Recibo en el correo electrónico y difundo el siguiente comunicado de quienes formaron parte de la organización CARI-PGG (Células Autónomas de Revolución Inmediata – Praxedis G. Guerrero), grupo que llevó a cabo numerosas acciones de carácter insurreccional y ofensivo en distintos puntos de México, por la liberación animal, humana y de la tierra.
El comunicado sería una respuesta a quienes desde que la actividad de ese grupo concluyó (al menos bajo esas siglas) se han dedicado a intentar adueñarse de esa experiencia o a intentar difamarla o demonizarla.
Fuerza a quienes se atrevieron y se atreverán…
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«No hubo ningún final, no hubo ni ha habido ningún entierro. El conflicto continuó mientras la crítica se avanzó. Una crítica voraz contra el sistema de dominación, pero ante todo, una crítica contra nosotros mismos. Reflexiones creamos y nuevas perspectivas nacieron dentro de nosotros, pero el ataque contra el poder siguió y sigue vigente»…
Estas presentes palabras no las dirigimos hacia ningún periodista, llámense del Estado o alternativos. Sí, esos periodistas que no hacen menos que vilipendiar las palabras del revolucionario para encasillarlas en “buenas causas o malas causas”, “causas justas o injustas”. Tampoco están dirigidas hacia los izquierdistas de siempre, los que desde el comienzo de esta guerra que, junto a muchxs otrxs nos ha tocado levantar, no pararon nunca de encasillarnos entre motes absurdos como “terroristas, ultraizquierdistas, aventurerxs, insus, policías, exageradxs etc.
Estas palabras y estas reflexiones son y serán siempre para lxs compas honestxs, para aquellxs quienes no se han dejado engañar ni hipnotizar por una propaganda visual llamativa; son también para aquellxs que viven en el conflicto con la autoridad día a día, un conflicto por aniquilar todo poder y dogma, incluida esa pantomima del poder popular. Pantomima que en nuestros desgraciados y turbios días ha atraído a sus redes a innumerables individuos y proyectos libertarios, haciendoles creer que poder popular y anarquía son sinónimos, cuando en realidad son conceptos y luchas antagónicas entre sí.
Estas reflexiones y estas palabras, están dirigidas hacia quienes viven el conflicto en primera persona, hacia quienes hacen que la anarquía sea mucho más que palabra escrita y para otros compas que siendo afines a la praxis de destrucción de lo existente, las quieran leer.
Esto es sólo una pequeña parte de la historia, contada por quienes la vivimos… para que otras personas no te la cuenten a su modo.
1.- ¿Qué fueron las CARI-PGG?
Células Autónomas de Revolución Inmediata – Praxedis G. Guerrero, fuimos un grupo de individualidades anárquicas que en conjunto decidimos pasar a la acción durante los últimos meses del año 2008 con algunas acciones incendiarias no reivindicadas, como ataques con molotov contra bancos y artefactos incendiarios en patrullas de policía. Fue hasta el día 8 de septiembre del año 2009 que bajo la sigla CARI-PGG atacamos con un artefacto explosivo casero una concesionaria de automóviles Renault a unas calles del Aeropuerto Internacional Benito Juárez en México DF. Esa acción, mediante un corto comunicado, fue reivindicada contra la construcción de una nueva mega comisaría de policía y una nueva prisión a manos del gobierno capitalino del entonces jefe de gobierno del DF, el perredista Marcelo Ebrard. Pero también esa acción fue la continuidad de lo de antes, pero para un nuevo tiempo que comenzaba en el accionar anárquico local. Cuando decimos “nuevo” no hacemos referencia a que nació una “nueva anarquía”, simplemente nos referimos a una nueva etapa que vino a continuar la lucha que lxs compañerxs anteriores a nosotrxs llevaron a la práctica.
