuerza de confirmarlo con los hechos, se queda a mirar, al máximo habla, escribe. Es el/la más desgraciado de los seres.
CCF: ¿Cuál es tu opinión sobre las estructuras anarquistas formales (por ejemplo las federaciones) las cuales mutilan su práctica y teoría en nombre de su masividad y de la aceptación social?
Alfredo: Las estructuras formales tienen una cabeza – lxs líderes– brazos –lxs militantes- y piernas -las comisiones de correspondencia-. La informalidad de la FAI-FRI tiene en el/la individux su cabeza, en los grupos de afinidad sus brazos y en la acción violenta sus piernas. No debemos pensar, sin embargo, que el grupo de afinidad sea una exclusiva de las estructuras informales, son muchos los ejemplos de organizaciones anarquistas formales que basan su acciones sobre los grupos de afinidad: la FAI española antes del 1936, las FIJL con sus grupos de acción, tras la victoria de Franco, etc. En todos estos casos, sin embargo, había una coordinación, una línea a respetar, una dirección política, la libertad individual era limitada. El rasgo distintivo de la informalidad de la FAI-FRI es la total falta de organización, dirección, coordinación. La total autonomía de cada grupo de afinidad o individux. A la organización se sustituye el diálogo a través de acciones, como motor ya no la sociedad sino la propia comunidad en lucha. La así llamada “organización” informal como ha sido teorizada en Italia prevee, quiera o no, una dirección, expertos de la informalidad que conducirán las asambleas, direccionando de forma indirecta a los grupos de afinidad.
El/la más sabix, el/la más bravx al hablar, el/la más carismáticx tiene la posibilidad de imponerse a lxs demás. La “jerarquía” que se forma a través de esta “informalidad” es la más sutil y difícil de erradicar porque es invisible. La estrategia insurrecciónal informal “clásica” prevee el relacionarse con organizaciones específicas, ligas, comités populares, ya que en su perspectiva está la revolución, el crecimiento cuantitativo. Perspectiva que falta a la FAI-FRI en su tendencia antisocial, anticivilizadora, en nosotrxs no hay política, compromiso, acomodamiento, de esta manera no corremos el riesgo de convertirnos en la clase dirigente. No soportaría ser parte de una organización porque mi libertad individual sería limitada. Luego está el discurso de la represión, mucho más fácil es desmantelar una organización que 10-100-1000 individuxs singulares y grupos de afinidad que entre ellos no se conocen, pero esto es secundario.
CCF: Hoy en Grecia algunas okupaciones anarquistas en vez de construir puntos de encuentro para nuevxs compañerxs con la intención de actuar, se presentan como una alternativa a los centros culturales. ¿Cuál es la situación en Italia y tu opinión sobre las okupaciones?
Alfredo: Nunca he tenido una gran simpatía por aquellos que en Italia son llamados centros sociales. En los años ’90 los sitios okupados por nosotrxs se definian “ni centros ni sociales”, nos presentábamos de manera lúdica, existencial, individualista, no teníamos una perspectiva social, comunicativa con el barrio que vivia alrededor de nosotrxs, mirábamos principalmente a la calidad de nuestras vidas, de nuestras relaciones, criticábamos fuertemente la “militancia”. Tal vez por esto algunxs de nosotrxs, sin importarles la comunicación, expresaban una fuerte violencia contra el sistema. Creo que la okupación, el squat, crea conflictualidad, complicidad y acciones y puede llegar a ser un lugar maravilloso para vivir la conflictualidad con el resto del mundo. También debo decir la verdad, en los últimos años los he frecuentado muy poco y mis complicidades las he buscado en otras partes.
CCF: Cada anarquista de acción se debate en el dilema entre la actividad publica o la ilegal. ¿Cuál es tu posición?
