Decía un panfleto del grupo Libeludd (Libertarixs Ludditas), repartido en el marco de las movilizaciones realizadas en Grenoble a finales de 2010 contra la reforma regresiva del sistema de pensiones de jubilación, que el secuestro de nuestras vidas por el capital ha llegado a un punto en el cual una mayoría vive convencida de que necesitamos trabajo para vivir y que por lo tanto, la solución no reside en organizarnos nosotrxs mismxs desde la autonomía para construir y desarrollar las alternativas que nos permitan prescindir de forma más dinámica y sostenible del trabajo asalariado y sus miserias, sino en reivindicar más curro para poder seguir soportando la explotación bajo formas más “amables”, resultado de la remodelación superficial de las relaciones de dominación que nos subyugan a sus directrices, siempre sin profundizar y sin una crítica realmente radical que descubra la realidad del conflicto. Pues esta peña tenía razón.
A pesar de que el uso de cierto lenguaje obrerista no me gusta demasiado (aunque a veces yo tampoco escapo a él), dejo a continuación un par de textos que recibí en el correo electrónico (muchas gracias al/a la compañerx que envió el aporte) y que fueron repartidos en la manifestación «Por un trabajo digno» de la Asamblea de paradxs y precarixs en Gijón, que quien envió los textos describe como “la marca blanca del sindicato C.S.I.” en la ciudad asturiana. El segundo, además, viene bien para reírse un rato.
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NO DISFRUTAMOS EN EL PARO NI DISFRUTAMOS TRABAJANDO.
El sistema capitalista ha entrado en una crisis de producción y atrás va quedando la siniestra época del “Estado del bienestar” en el que vivía una parte del proletariado mundial, en el que nuestra fuerza de trabajo era necesaria para la producción y reproducción de la economía del capital, y nuestra capacidad para el consumo de mercancías alienantes creció de tal manera, que muchas se creyeron el cuento del fin de las clases sociales, del fin de las desigualdades, del fin de la historia.
Se potenció el individualismo en todos los aspectos de la vida y se crearon identidades ficticias basadas en las circunstancias laborales, económicas y sociales – estudiante, funcionaria, fontanera, parada (aunque de aquella las paradas eran “borrachas, drogadictas y vagas, que la que no trabaja es porque no quiere”), etc. – que consiguieron que la mayoría obviase lo que realmente era y es, una misma clase social, explotada y oprimida, que no tiene otra manera de sobrevivir que vendiendo lo único que posee (su fuerza de trabajo) a quien posee todos los medios de vida y de producción.
La miseria en la que estamos condenadas a vivir no es para nada novedosa. Es la misma que ha movido siempre a rebelarse, a reafirmarse en la lucha por recuperar las riendas de nuestra existencia, a nuestra propia clase, el proletariado. Pero aún en el tiempo presente hay gente que todavía ignora, o finge ignorar, lo que significa la miseria de la vida cotidiana en toda su extensión. En el reino del capital, todo es mercancía, y nosotras somos una mercancía más, parte de la cual ahora ya no es necesaria, lo que está llevando al proletariado de todos los rincones del planeta a una situación cada vez más insostenible. Las condiciones en las que nos encontramos la mayoría no tardarán en ponernos en una situación extrema, eso en caso de quien no ha cruzado ya esa línea. Una gran parte hemos sido arrojadas al paro y la marginación, otras viven aterrorizadas por la posibilidad de que en cualquier momento les llegue el despido. El capitalismo se reestructura, lo que lleva a que el proletariado hoy esté trabajando, mañana en el paro, luego vuelva a trabajar en condiciones más penosas, vuelva al paro… el desempleo no es lo contrario al trabajo, es un momento mismo del trabajo dentro de la lógica de la oferta y la demanda que se reestructura por la lógica del capital, una dinámica que debería llevarnos a romper con todas esas identidades laborales que nos separan y a tomar conciencia de que somos una misma clase por encima de las cada día más absurdas sectorizaciones laborales.