Durante la semana del 1 al 21 de septiembre de aquel 2009, diversos grupos anárquicos, eco-anarquistas y de liberación animal irrumpieron en el panorama local usando la modalidad del artefacto explosivo artesanal construido con dinamita y latas de gas butano, para arremeter contra las estructuras de la dominación. Aunque cabe decir que algunos de esos grupos ya veníamos atacando desde tiempo antes, pero sin reivindicación alguna, en el anonimato o con un comunicado pequeño sin ninguna sigla -a excepción del ALF y FLT que siempre reivindicaron sus acciones-. De ese 1 de septiembre y a la fecha, los bombazos, los incendios intencionados, los ametrallamientos de policía y las expropiaciones de signo anárquico inundaron casi todos los estados de este país; desde ese momento los ataques contra el poder no han parado y no pararán, pese a que es lo que muchxs quisieran.
En diciembre del año 2009, tras varias confluencias con otros compas, deciden “formar parte” de CARI-PGG, actuando como célula coordinada, algunxs compañexrs del Frente Subversivo de Liberación Global (quienes hacia poco más que medio año venían reivindicando diversas acciones, entre ellas ataques a bancos con molotov, ataques a cabinas telefónicas de la empresa Telmex y el bombazo con gas butano y dinamita del 1 de septiembre del mismo año que marcaría una línea clara en el accionar de diversos grupos). De esta manera fue que el actuar de CARI-PGG se amplió, y el 31 de diciembre del año 2009 los núcleos de CARI-PGG detonamos dos artefactos explosivos en bancos de Metepec, Edo. De México que quedaron totalmente destruidos, y uno más en un matadero de animales en Nicolás Romero, Estado de México; esto como parte de una coordinación a nivel nacional con células anarquistas y del FLA-FLT de México DF, del Estado de México y de San Luis Potosí. En total, la noche del 31 de diciembre se realizaron 9 ataques, la mayoría con artefactos explosivos; esa coordinación apareció reivindicada bajo otro nombre y sin lugar a dudas fue un golpe de propaganda anarquista que el Estado mexicano tomo como una amenaza total.
CARI-PGG nació en medio de un clima de suma tensión por los diversos conflictos sociales que se habían suscitado años antes, tales como los de Oaxaca, Atenco, los constantes disturbios en las procesiones del 1 de mayo y del 2 de octubre. Pero también contribuyó a que un conflicto, el cual no se mantuvo al margen de éstas revueltas y conflictos sociales, se propagara y se expandiera llegando a ser una molestia para el mismo sistema. No fuimos los primeros, ni fuimos los únicos. Y sabíamos bien, como lo sabemos ahora, que nuestras “bombitas” en los bancos no pondrían patas arriba al Estado de un día al otro, tal cual afirmaron en tono de burla nuestros detractores, es decir, los arrepentidos, los detractores de una insurrección por la cual en su juventud alocada “lucharon”. Ante todo, fuimos individualidades haciendo lo que creímos necesario hacer, por los medios que consideramos adecuados en su momento (bombazos y paquetes explosivos por lo general). Hoy en día y ya como individualidades, seguimos creyendo en la necesidad del ataque y destrucción del poder, esa idea vive en nuestros corazones, sin mediación ni acuerdo con el poder, aunque bajo otros matices organizativos y otras éticas que consideramos necesarios para avanzar la insurrección por la anarquía.