Alfredo: Estoy convencido de que las únicas acciones que inciden de verdad son aquellas ilegales. Y sólo a través del ilegalismo se puede vivir la anarquía. Esto no resta la importancia de los periódicos, libros, folletos, manifestaciones, okupaciones, pero la prioridad, la actividad insustituible, sin falta para un/a anarquista no puede ser otra que la confrontación directa con el sistema, la acción violenta. El sistema lo sabe bien, en democracia te dejarán decir lo que quieras, los verdaderos problemas vienen cuando pones en práctica lo que dices. No me encuentro de acuerdo con lxs compañerxs que dicen que cualquier práctica tiene la misma dignidad, la acción violenta tiene más que las demas. Al diablo los riesgos de la especialización, sobre todo cuando la única especialización en circulación es aquella de la pluma.
CCF: En algunos países europeos hay una tensión conocida como anonimato-político. Lxs partidarixs ideológicxs del anonimato sostienen que las “reivindicaciones y los acrónimos como la FAI crean la propiedad de la acción”. Nosotrxs CCF pensamos que nuestras acciones nos determinan a nosotrxs mismxs y la reivindicaciones no son un título de propiedad, sino un acto de guerra. ¿Qué piensas tú?
Alfredo: La falta de siglas, de reivindicaciones no basta para protegernos del riesgo de autoritarismo y de vanguardia. Lxs compañeros/as de la “Carta a la galaxia anarquista” nos acusan de tener una voluntad hegemónica, de ser una organización, una de las muchas federaciones anarquistas. Como lxs jueces/zas que nos han condenado, ven en nosotrxs una organización, un pseudopartido armado. Convencidxs de que nuestro objetivo es el reconocimiento por parte del Estado, hacen de nosotrxs una caricatura de la lucha armada. A esta “ingeniosa” y “granítica” convicción suya la hacen seguir otras más propositivas y optimistas: la convicción de que como por arte de magia es suficiente no reivindicar para hacer de una acción reproducible, patrimonio de “todxs”; que no dándose un nombre y una sigla automáticamente se salga de una perspectiva política; que quien comunica a través de las herramientas que el “movimiento” se ha dado – asambleas, conferencias, diarios, revistas, páginas web – no incurren en mecanismos liderísticos autoritarios y en especialismos de cualquier forma – y la guinda del pastel – que no reivindicando en los tribunales tengan dificultades para reprimirnos. Digamos que estos puntos fijos son la columna vertebral del insurreccionalismo social “clásico”, como se ha difundido en Italia, Francia, Bélgica… con sus altibajos, éxitos y fracasos. Vamos a dejar todas las tontas acusaciones que esta “corriente” del anarquismo informal, en su componente italiana dirigió a la FAI-FRI (?) Acusación a la práctica de los paquetes bomba considerados abyectos (??); acusaciones de querer la hegemonía del movimiento y de ocultar las acciones anónimas (??), la acusación de ser una organización, un partido (??) y, para terminar, la acusación de ser una vanguardia. La misma mierda que la FAI formal nos mete desde hace 12 años a esta parte. Insultos que no facilitan ciertamente una discusión equilibrada y que no me sorprenden mucho, dados los precedentes. Lxs mismxs compañeros/as sostenian hace algunos años que lxs que ponen en práctica el secuestro de una persona no eran dignxs de ser llamadxs anarquistas (??), para luego enojarse si anarquistas en un exceso de pánico con sus “puntos sobre la íes…” toman las distancias de nuestro (mío y de Nicola) disparo en Génova.