Pero no es así, debido a la falta de referentes que luchen realmente contra el capital y a la delegación de nuestras vidas en estructuras ajenas a ellas, que se generalizó durante todos estos años a través del sindicalismo, tanto por parte de los sindicatos “mayoritarios” como de los “minoritarios”, “de clase” o como se quieran llamar, que al igual que la izquierda del capital siguen haciendo de dique de contención para mantener a raya las luchas del proletariado. Pero ya no nos dejamos engañar: Son productos del mismo capitalismo que nos explota y nos reprime, ni pueden ni quieren salirse de los limites que el sistema les marca. Es necesario que superemos su tramposa metodología, que cojamos las riendas de nuestras luchas para organizar nuestras propias vidas y nos enfrentemos ante quienes quieren separarnos, debilitarnos, volvernos sumisas y complacientes ante el discurso del capital. Toda claudicación, toda resignación a ser gobernadas, a ser esclavas de las necesidades del capitalismo, a esperar de su indulgencia para nuestra supervivencia (si es que se puede llamar vida a esta miseria de mierda a la que nos condenan) no son mas que certificaciones absolutas de nuestra derrota.
En el caso concreto de Asturias, desde algunos sectores parece que nos intentan convencer de que nuestra miseria es una cuestión endémica, potenciando así el aislamiento con el resto del proletariado y el localismo, algo nefasto en la situación en que se halla el proletariado de todo el planeta. En base a una falsa imagen de radicalidad basada en el discurso de la performance inflamable (que hace años que ya nada inflama, ni cierra calles, ni abre caminos) que atrae a algunas de las proletarias mas combativas, que honestamente y con las mejores intenciones, caen en esa espiral en la que se potencia la ideología del amor al trabajo por encima de todas las cosas, la exaltación del obrero nacional (nacional asturiano en este caso) y la desaparición de toda crítica que cuestione realmente el sistema capitalista, potenciando a la par la separación y sectorización hasta extremos inimaginables: secciones laborales, mujeres, jóvenes, viejxs, paradxs, madres y mujeres de paradxs… mientras se hacen llamamientos a la sacrosanta “unidad”.
La creación de asambleas de paradas y precarias (proletarias en ambos casos) era algo de esperar, y viendo las condiciones en que algunas estamos y la nula solidaridad de clase, se ven necesarias, pero cuando son potenciadas por un sindicato, éstas adoptan la ideología, el discurso, las prácticas y las reivindicaciones de éste, las mismas reivindicaciones y prácticas de siempre, que como podemos comprobar a día de hoy, y esto es un hecho innegable, no han llevado a nada más que a una derrota , a un queme y a una desmoralización total.
Parece que la única alternativa de lucha para la parada es pedir trabajo, o en todo caso, autogestionarselo, volver a ser productiva y contribuir con el bien de la economía, mendigar por sus migajas, reforzando sus capacidades para esclavizarnos. No pretendemos desmerecer ninguna iniciativa individual o colectiva de aquellas que, como nosotras, han de buscarse la vida para sobrevivir de la manera menos dolora posible, lo que queremos apuntar es que estas salidas no son realmente tales, sino maneras de existir dentro de nuestra miseria. Buscar soluciones a nuestra miseria en el mismo sistema que la provoca es un paso en falso brutal, y ya son muchos los que hemos dado.
Nosotras, paradas, precarias, estudiantes (proletarias al fin y al cabo) no vamos a sumarnos a consignas del tipo “¡Queremos trabajar!”, repetida durante todos estos años, porque NO QUEREMOS TRABAJAR, NOS OBLIGAN A TRABAJAR SI QUEREMOS SOBREVIVIR.
La única alternativa al paro y a la explotación a día de hoy es pasar por encima de todos estos encuadramientos e ideologías que no hacen sino perpetuar nuestra miseria y organizarnos para empezar una lucha que cuestione todos los fundamentos de la sociedad capitalista. Organicemos asambleas, reuniones… en las que luchar por ser dueñas de nuestras vidas, que el capital y su sostén, el Estado, nos niegan, pelear por salir del vertedero en el que el capitalismo nos confina, sea en los campos del trabajo asalariado o en los basureros del paro y la miseria precaria, y dejar de ser mercancías desechables que se compran y se venden.
HAGAMOS DE CADA DRAMA INDIVIDUAL UN PROBLEMA DE ORDEN PÚBLICO Y DE CADA DRAMA COLECTIVO UN ENFRENTAMIENTO ABIERTO.
PARA ACABAR CON EL PARO SUPRIMAMOS EL TRABAJO.