El nombre que elegimos para nosotros siempre significó nuestra concepción del actuar anárquico: la anarquía es aquí y ahora. Por ello es que apelamos por la revolución inmediata, hoy día, no mañana ni pasado ni cuando las condiciones estén maduras; y si hablamos de condiciones, entonces hay que impulsarlas y no esperar a que se den. Pero lo inmediato para nosotros también quiere decir ataque individual, informal y autónomo, porque para nosotrxs la insurrección es un movimiento colectivo de realización individual. Esto es lo que significó la sigla, aun cuando en la actualidad y desde hace un tiempo nos hemos venido replanteando el significado que le damos a nuestra informalidad. Sobre el nombre de Praxedis G. Guerro, sólo podemos afirmar que la intención fue reivindicar a un anarquista local, a uno como cualquier otro, que comprendió la anarquía como algo íntegro, no como fracciones divididas entre el teorizar antes y el actuar después. Nuestra intención también fue la de desenterrar de la historia a un anárquico -que como él muchos otros han sido enterrados por los derroteros de la insurrección- que comprendió la importancia del actuar colectivo al igual que el individual, y que denotó que los colectivos no son una masa amorfa sino que están (o al menos así debería ser) conformados por individuxs activxs y conscientes de su misma individualidad. Praxedis G. Guerrero, al igual que nosotrxs, no creía ciegamente en las masas, pues también comprendió la complicidad que éstas mantenían con sus amos y sus carceleros, y sin miedo a ser desmentidos podríamos afirmar que para su tiempo él avanzó su propia crítica a la servidumbre voluntaria, que es la complicidad del pueblo con sus amos en todo su actuar. Praxedis rechazó el formar parte intelectual de la revolución, justo como se lo recomendaron otros anarquistas aludiendo a su capacidad intelectual en su reconocimiento de las absurdas divisiones de labor, y en vez de eso, prefirió ir al combate frontal con el enemigo, por lo que murió en el campo de batalla un 31 de diciembre de 1911 en Janos, Chihuahua. Hoy en día, la reivindicación de compañerxs convertidxs en iconos por los mismos revolucionarios, o la de siglas o acrónimos lo hemos dejado atrás, pues sólo nos reivindicamos a nosotrxs mismxs como individuos en constante conflicto con la autoridad y el poder.
Podríamos bien sacar un listado de todas las veces que atentamos contra el poder y hacer un librito sobre nosotrxs como grupo que fuimos, material de sobra lo hay, así como historias, críticas y experiencias de cada cual. Sin embargo, no nos interesa hacernos mito, pues eso significaría el pasar a las páginas de la historia como un grupo más de aventureros y aniquilar la esencia de nuestros ataques. Al mismo tiempo que esa acción dejaría al margen a otrxs compas que actuaron al mismo tiempo que nosotrxs. Esa propaganda no nos interesa. Nos interesó y nos interesa la subversión de los roles sociales impuestos y la propagación de los ataques contra el poder, enfocados en no menos que en su destrucción.
Como CARI-PGG nuestros últimos ataques (tomando el sabotaje y la acción directa como definición de ataque para esta ocasión, pues por ataque entendemos un abanico de intervenciones que no se centralizan en uno o dos modos) fueron en el mes de noviembre del año 2013, unos bombazos coordinados contra instituciones bancarias y camiones de granaderos en Toluca, México DF y Nezahualcóyotl. Acciones reivindicadas mediante un corto comunicado en solidaridad con la huelga de hambre de Mario González. No está de más decir que para ese tiempo ya estábamos entrando en una crítica hacia nosotrxs mismxs, como individuos y como “organización”. Críticas que dejamos de lado durante años, precisamente por haber vivido gran parte de todo ese tiempo sumamente sumergidos en las necesidades que requiere el mantener un grupo estable -y a cierto punto formal- de acción anarquista, algo de lo cual sin duda NO nos arrepentimos, aunque ahora mismo reflexionemos a cerca de ello.
2.- Algunas aclaraciones necesarias
Mucho se ha dicho sobre CARI-PGG, pues así como hubo infinidad de gente que mantuvieron una fuerte simpatía al grupo (simpatía fue lo que nunca quisimos… ¡quisimos propagación del ataque!), también hubo muchos fieros detractores que sin saber nada de nosotrxs nos acusaron (y hasta la fecha) hasta de lo más miserable, como por ejemplo, “ser los que le hacíamos la chamba al EPR, al ERPI, a TDR-EP u otras guerrillas Marxistas-Leninistas”… ¡Vaya mierda de acusación!