Me resulta difícil relacionarme con estxs compañeros/as, no tanto por los insultos, sino porque tales declaraciones de intenciones aquí en Italia, hago hincapié, aquí en Italia, están acompañadas por más de 15 años de muchisima teoría y muy poca práctica, por no hablar de la nulidad absoluta y sería hipócrita por parte de ellxs fingir que no es así. En Bélgica, donde esta visión de la informalidad mueve concretamente sus pasos, los hechos son claros e incluso, por desgracia, las respuestas represivas por parte del poder. Por cuanto puedan decir lxs defensorxs del anonimato ninguna teoría nos puede dar la certeza de la impunidad, sobre todo cuando la acción simbólica se vuelve destructiva. No va ciertamente el rechazo de un acrónimo, el anonimato de una acción a hacernos inmunes a la represión y a veces ni siquiera es suficiente la así llamada “inocencia”. Y luego, digo la verdad, aquellxs que actúan con el código penal en la mano me han siempre dado un cierto disgusto. Mi enfoque a la acción reivindicada o no es pragmático, no la hago una cuestión ideológica de principios, sino de eficiencia y concreción. Lo mismo, en determinados casos, podría llevarme a no reivindicar, la FAI-FRI es una herramienta muy eficaz desde mi punto de vista, sólo una herramienta, una de las herramientas que mi comunidad, la Internacional Negra, adopta en su guerra contra la sociedad, contra la civilización. Dicho esto, he adoptado el método de la FAI-FRI, ya que contrario a cualquier organización, para evitar ser sumiso a ningún tipo de liderazgo, para saltar, con la comunicación a través de las reivindicaciones, todos los mecanismos en riesgo de autoritarismo como asambleas, ligas, núcleos de base, comités, movimientos, para preservar mi anonimato y sobre todo para fortalecer mi potencial destructivo a través de las campañas revolucionarias, sin limitar mi libertad individual. No conociendo directamente a lxs otrxs hermanos y hermanas de la FAI-FRI, el carisma, el saber hacer encuentran grandes impedimentos a imponerse, limitando así notablemente los riesgos para nuestra libertad. Sólo los hechos hablan, sólo la acción hija de la voluntad cuenta. En el insurreccionalismo “clásico”, a la cara del anonimato todxs conocen a todxs, las ideas, los conceptos se desarrollan dentro de las asambleas, dando demasiado perjudicial espacio a lxs inevitables especialistas de la teoría, de la ideología. Saltando las asambleas plenarias, comunicando sólo a través de las acciones la FAI-FRI nos permite no perder un tiempo precioso discutiendo durante horas de los máximos sistemas con personas que nunca se han manchado las manos con la acción y que nunca se las mancharán. Permitiéndonos en último analisis cortar fuera de nuestras vidas a quien no pone en practica aquello que dice. Hoy siento la necesidad de que las energías que pongo en la acción florezcan, se reproduzcan, que construyan, rebotando de una parte a otra del mundo, nuevos caminos.
Con las reivindicaciones las acciones se hablan, se difunden, aumentan su virulencia. La práctica de la así llamada anonimicidad de la acción no me satisface del todo, por cuanto es respetable y agradable, no fortalece nuestra acción, no abre discursos, a la larga cansa, limitándonos, dispersándonos, aislándonos. Reduce enormemente la reproducibilidad del gesto que si no va acompañado de palabras se va a apagar. El anonimato de la acción en una perspectiva social tiene un sentido de camuflaje. Se quiere convencer a la gente, se busca el consenso para hacer la revolución, fingimos ser ”gente” para hacer combertir la propia acción patrimonio de “todxs”, porque no habiendo sido reivindicada “cualquiera” podría haberla hecho. En este caso, un sentido fuerte la acción reivindicada la tiene, un sentido todo politico, social un sentido que corre el peligro de hacer de nosotrxs una de las muchas vanguardias sobre la plaza. Naturalmente, esto no podrá nunca ser mi sentido, porque rechazo en su totalidad una perspectiva social en mi actuar. El anonimato de la acción en una perspectiva antisocial encuentra su sentido en el placer lúdico que se prueba al hacer sangrar a aquello que nos destruye, aquella inmensa satisfacción en el hacer aquello que debe ser hecho, simplemente porque es justo. No es poca cosa, esta perspectiva egoísta es una parte del arsenal antisocial de las prácticas de la Internacional Negra. Ha sido mi práctica en el pasado, podría volver a ser la mia en el futuro, pero hoy la FAI-FRI es mi perspectiva sobre el mundo. El discurso a afrontar hoy no es entre reivindicar o no las acciones, entre usar o no un acrónimo, sino entre la concepción político-social del anarquismo o la concepción nihilista antisocial de la anarquía. Una elección crucial entre el anarquismo y la anarquía, revolución o revuelta, vieja o nueva anarquía, una elección crucial e inevitable. El discurso anticivilizador no puede existir en una óptica social, tanto cuanto no puede existir un discurso antitecnológico en una óptica social. Sociedad, civilización, tecnología, no pueden ser uno sin la otra. Históricamente, sólo los partidos con su armamento autoritario y jerárquico, han hecho la revolución.