NINGÚN SACRIFICIO POR EL BIEN DE LA ECONOMÍA, NI ASTURIANA,NI NACIONAL, NI MUNDIAL.
SI ESTÁ EN CRISIS ¡¡QUE REVIENTE!!
CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL
contacto:luchacoordinada@gmail.com
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Contra el paro y la exclusión.. Explotación igual para todos!
Todos juntos, sacrifiquemos nuestras vidas al dios economía
Queremos trabajar. ¡Sí!, queremos trabajar, en cualquier condición y cueste lo que cueste. No se trata de dinero, sino de nuestro prestigio social, nuestra confianza en nosotrxs mismxs y en el futuro; y en definitiva, de nuestra libertad, ya que grandes sociólogxs lo dijeron antes que nosotrxs: El trabajo te hace libre. Durante demasiado tiempo, hemos estado excluidxs y abandonadxs a nuestra suerte, lo que creó unas costumbres asociales. Cada mañana tomábamos el desayuno en la cama, hacíamos mimos y volvíamos a acostarnos. Mientras las élites se preocupan tanto por la Unión Monetaria, lxs japonesxs y todo aquello, mientras lxs ciudadanxs integradxs curran con estrés, nosotrxs tomamos nuestro tiempo y a pesar de lo que cuesta confesarlo a veces llegamos a divertirnos mucho. Todo ello a expensas del Estado, y eso que el Estado tiene tantos problemas para subvencionar a lxs empresarixs. Sí, está claro que nunca podremos expiar esta culpa. Por ello queremos marchar hasta Madrid, donde se encuentran estxs gobernantes de lxs cuales esperamos tanto. Cierto es que el gobierno prometió reducir el paro y que dicen que estamos saliendo de la recesión, pagando sueldos mas bajos que en China (lo que les metimos a lxs chinxs, ¡¿eh?!) y cortándoles los víveres a lxs vagxs; pero esto para nosotrxs no basta: el paro debe desaparecer por completo.
Para el pleno empleo, proponemos:
· Nivelar los Picos de Europa y demás montañas inútiles con palas y picos, el transporte de piedras al hombro de hombres/mujeres y a pie, hasta los desiertos industriales de la cuenca, para edificar pirámides gigantes en honor a la COE, al presidente del Banco Mundial y demás faraones del Santo-Mercado. Dichas pirámides atraerán al turismo mundial, lo que todavía fomentará mas empleos de sirvientes y en cuanto a nuevos títulos académicos, servicios especializados como “Conversaciones eróticas» o ¡Llámame! y me reiré de tus gracias mientras ato tus zapatos».
· Con el ánimo de vencer a la competencia extranjera, exigimos la creación de un sueldo máximo que no supere el sueldo medio del país mas pobre. Pongamos unos 100 euros, después menos.
· La contratación de todxs lxs paradxs compatibles con el ordenador en el seno de empresas virtuales, para producir servicios pagados con dinero virtual. Para ello, en Berlín no faltan las torres de despachos vacíos.
· La privatización inmediata del aire. ¿Por qué? Primero, porque es contraproducente que haya algo que continúe siendo gratis en el planeta. Después, porque es inmoral que vagxs e inútiles pretendan tener el mismo derecho a respirar que lxs trabajadorxs concienzudxs. Pero sobre todo, porque dicha medida aportara la solución al problema del paro. Creará empleos como “Medidor de la capacidad pulmonar», “Cobrador de las tarifas de oxígeno», “revisor de la respiración». De modo que todxs lxs vagxs pronto dejarán de poder permitirse la mas mínima inspiración y por fin, se apartarán para siempre de nuestra vista.
Queda por comprobar que los Convenios Europeos autoricen crear todavía más empleo gracias a la transformación en jabón, en pantallas de lámpara y demás artículos de necesidad, de lxs paradxs que hayan dejado de existir. ¡Sí! para esta causa, estamos dispuestxs a caminar hasta Madrid o Alemania y más lejos si hace falta, descalzxs, encadenadxs, haciendo eses, tres pasos hacia delante y dos hacia atrás… En el camino, queremos poder azotarnos mutuamente y tirarnos a los pies de todxs aquellxs encorbatadxs con lxs que nos crucemos y gritar: ”¡Piedad!, ¡Piedad!»
Unión de los Siervos Voluntarios