CARI-PGG nació bajo una concepción anarquista y en ella se mantuvo. Una concepción anarquista afín a la insurrección y crítica con todo tipo de poder y autoridad, pero también nace bajo una concepción organizativa antagónica a toda estructura armada jerárquica; las rechazamos en su momento y ahora las rechazamos y las criticamos con más fuerza, argumentos y determinación.
La miserable acusación de que fuimos (o somos) parte del EPR, TDR-EP o ERPI creemos que nació ante todo de la envidia y competitividad de algunos pobres tontos, o bien del “no tener nada mejor que hacer de sus vidas más que hablar pendejadas”. Pero como esa acusación no solamente ha sido dirigida contra CARI-PGG, pues también, aunque en menor grado, ha sido dirigida contra lxs compañerxs de Célula Insurreccional Mariano Sánchez Añon, contra lxs compañeros de Acción Anarquista Anónima de Tijuana e incluso contra los CCF’s locales… en resumen, contra todos quienes han puesto sus esfuerzos para llevar la anarquía a la práctica, es decir, contra quienes atacaron al poder sin mediación; pues pensamos que esos señalamientos tienen otros tintes más ambiciosos que una mera envidia o competencia. Para nosotros, este tipo de chismes populares tienen sus raíces en un teorema bastante claro, que es la contra propaganda; es decir, partieron de la lógica de que “como lxs anarquistas CONSCIENTES DE LO QUE SON nos rechazan, entonces también que les rechacen a ellxs”, “que todos piensen que ellxs son subordinados a aquellxs o a los otrxs”, para que “no sigan sus pasos”, “para que no propaguen los ataques contra el poder”, “para que no propaguen su idea individualista de la insurrección”…. mierda que sólo nace en una mente que cree en la competitividad, en lo cuantitativo y en la lucha por imitación, manipulación o fanatismo.
Sean peras o sean manzanas, y aunque sabemos claramente que muchos saben a qué nos referimos con exactitud, algo de lo que NUNCA hablaremos de manera pública precisamente para no caer en una DELACIÓN, lo que tenemos que decir al respecto es que CARI-PGG nunca fue subordinado a la orden de ningún grupo de poder o guerrilla roja, llámese EPR, TDR-EP, FARP, EZLN o ERPI. No por nada le pusimos el AUTÓNOMAS a nuestras siglas del momento. Nunca recibimos dinero ni armas de ninguna de esas guerrillas, pues las cosas que tuvimos las conseguimos en base de las modestas aportaciones de cada individuo que conformó CARI-PGG, fruto de nuestro trabajo de explotados, y también de algunas expropiaciones monetarias, así como de recuperaciones de armas a los tiras. Así como nunca ocupamos nuestro tiempo y espacio en criticarles o atacarles verbalmente, tampoco tuvimos interés en esas organizaciones.
¡Así que ya párenle, aunque sea por su propia dignidad!
3.- ¿Una plataforma informal? ¡Qué pendejada!
Dentro de las concepciones que animaron a CARI-PGG estuvo la de la insurrección, la de la informalidad, la del ataque y el conflicto cotidiano. Tesis que en su momento concebimos bajo una idea muy particular, nacida sobre todo de las necesidades del tiempo que como grupo nos tocó vivir. Aunque hubo algunas fallas, errores o perspectivas que tomaron otra dirección -como por ejemplo, el hecho de que las siglas y los comunicados terminaron siendo una propia identidad, cuando en un principio decidimos usarlas solamente como una necesidad ante el hecho de que nuestras acciones por la libertad no se confundieran con el actuar de los narcotraficantes o el de las guerrillas comunistas que están enfocado en la búsqueda del poder-, nunca caímos en soberanas tonterías y desviaciones como la de querer conformar una “plataforma informal”. ¿Una plataforma informal? La más grande de las contradicciones entre las cotidianas contradicciones que todos los anarquistas tenemos -sobre todo los que se las gastan de “políticamente correctos”-. Plataforma e informalidad son conceptos antagónicos, así como lo es también “comando e informal”.