No hay nada más autoritario que una revolución, nada más anárquista que la revuelta. La revolución estructura, organiza, se hace civilización, progreso. La revuelta desestructura, no tiene futuro, vive en el presente, suspende nuestras existencias en un eterno “aquí y ahora”, no sacia nunca nuestros deseos, empuja siempre más adelante, a la continua búsqueda de lo imposible. Una tensión continua que se alimenta de la destrucción de lo existente. Cuando hablo de “Nueva Anarquía” quiero decir aquella anarquía que felizmente prescinde del concepto de revolución, de realismo, de política. El diablo en el cuerpo de Bakunin, la locura visionaria de Cafiero, la sed de justicia de Ravachol y Henry, el odio y la venganza de Di Giovanni, la impaciencia de Philippi, los poemas y el plomo de Novatore, la desesperación sangrienta de Bertoli, son parte, todos, de esta nueva “anarquía”. La Internacional Negra, mis hermanos y hermanas de la FAI-FRI son la encarnación hoy de esta “Nueva Anarquía.” Ha llegado el momento de tomar conciencia que somos otra cosa, que un abismo nos divide del viejo anarquismo. En nosotrxs no hay más espacio para las grandes ilusiones: revolución, progreso, civilización. El nuestro es un camino diferente respecto al anarquismo social, realista, racional, positivista, propositivo, creador de nuevo orden y civilización. Un camino diferente el nuestro que encuentra en la anticivilización el cierre de un círculo. Un círculo que no nos lleva a ninguna parte sino a vivir plenamente la vida. Definirnos como portadorxs de una “nueva anarquía”, por cuanto ingenuo pueda parecer, nos sirve para distinguirnos del anarquismo político y también de un cierto insurreccionalismo social que tiene gusto de ideología.
CCF: “La solidaridad entre lxs anarquistas de acción no es sólo con palabras” ¿Cuándo han afrontado vuestro juicio lxs anarquistas italianxs y cómo han expresado su solidaridad?
Alfredo: Hay dos tipos de solidaridad. Una pasiva que demasiado a menudo sólo sirve para lavarse la conciencia por la propia inactividad y que no llena las distancias entre las palabras y los hechos. Y despues una activa, concreta, real solidaridad que alguno llama revolucionaria, hecha en silencio en el anonimato, en el cual sólo las acciones destructivas hablan también a través de las palabras que las acompañan. Es inútil decir cuál de las dos solidaridades prefiero. En último análisis la mejor solidaridad que yo pueda recibir es ver que la proyectualidad de esta nueva anarquía, en todas sus formas, continua moviendo sus pasos, indiferente a los golpes represivos que recibe. No niego que cada vez que alguna acción nos recuerda como prisionerxs de guerra, sea en Italia o en el resto del mundo, mi corazón se llena de alegria.
Esta es mi vida hoy. La guerra continua, nunca rendirse, nunca doblegarse
LARGA VIDA A LA FAI-FRI
LARGA VIDA A LAS CCF
VIVA LA INTERNACIONAL NEGRA
Alfredo Cospito