La idea y práctica de la informalidad anarquista tal cual la concebimos hoy en día, rompe de tajo precisamente con la idea organizativa de una plataforma, por el simple hecho de que la informalidad no reconoce ninguna estructura para actuar, para organizar la lucha e incluso hasta para vivir nuestras vidas. La plataforma es una forma de actuar de manera subordinada a unos parámetros establecidos por un grupo o grupos, y solo actuando dentro de esos parámetros es que se puede avanzar la lucha, de lo contrario todo sería caos y desorganización: cosa con la que no coincidimos. La informalidad es una manera de actuar y de organizarse basada en el libre acuerdo, en la no delegación, en la responsabilidad individual, en la autonomía del individuo; la informalidad destruye los esquemas jerárquicos o delegatorios que dan vida a una plataforma. La informalidad destruye todo dogma, toda organización identitaria que niega al individuo; pero también ajusta las cuentas con los comandos pues para la informalidad no existen “comandantes ni comandados”, o sea, los que conforman los “comandos”.
Es bajo estos argumentos que en su momento, sin hacerlo público, rechazamos esa invitación a extender el conflicto que las “Guerrillas Negras” emitieron hacia nosotrxs y hacia lxs compañerxs de Sánchez Añon. Pues además que como grupo ya no teníamos nada que ver, fue sobre todo porque criticamos que la organización a manera de guerrillas tenga algo de compatible con el pensamiento, la ética y la práctica anarquista, sobre todo con aquel que es partidario de una organización informal. Pero también porque, aunque siempre hemos estado por una insurrección generalizada, pasamos del lenguaje populista populacho insurreccionalista emitido en algunos comunicados que en la actualidad son publicados; una cosa es estar por una insurrección generalizada y popular, pero otra es el populismo duro y puro, pero bien camuflado, bien acomodado, bien digerible, bien queda bien.
Hay que ser auténticxs y creativxs, hay que buscar nuestros propios caminos, vislumbrar nuestros propios horizontes, crear nuestras propias proyectualidades y proyectos de lucha y dejar de intentar imitar a las guerrillas rojas, dejar de intentar ponerse a “su nivel” y dejar de fanatizar su imagen visual o el fetichismo de las armas, dejar de lado y criticar la vanagloriación de los ataques armados espectaculares los cuales se autoimponen como la manera superior de lucha o ataque a los más sencillos. Como lo afirmamos antes, lo afirmamos ahora: para nosotrxs no hay diferencia entre una emboscada a un comando de la Policía Federal, una quema de automóviles con un artefacto incendiario rudimentario o una molotov en un ATM; lo que realmente importa es la perspectiva bajo la cual se enfoca el ataque, el impacto que causa en términos cualitativos, lo que realmente importa es los porqués, los para qué y la finalidad.
La informalidad es y siempre será nuestra propuesta. Mientras que la “plataforma informal” no es menos que una desviación aberrante del término y práctica de la informalidad.
4.- El conflicto continúa y debe de continuar muy a pesar de las consecuencias
Contrario a lo que afirma algunos hocicones y delatores de mierda quienes dicen haber sido ellos los que “iniciaron o formaron” a CARI-PGG y acarrearon… ¡ups So sorry!, “reclutaron” a quienes “conformamos este proyecto” (compas los cuales, además, nadie sabe quiénes son ni quiénes somos, o sea, que esas habladurías se reducen a suposiciones [delación] e invenciones de mitómanos empedernidos… pero desgraciadamente sus mitos pueden llegar a afectar a compas que nada tuvieron que ver con este proyecto), y que afirman que CARI-PGG nos retractamos del conflicto o caímos en inactividad, nosotros afirmamos que ni la una ni la otra.
La lucha que muchxs, pero muchxs compas irrumpimos hace tiempo de una u otra manera dio sus frutos. La cotidiana defensa fiera del ataque que se vio reflejada tanto en la teoría como en los actos, sin duda es una importante parte que impulsó el actuar de lxs compas en los últimos años de revueltas callejeras y a la luz del día -algo que además siempre fue parte del propósito de CARI-PGG pues nunca concebimos el ataque como un momento que se da solamente en la oscuridad de la noche, sino que se lleva a la práctica en todo momento y en todo lugar-. Esto, unido a unas “condiciones” de hartazgo social que se venía dando ya desde el 2006 hasta la fecha, es decir, que nuestro actuar, como el de muchxs compas -pues no fuimos ni somos lxs únicxs-, sólo fue una parte (aunque un gran aporte) para que la guerra social se intensificara, para que llegara a un punto tal, y eso sólo se logra con determinación y convicciones. Fue un aporte para que los compas anarquistas comprendieran que dar ese paso hacia lo desconocido no es tan difícil y complicado como lo pintan algunas (pero no todas) de las organizaciones guerrilleras, precisamente con su profesionalismo; y tampoco es imposible como lo pinta el Estado con su propaganda. Y así sucedió, no únicamente a mano de nosotros, sino de todos aquellos quienes en su momento nos propusimos que el ataque se propagara, comenzando entre lxs compañerxs conscientes de su calidad de anarquistas… aunque nuestra finalidad particular siempre fue que el ataque fuera llevado a la práctica en un campo social, fuera de los círculos anarquistas.
Queremos alentar a todxs lxs individuxs deseosxs de libertad a pasar al ataque. El conflicto y la lucha de casi todxs (desgraciadamente no de todxs) quienes en algún momento formamos CARI-PGG ha continuado todo este tiempo que ha transcurrido, y continúa al menos hasta que estemos muertos. Pero aún muertos, así como nosotrxs somos la continuidad de la lucha de lxs compañerxs que desde hace dos siglos han llevado a la práctica una lucha anárquica enérgica, sin diálogos ni mediación, el día de mañana otrxs compañerxs vendrán a continuar esta lucha, porque la lucha no es contra un presidente, un General o un proyecto de ley. La lucha ya ni siquiera es solamente contra el Estado y el Capital, sino que, saliendo de todo análisis economista propio del Marxismo, la lucha es ante todo contra el sistema de dominación en su conjunto y contra todo tipo de poder y autoridad, relaciones mismas que se manifiestan en cualquier aspecto de esta vida y lugar en este mundo, inclusive donde se supone “no hay capitalismo” o “las comunidades campesinas e indígenas que son pues casi como puritanas” y otros lugares idealizados. El poder y la autoridad están presentes en nuestras vidas, en nuestras personas, en nuestra manera de relacionarnos, en nuestra cotidianeidad, y ese es el auténtico campo de batalla en el cual se libra la guerra social. Subvertir y destruir lo existente por una autentica y absoluta libertad.
Por ultimo queremos enviar saludos y cálidos abrazos al querido compañero Gabriel Pombo da Silva que hace poco salio del presidio, y por lo que alcanzamos a comprender en su carta pública, él esta dispuesto a no negociar con el poder y a asumir la clandestinidad siendo esta la opción a la que le están orillando. Por lo cual te queremos manifestar toda nuestra solidaridad para ese camino, todo nuestro apoyo y nuestro cariño. También para todos lxs compas que están en fuga y que están en prisión, en México y el mundo entero.
Como bien dice aquel grupo musical que a todxs lxs compas en México nos gusta tanto: Esta es una lucha sin final….
Dicho esto, no hay nada más que decir.
¡Por la anarquía! ¡Guerra social e insurrección!
Lo que fue CARI-PGG
Distrito Federal, México, mes de Junio del 2016
Ataque de CARI-PGG a una oficina de Banco Santander
Ataque de CARI-PGG al Instituto Italiano de Cultura